Desde el ladrón de ocasión hasta las bandas organizadas han obligado a las autoridades policiales uruguayas a redoblar esfuerzos para tratar de mantener el orden y proteger a una población que no estaba acostumbrada a diferentes formas de delitos no habituales en las zonas de fronterizas entre Uruguay y Brasil.
La presencia de bandas organizadas comandadas por delincuentes uruguayos pero refugiadas en territorio brasileño, han transformado la figura del sicariato en un delito que se repite con preocupante frecuencia y con un elemento vinculante: la droga. De acuerdo a lo que nos informan autoridades policiales “se está viviendo una situación atípica ya que el comercio de drogas ha descendido en la zona, pero hay quien compra y no paga por lo que las bandas salen a cobrar a como dé lugar”.
El sicariato, aviso y ejecución
Las ciudades de Chuy y Rivera han sido de las más afectadas por este tipo de delitos que significan un verdadero problema a la hora de la resolución. En el mes de abril dos sicarios en moto asesinaron a un hombre vinculado al tráfico de drogas cuando circulaba por ruta 19 en su vehículo particular. Lo persiguieron hasta alcanzarlo y lo acribillaron a balazos utilizando armas automáticas de grueso calibre. Los casos se acumulan y los responsables evaden el accionar policial al cruzar la frontera. En junio del 2020 un hombre de 34 años fue emboscado y asesinado a balazos por cuatro individuos cuando pretendía ingresar a su vivienda junto a su esposa, luego de lo cual se dieron a la fuga hacia territorio brasileño.
El departamento de Artigas no escapa esta realidad y desde 2018 hasta la fecha ha sufrido pequeñas bandas de narcotraficantes que con el mismo “modus operandi” han dejado un rastro de muerte siempre vinculados al tráfico de drogas. De acuerdo al informe del Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad que depende del Ministerio del Interior, el departamento de Artigas registró un homicidio en el período 2017 al 2018, número que aumentó posteriormente de manera exponencial.
En el mismo periodo, los departamentos de Cerro Largo y Rivera sumaron 11 y 15 casos respectivamente y se mantuvo la tendencia con una misma causa aparente: el ajuste de cuentas.
Un mismo problema, distintas realidades
El avance de los delitos vinculados al sicariato (crimen por encargo) ha demostrado que la realidad es distinta dependiendo de cada departamento. En las fronteras de Chuy, Artigas y Río Branco se maneja la posible presencia de facciones del PCC (Primer Comando Capital), una de las organizaciones delictivas más peligrosa de América del Sur, con incursiones en países vecinos como Paraguay, donde en el pasado llegaron a copar una ciudad para robar la sede de la empresa Prosegur. En la frontera de Rivera con Livramento operan bandas locales que han generado una mercantilización de la muerte con la contratación de los llamados “asesinos a sueldo” y, sumado al temor que generan las bandas locales, las autoridades policiales brasileñas han advertido a sus pares uruguayas de supuestos planes de PCC de operar en Rivera atacando cambios y centros comerciales.
“Hay disputa territorial entre la banda de Vargas y Los Manos”
La sola mención del apodo “Cachorrinho” genera un temor inmediato entre los habitantes de algunas zonas de la capital riverense y preocupación en las autoridades policiales. El delincuente Ernesto Andrés Vargas Villanueva, actualmente preso en cárceles brasileñas, ha comandado junto a gran parte de su familia, también entre rejas, una poderosa red dedicada al narcotráfico y contrabando de armas que ha cobrado vidas en los últimos años.
El líder de la banda conocida por el nombre “Bala na Cara” es el responsable de numerosas muertes en los últimos años, entre las que se cuenta el homicidio del cabo Schubert Pereira perteneciente a la Dirección de Investigaciones de la Jefatura de Policía de Rivera. El hecho sucedió en 2004, en el barrio Paso de la Estiva, cuando el delincuente que circulaba en moto interceptó el auto particular del investigador y lo ejecutó con seis disparos. A los pocos días fue detenido por personal de Policía Civil de Santana do Livramento.
En los años siguientes, alternando fugas con entradas y salidas de las cárceles brasileñas, su figura fue creciendo al punto de atribuírsele los homicidios de dos conocidos delincuentes que intentaron “independizarse”, como el caso de Aroldo Mendoza o generar “nuevos emprendimientos”, como el conocido “Tuta” Salgado. En ambos casos los asesinos fueron hombres jóvenes y las muertes ocurrieron en los comercios de los fallecidos y a plena luz del día.
En 2019 el asesinato de una joven de 21 años dejó al descubierto una situación que complicaría de ahí en más el trabajo de los investigadores: la aparición de la banda “Los Manos”.
La lucha por el territorio y el armado de la estructura ha modificado el día a día de algunos barrios de la capital departamental. Se han reiterado los ataques a balazos contra viviendas de los supuestos “desertores” de una u otra banda, hecho que a este nivel no se perdona. Es el caso de esta joven que fue llevada a la zona conocida como Matadero del Norte donde fue ejecutada de seis disparos. El mes de octubre de 2020 fue marcado por un número importante de homicidios a nivel país en el que, de las 15 víctimas encontradas, casi en la totalidad fueron personas con antecedentes penales vinculados al narcotráfico.
La tendencia se mantiene
El inicio del 2021 mantuvo la tendencia de años anteriores. En tanto la policía riverense investigaba un hecho de sangre en el barrio Villa Sonia en el que Daniel Cuña Ortiz, de 31 años y poseedor de antecedentes vinculados a delitos de narcotráfico, fue acribillado a balazos y se salvó de milagro, y en febrero el mismo Cuña fue interceptado en una calle del mismo barrio donde allí sí fue ejecutado con un disparo en la nuca.
La Policía riverense trabaja arduamente y ha logrado en los últimos meses desbaratar la banda de “Los Manos”, logrando la detención de sus principales miembros que actualmente cumplen penas de prisión. Pero al decir de algunos investigadores, “los que vienen de atrás son más peligrosos porque buscan ganar un lugar de jerarquía en la banda”. Los barrios Villa Sonia, Mandubí y asentamientos como La Colina se han transformado, al decir de algunos vecinos, “en zonas peligrosas, de noche se escuchan disparos habitualmente y siempre en viviendas de individuos que sabemos venden drogas”, y siempre el nombre “Bala na Cara” aparece en el ambiente. La gran dificultad para los investigadores es la ausencia de denuncias en muchos de los casos y la conocida “ley del silencio” que se mantiene por temor a represalias.
Policía investiga doble homicidio
En las últimas horas de la noche del pasado lunes la policía de Rivera fue informada sobre disparos de arma de fuego en una vivienda del barrio Lavalleja. Al llegar a la finca ubicada en Ventura Píriz y 25 de Agosto, personal de Seccional Décima encontró en el frente a un hombre de 42 años lesionado con varios disparos de arma de fuego por lo que fue internado en grave estado. Al ingresar a la vivienda construida con chapas encontraron sin vida a un ciudadano brasileño de 43 años y a un uruguayo de 42 años, ambos con disparos de arma de fuego. Se sospecha un ajuste de cuentas vinculado al tráfico de drogas.
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