En Uruguay “el maní tiene un aspecto cultural. Desde chicos escuchamos cada invierno al vendedor de maní en las calles de las ciudades o en el estadio ofreciéndolo caliente”, dijo Pablo Haubman, quien aseguró que es posible incrementar la producción para atender el mercado local y la exportación.
El Ing. Agr. Pablo Haubman se desempeña como asesor de productores de maní en dos iniciativas que, aunque diferentes, se complementan. Por un lado asesora a diez productores de Noblía a través del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, y por otra parte a productores participantes del proyecto MAF (Mercado Agrícola Familiar) de la Intendencia de Cerro Largo.
En Uruguay “no hay mucha información, llega algo de Argentina, pero en ese país se manejan otras variedades y las condiciones agroclimáticas son diferentes”, expresó. A pesar de haber conformado un grupo, los productores de Noblía “planta cada uno a su manera, son unas 50 hectáreas” en total, un total muy pequeño. Pero esa pequeñez también se ve a nivel país, con solo 160 hectáreas aproximadamente, de las que 100 está en Cerro Largo. “Acá en el departamento tenemos fácilmente más 100.000 ha cultivables”, estimó.
Otro dato a tener en cuenta es que Uruguay “importa unos 500.000 kilos de maní”, Uruguay podría plantar unas 400 ha para lograr ese volumen y atender el mercado interno, con un rendimiento bajo de 1.250 kilos por hectárea. Más hectáreas o más rendimiento, “ambas cosas son posibles, nos abriría la posibilidad de la exportación o el procesamiento, porque acá se vende con cascara, sin tostar o tostado, en este caso se utiliza la tostadora que se compró con el proyecto financiado por el Ministerio”, explicó.
El rendimiento puede duplicarse
Consultado sobre qué puede hacer Uruguay para comenzar a aprovechar el potencial productivo que posee, el Ing. Haubman dijo que “tenemos un rendimiento teórico de 3.000 kilos, pero estamos en 1.500, la mitad. Eso se da porque falta seleccionar la mejor semilla, hay que plantarlo en el momento adecuado para que tenga un ciclo largo con condiciones adecuadas de crecimiento, y se debe trabajar con el manejo, aportarle una buena fertilización, realizar los cuidados y control de plagas y enfermedades, sólo con eso superaríamos los 1.500 kilos. Está demostrado con el caso de un productor al que se le hizo un análisis de suelo y en función a lo que precisaba la planta hizo la fertilización y llegó a los 2.500 kilos”.
Además del manejo, Haubman dijo que un problema serio es el acceso a la tierra por parte de los productores. “Es la principal dificultad, no tienen tierra y deben arreglar con los propietarios para poder instalar el cultivo y desarrollarlo. Eso genera retraso en la siembra porque en lugar de plantarse en noviembre o incluso octubre que es cuando la tierra tiene las condiciones para el cultivo, se termina plantando en diciembre, algunos lo hacen por elección, pero otros por el retraso en conseguir las tierras”.
Otra dificultad es la falta de homogenización del cultivo, eso sucede porque “se cultivan diferentes variedades que tienen diferentes ciclos”.
Finalmente dijo que los productores vinculados a este proyecto “son de tipo familiar, trabajan con sus familias, y durante la zafra se genera trabajo directo a unas 100 personas de Noblía”.
“Son productores de bajos recursos que no cuentan con la maquinaria adecuada, y parte de ellos tiene comprometida la producción porque han vendido anticipadamente, y eso les permite hacer algún manejo o cura tardía respecto a alguna enfermedad”.
Mercado Agrícola Familiar
En cuanto al proyecto Mercado Agrícola Familiar (MAF) de la Intendencia de Cerro Largo, Haubman dijo que se encuentra en la Fase II, la cual busca “expandir y potenciar la capacidad productiva granjera” del departamento y que su función allí es técnica y de asesoramiento”. Se busca “aumentar la producción y mejorarla”, expresó.
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