El jefe del CTI de Camcel, en Melo, falleció el pasado 23 de mayo a causa del coronavirus. Fue un médico comprometido en salvar vidas, un trabajador incansable que estuvo en la primera línea de batalla, cuidando de su familia, sus compañeros y sus pacientes, y al cual el fatídico virus no le dio tregua.
El pasado domingo 23 de mayo una noticia entristeció a todo el país. El doctor intensivista Francisco Marsiglia, jefe del CTI de la mutualista Camcel de Melo, falleció a causa de covid-19. Tenía 57 años, una familia a quienes se esmeraba en proteger y un legado sumamente humano y profesional como médico. Hacía dos meses que estaba internado. Durante este tiempo, hubo un esfuerzo arduo por parte de la comunidad médica y profesional por recuperarlo. Pero no se pudo. El coronavirus no hace treguas. Francisco se contagió trabajando. No se alejaba del CTI. No dejaba que nadie entrara. Quería cuidar a todos. No tenía comorbilidades. Estuvo en la primera línea de batalla, sin descanso ni tregua.
El doctor Marsigla era oriundo de Montevideo, pero a esta altura ya era un melense más. Llegó a la capital de Cerro Largo como interno del hospital de Melo, donde realizó sus primeras armas como médico de guardia. Fue allí donde conoció al Dr. Ricardo Caballero, actualmente director del Hospital de Melo, quien por ese entonces era cirujano de guardia. La relación profesional y de amistad entre ambos potenciaba el sistema sanitario melense. Según palabras del senador nacionalista Sergio Botana, exintendente de Cerro Largo a La Mañana, juntos hacían “un equipo tremendo”.
Esa cercanía fue desde los comienzos. Es que Marsiglia le había comprado la casa a Caballero, hogar que habitaba con su familia y que, además, se encuentra a tres cuadras del domicilio actual del director del Hospital. Eran colegas, amigos y vecinos. Fue en esa misma casa donde, recuerda Caballero, Marsiglia se había armado “su propio rinconcito”, donde vivía un tanto aislado de su familia con el fin de protegerlos del riesgo de contagio por Covid, al que él se exponía en su día a día. Tenía entonces implementos sanitarios, pero la exposición a altas cargas virales, como sucede en un CTI, y la fatiga por largas y extenuantes horas laborales, hace que no sea lo mismo que un contagio en la comunidad. Los trabajadores de la salud pagan más caro que cualquier otra persona.
“Francisco fue el pilar del CTI de Camcel”, valoró Caballero a La Mañana. Fue el propio Caballero quien tuvo la responsabilidad, junto a otros colegas, de designarlo como Jefe de CTI. “El Pancho siempre fue un médico muy comprometido con su trabajo. Nos hacía 15 o 20 días de guardia en el CTI, era imparable. Cuando lográbamos que bajara del CTI, iba a la puerta a hacer guardia. Era uno de esos médicos que se compromete al 100% con su trabajo. Era obsesivo con la evolución de los pacientes”, recordó Caballero. Contó, además, que Marsiglia era uno de esos médicos con los que su sola presencia en el CTI hacía que los cirujanos operaran tranquilos y seguros, pues “Pancho” estaba siempre brindando su respaldo.
Ese compromiso hizo que se convirtiera en la columna vertebral del CTI, en un médico referente frente a los casos difíciles, y también un compañero entrañable. “Para nosotros significó un golpe muy duro, mucho más que incluso para aquellos que tuvieron que tratarlo en CTI”, expresó Caballero. Un día antes de que Marsiglia ingresara a tratamientos intensivos, ambos colegas se comunicaron vía telefónica. Caballero había pasado antes por un cuadro de coronavirus y Marsiglia había estado al firme.
Pero este golpe lo es también para toda la salud del departamento, y para su comunidad. Se trata de la pérdida de un ser humano que tenía mucho camino por delante en el ámbito personal y profesional.
“Hoy hay que apretar los dientes y seguir, pero el Pancho cayó atendiendo enfermos y salvando vidas, y yo creo que representa lo mejor de todos nosotros”, dijo Caballero. Cuando el personal de salud se enferma tratando de ayudar a sus pacientes, indicó, significa un golpe muy duro que tiene que ver con la esencia de ser médico y jugarse hasta el punto que, a veces, “toca la mala”.
Salvador de vidas
“A Pancho no se lo podía hacer salir del CTI, porque se sentía comprometido con la salud de cada uno de los pacientes que había en sala”, indicó Botana a La Mañana. El exintendente de Cerro Largo mencionó que Marsiglia dejó a todos gestos “propios de él” y, en este sentido, dijo: “Todos tenemos casos por lo que le hemos agradecido, vidas por las que les dimos gracias por haber salvado”.
La preocupación por los enfermos iba más allá. Botana recordó el llamado realizado por el médico “con altísima preocupación” para solicitar su ayuda en acelerar los tiempos de resultado de los test covid, lo que le generaba mucha preocupación. “Era exactamente como él decía, las soluciones venían por el lado que él lo afirmaba, y gracias a su preocupación se lograron concretar”, mencionó.
Al igual que Caballero, Botana también cursó coronavirus. El doctor lo acompañó “permanentemente”, y de forma viceversa sucedió cuando Marsiglia enfermó. “El covid se lo agarró por proteger a los demás, esa es la verdad. Tenía temor por la salud de todos sus compañeros y no dejaba entrar a nadie al CTI, solo ingresaba él, con todas sus protecciones y los máximos cuidados, porque era una persona sumamente responsable”, manifestó el legislador.
Pero Botana remarcó que esta actitud proteccionista de Marsiglia ya venía de antes de la llegada del coronavirus al país. Marsiglia era un médico que quería tener la mayor información posible de la historia clínica de sus pacientes y que, además, tenía “una capacidad impresionante”.
La ayuda de Israel
Cuando Marsiglia enfermó, los médicos que estaban a cuidado de él recibieron ayudas “enormes” en pos de recuperarlo. Estas provinieron de Israel, específicamente de médicos de Tel Aviv que estuvieron con diálogo permanente con los médicos del CTI de Melo. “En el caso específico de Francisco, los médicos fueron asesorados permanentemente desde Israel, en una gran avidez de recibir todo el aporte de la experiencia que tuvo este país. Tenemos un enorme agradecimiento por ello. Lamentablemente la vida de Francisco no se pudo salvar, pero con estos conocimientos sí se pudieron salvar otras vidas”, aseguró el exintendente.
Al respecto de esta experiencia, Caballero valoró que la intervención de estos profesionales significó “una ayuda extraordinaria” y contó que fueron presentados por el directorio de ASSE y el gerente general del organismo, el Dr. Eduardo Henderson. “Los presentó a toda la comunidad médica del país. Tuve la oportunidad de tener un zoom de varias horas con ellos, donde nos transmitieron toda su experiencia. Realmente fue una instancia muy enriquecedora porque Israel fue uno de los primeros países del mundo que logró ponerse de pie en la pandemia”, expresó.
Caballero añadió que los médicos “aprendieron muchísimo” de esta experiencia, sobre todo en lo que respecta al manejo de los pacientes internados por covid. “Hay muchas cosas que podemos aprender de ellos y que ya empezamos a conocerlas, es muy enriquecedor”, dijo.
Melo se encuentra en una meseta de casos por coronavirus
El hospital público de Melo trabaja con el CTI de la mutualista de Camcel y con otros centros CTI regionales, como los de Minas y Maldonado. Ante la consulta a Caballero sobre la situación que vive la capital de Cerro Largo hoy respecto al covid, este señaló que “da la sensación” de que se encuentra en una meseta. En comparación con las 20 personas internadas por covid en el mes de abril –donde se dio el pico máximo y hubo una saturación casi total–, hoy hay ocho en sala. De todas formas, el especialista fue claro al indicar que esto no significa que se está saliendo de la pandemia, sino que se trataría de una meseta y que podría tener una relación con la vacunación. Al mismo tiempo, dijo que aún hay pacientes internados en áreas críticas. Para el mes de junio la expectativa es que comiencen a disminuir el número de pacientes internados. “Lo estamos monitorizando y el cálculo de vacunados con la primera o segunda dosis, que hemos realizado en el departamento, es mayor al 50% de la población. Aunque es un poco impredecible, lo esperamos con gran ilusión”, dijo Caballero. De esta forma, coinciden con las proyecciones del Ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, en cuanto a que la primavera sea un punto el punto de inflexión de los casos.
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