26 de octubre 1958-3 de junio 2021
Nació en Montevideo en 1958, en el seno de una familia de clase media. Se graduó como abogado en 1983 en nuestra Alta Casa de Estudios. Su gran vocación docente lo llevó a dedicarse en cuerpo y alma a tal profesión. Así logró ser profesor adscripto de Derecho Internacional Privado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (UDELAR), disciplina que fue su gran pasión y cuyo ejercicio adoraba tanto como su trabajo en la Autoridad Central de Cooperación Judicial Internacional, centro nacional eminente en el desarrollo y la aplicación del jusprivatismo internacional. Además tuvo una brillantísima carrera como Profesor Grado 5 de Derecho Civil en la Facultad de Ciencias Económicas y Administración, donde siempre tenía tiempo para escuchar a sus estudiantes.
Su interés por la investigación, en Derecho Internacional Penal, lo catapultó con obras como “Extradicción”, sin perjuicio de la enorme cantidad de cursos de posgrados que dictó sobre la materia en universidades tanto públicas como privadas.
Sin embargo, su desvelo era la protección de los derechos de niños no nacidos frente al avance de las ideologías globalistas proaborto y la permisividad de los Estados al respecto. Extremo que le costó muchas hostilidades hacia su persona, trabajo académico y libertad de cátedra.
Quienes tuvimos el agrado de trabajar con él durante años, vimos la avidez con la que defendía a los niños por nacer y ponía en sus obras el acento en la legislación nacional e internacional que los guardaba. Fue uno de los precursores de la consulta popular para convocar a referéndum contra la ley de despenalización del aborto en 2013.
Su análisis profundo del proceso social de aceptación de la práctica del aborto quedó plasmado en su tesis sobre la aplicación de la teoría política de la “ventana de Overton” como arma de modificación del pensamiento social integral que condujo a la normalización de estas prácticas y a desmerecer a los objetores de conciencia.
Dejó un enorme legado bibliográfico, no solo a los profesionales del derecho sino a los neófitos por su particular utilización del lenguaje jurídico que mezclaba con el lenguaje común de una manera que solo aquellos que poseen años de estudios pedagógicos pueden hacer. La mayor prueba de ello está en los artículos que escribió en este prestigioso semanario sobre el “Caso María”, ampliamente conocido por la opinión pública y que marcaron su impronta clara, concisa y decidida a pelear por el derechos de los niños a tener un padre y una madre, muy a pesar del mundo adulto.
Sin lugar a dudas, la triste noticia de su fallecimiento nos llena de dolor y amargura. Su energía y voluntad de trabajo alentaban cualquier empresa, pero sobre todas las cosas, los niños han perdido el mejor de sus abogados.
Dra. Lorena Vizcarret
Dr. Carlos Álvarez Cozzi
En pocos días y aunque no por causa de la pandemia, nuestra sociedad ha sufrido dos duras pérdidas. A la sentida desaparición del exministro Dr. Jorge Larrañaga, que estaba realizando una titánica labor al frente de una difícil y sufrida cartera, se ha unido la partida del Dr. Carlos Álvarez Cozzi.
No conocí personalmente a este distinguido profesor universitario, pero coincidíamos en las redes sociales y hemos mantenido más de una charla por whatsapp. En esos encuentros informales no solo nos ocupábamos de los altos valores del espíritu, sino de esas pequeñas cosas que también hacen grata la vida. Pude así valorar al hombre afable, al humorista, al peñarolense, al gustador de cuidados alimentos y de buenos vinos detrás de la figura pública del profesor. Y también al perseguido, al injuriado, al acosado por predicar las verdades que el mundo se empeña en negar.
Hombre valiente, se enfrentó con diversas corporaciones, en contextos donde sus convicciones eran fuertemente reprimidas, y pagó un alto precio por ello. Hombre de fe, defensor de la minoridad desprotegida, de la vida desde la concepción, de la pureza del idioma, escribió incontables artículos algunos de ellos publicados en La Mañana.
Más de una vez quedamos en encontrarnos a charlar personalmente, cosa que esta plaga pandémica se encargó de evitar entre aislamientos y tapabocas. La muerte se ocupó de zanjar definitivamente el asunto. Fuera del tiempo, en la eternidad, me gustaría seguir nuestras charlas. Querrá decir que no me fue del todo mal, porque seguramente Carlos Álvarez Cozzi estará sentado a la derecha del Padre.
Guillermo Silva Grucci
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