El “sartorismo” busca limar asperezas dentro del Partido Nacional, mirando hacia el futuro. El dirigente y senador suplente Juan Straneo señaló en entrevista con La Mañana que, tras la pandemia, su líder va a entrar a jugar un “rol preponderante” y reveló que Sartori se encontró con Elon Musk por la posibilidad de que Uruguay sea un centro logístico espacial.
¿Cuáles son los temas principales que está impulsando el sartorismo a nivel legislativo?
Lo que desvela a nuestro líder Juan Sartori es el desarrollo de la innovación y la ciencia. En un sistema como el uruguayo, que es de un Derecho muy rígido y donde hay bases conceptuales de hace mucho tiempo, no es tan fácil cambiar ciertos paradigmas. Sartori se encontró que en los aspectos en que aspiraba focalizarse, era necesario crear ciertas normas.
Cuando manejó la posibilidad de desarrollar en Uruguay la denominada carne sintética, lo primero que se vino a la mente de muchas personas es que eso era para competir con el mercado ganadero y no es así. Porque este tipo de carne nunca va a competir con quienes buscan una carne tradicional y va más allá del modelo de producción actual. Este es un modelo de producción de carne, pero en un laboratorio. Ahí lo que hay es innovación, desarrollo e inversión.
Hay que romper con ese tipo de tabúes y generar condiciones normativas para que se pueda llevar adelante. Con su conocimiento de los mercados internacionales, puede lograr insertar a Uruguay en ese modelo de primer mundo. Por ejemplo, tras su última reunión con Elon Musk (NDR: principal de la compañía de autos eléctricos Tesla y SpaceX, una empresa dedicada a la exploración espacial), Sartori dijo que lo desvela que Uruguay sea un centro logístico para la nueva carrera espacial.
Dentro de su actuación parlamentaria, ¿qué temas maneja usted actualmente?
Hemos realizado pedidos de informes de tipo informativo al Ministerio de Economía, al de Trabajo y al Mides para saber en números el efecto de la pandemia en el mercado laboral y las empresas. Recientemente presentamos un proyecto de ley para regularizar el uso de la leyenda “Hay orden de no aflojar” en edificios públicos del Ministerio del Interior, en homenaje a Jorge Larrañaga. Tenemos en marcha una iniciativa de apoyo a los músicos uruguayos, ampliando en la Ley de Medios la cantidad de horas de reproducción de música nacional, como una forma de estimular y ayudar económicamente a ese sector.
También estamos por presentar en la bancada del Partido Nacional dos iniciativas para agregar un artículo a la Ley Anticorrupción y otro en la de financiación de Partido Políticos, sobre la cual prefiero no profundizar hasta que no esté en conocimiento de los legisladores de mi partido. La actuación parlamentaria la cumplimos como equipo. Ese equipo está integrado por Ángel Mingroni (presidente de la Caja Bancaria), el contador Claudio Podestá (que está en pase en comisión desde la DGI) y la parte dedicada a la comunicación (Martín Silva, Nicolás Garrido y Camila Beltrán), todo con la conducción de Alem García, que es el referente del sector.
Siendo usted de Durazno, ¿cómo observa el manejo de la pandemia en el interior del país, en especial con la conducta que están actuando los ciudadanos?
A nivel del interior, el gobierno tomó una muy buena medida que fue delegar en los centros de coordinación departamentales, en conjunto con el Sinae, la toma de resoluciones y directivas según la situación de cada departamento. Después que se ingresó en el nivel rojo (del índice de Harvard), el Poder Ejecutivo debió tomar algunas medidas generales para todos los departamentos.
Más allá de la crítica ligera de que la gente no tiene conducta con la pandemia, hay un estado de necesidad básico y en determinado momento se prioriza la actividad laboral por encima de toda otra. A veces el que se está cuidando se enoja porque ve gente en la rambla o en un parque. Pero en esos lugares se ven pequeños grupos, que pueden ser más grandes que la burbuja que se recomienda, pero no se ven 1000 personas juntas. Frente a uno que pide la cuarentena obligatoria, me encuentro a diez que dicen que necesitan trabajar. No soy quién para hacer un señalamiento sobre la conducta de la gente. Si el gobierno apeló a la libertad responsable, sería muy injusto decir ahora, la culpa es de tal persona o trasladársela a alguien más.
¿Qué lugar se le da al sartorismo y sus ideas dentro del gobierno?
En el cerno del gobierno hay dos grandes vertientes que son la línea oficial del presidente y la lista 71. El presidente ha blindado el Ejecutivo con un brazo duro de gente de confianza y hay cierto hermetismo para colaborar, apoyar o que se apoyen en nosotros. Esto nos produce cierta insatisfacción, porque nos gustaría decirle “estamos acá” y que no solo somos el voto 18 en el Senado, para que cuenten con nuestro asesoramiento y con compartir la responsabilidad.
Por lo tanto, en ese aspecto de relacionamiento tenemos un matiz, pero sabemos que hoy día hay cosas más importantes, como son la pandemia y la gente. Entonces tenemos que ser muy responsables y olvidarnos de cualquier tipo de orgullo tonto que pueda tenerse en política. Es cierto, el relacionamiento con el Ejecutivo quisiéramos que fuera más fluido, pero a veces y si consultan a otros senadores dirán lo mismo que yo, que hace tres semanas que hablan con el presidente o como en mi caso y el de otros compañeros, que ni siquiera hemos podido hablar con él.
Usted menciona el relacionamiento con el presidente en tiempos de pandemia, ¿cómo estima que quedará ese relacionamiento cuando se termine?
Cuando esto pase, el relacionamiento será de franca apertura. Creo que este es un gobierno que está dando todo. El esfuerzo y la dedicación nos llevó un ministro, como Jorge Larrañaga, con la fortaleza que tenía y su experiencia para soportar las presiones de la política. Tras la pandemia y en lo que es el desgaste de la función, el presidente nos va a precisar a todos y Juan Sartori va a entrar a jugar un rol preponderante cerca del presidente Lacalle.
¿Y dentro del Partido Nacional?
Ahí se han abierto puertas y se han tendido puentes muy buenos. En la conformación del Directorio del Partido hemos jugado un rol preponderante junto a su presidente Pablo Iturralde, el cual nos ha escuchado. Hemos articulado muy buenos vínculos con el senador Sergio Botana, hemos tenido un acercamiento con el intendente de Maldonado, Enrique Antía y con la Alianza Nacional, a través ahora del liderazgo de Carlos Camy. Con Jorge Gandini también tenemos un buen relacionamiento a pesar de que nos golpea en las redes sociales, pero es un poco por su forma de ser. Yo digo que su frustración política es que quisiera que Sartori fuera diferente, pero yo le digo que Sartori es Sartori y Gandini es Gandini. Y también tengo una muy buena relación con el senador Sebastián Da Silva. Entonces a nivel partidario hay puentes tendidos o que se están tendiendo de muy buena manera, para posicionarnos hacia la próxima elección.
¿Cuáles son los planes del sartorismo con vistas a las elecciones de 2024?
Hay un gran debe de nuestro sector que es terminar de armar la estructura. Sartori fue un fenómeno político y lo va a seguir siendo. Tiene una connotación social que escapa a los cánones. No es un caudillo tradicional, pero tiene ese carisma especial de la nueva generación de dirigentes que la gente sigue, independientemente del partido político. Es por eso que creo que tiene importancia para el Partido Nacional. En esa visión de líder natural, la estructura política no es fácil de armar y estructurar, pero lo estamos haciendo.
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