Es la quinta generación de productores ganaderos. Ejerce la vicepresidencia de la Sociedad de Fomento Rural de Castillos y es secretaria de la Federación Rural.
Se presenta por la lista 1915, la del oficialismo. ¿Cuánto hay de continuidad y cuánto de cambio en su propuesta?
Ese ha sido como el punto de inflexión que se ha dado. En realidad, cualquiera que vaya a asumir va a ser continuador de los temas que venimos trabajando. Entonces sí soy oficialista porque estoy en la mesa y mis compañeros me propusieron como candidata, y porque voy a continuar con estos temas que estamos, pero no quiere decir que una no vaya a poner su impronta personal, sus características e incluso haya elegido un equipo de trabajo diferente al que hay ahora.
Que no se vea desde afuera que hay una división interna por los intereses del productor. Lo que me gusta es que Federación Rural se haya animado a apostar a la dirigencia femenina, me parece que es un logro muy importante. Las mujeres nos estamos animando a ocupar espacios. Más allá de todo, las elecciones están dando ese mensaje.
¿Qué le ha dejado la campaña de las elecciones?
Es lindo porque una va viendo las realidades en otros departamentos, otros problemas y requerimientos. Y eso me parece que acerca a la institución a las federadas. Muchas veces se ve de afuera que la Federación no las representa y en realidad el gremialismo es un trabajo de hormiga, todo el tiempo hay que ir negociando y buscando soluciones. No olvidemos que nosotros no gobernamos, sino que se busca sugerir al gobierno de turno, muchas veces somos escuchados y otras no.
Plantea en su programa un “ruralismo moderno” y volver a las bases. ¿Cómo llevarlo adelante?
No debemos olvidarnos que fueron las federadas las que crean la Federación Rural. El hecho de que las federadas no se sientan representadas en algunos temas o que no se han acercado como deberían a la Federación Rural, ha llevado a un debilitamiento en ese feedback necesario para saber qué pasa en una zona y abocarse a las soluciones. Estamos viviendo un proceso bastante crítico de recambio generacional, eso es otra cosa que uno ve ahora.
Y hablamos de un ruralismo más moderno porque ahora está el whatsapp, las redes sociales, reuniones por zoom, es más dinámico y hay que apoyarse en esas herramientas tecnológicas. Así como en el agro estamos tratando todo el tiempo de incorporar tecnología, en la Federación Rural no se puede quedar atrás. Los temas que nos preocupan a todos son los combustibles, la baja rentabilidad en el predio, las rentas, la forestación, el medio ambiente.
¿Cuáles son los principales referentes de su equipo de trabajo?
Busqué en el equipo que me va a acompañar una persona en cada área. El Ing. Agr. Andrés Alayón que es el presidente de la Asociación Agropecuaria de Dolores, Sergio Abreu de la Asociación de Productores de Leche de Florida, Alan Tricot, productor ganadero de la Sociedad Fomento de Rivera, Carlos Rey y Nicolás Harriague que son forestales y ganaderos, y Facundo Meirelles que es ganadero pero también abogado y nos asesora en todo lo que necesitamos. Hay gente del litoral, del norte, del sur y del este. La idea es complementarnos entre todos y hacer un trabajo profesional de compromiso, como lo vienen haciendo.
Algunas federadas han presentado ponencias expresando su preocupación ante ciertos problemas vinculados al avance de la forestación. ¿Coincide en algo con esas posturas?
Nosotros estamos en consonancia con el tema de la forestación. También es algo que nos da cierta división moral porque por un lado con el proyecto de ley que se impulsó en Diputados quedamos como que estamos favoreciendo a la forestación y en realidad la posición de la Federación Rural, que sigue siendo la misma, es que no queremos limitar el poder de diversificar del productor, es decir, la libertad de hacer lo que tú quieres en tu predio.
Muchos productores han encontrado una alternativa en la forestación por el tema de la rentabilidad. Con esto no digo que esté bien que se hayan forestado campos que no eran aptos para forestarse. Creo que hay que dar una regulación y estar arriba de lo que se puede forestar y lo que no, controlar las excepciones y que no sea un puente para irregularidades que perjudiquen a los productores ganaderos o se destine un suelo que puede tener otra productividad para la forestación que es una injusticia.
¿Qué hacer para detener los estragos generados por los depredadores en el campo?
A mí personalmente me preocupa mucho porque soy criadora de ovinos, que es una base de nuestra economía familiar. Ahora todos los depredadores naturales pasaron a segundo plano porque tenemos los perros y las jaurías. Es un tema que hay que ir de lleno. Sé que voy a sumar muchos enemigos con esto, pero creo que la perrera es algo que urge. Todo el mundo sabe que yo soy entrenadora de Border Collie, que amo los perros, pero me gusta que sean una herramienta de compañía o trabajo, que tengan un tenedor responsable. Los perros no pueden estar sueltos y menos dañando la producción del país. Así también con los otros depredadores.
Creemos que hay instrumentos o tecnologías que se han incorporado como el perro Maremma que nos ha dado un resultado fabuloso. Tanto INIA como SUL han hecho un trabajo muy responsable y es algo que debemos seguir impulsando. También en algún momento la alternativa del veneno dio mucho resultado, ahora está vedado, pero hay que ir buscando alternativas rápidas desde lo interinstitucional.
En su plataforma plantea fomentar el rubro ovino, ¿de qué manera?
El mercado está acompañando con los precios y el mercado de China es un pilar fundamental, pero hay otras alternativas, como la exportación a Brasil. El tema que se declarara un país libre de aftosa sin vacunación nos limita un poco. También trabajar en compartimentos ovinos que para Estados Unidos le da un plus al cordero. Muchos productores no saben cómo estructurarlo y creo que las instituciones somos un canal importante para llevar esa información, o nuclearlos o formar un campo de recría que les ayude, para venderlos con valor agregado. La capacitación es fundamental y el SUL juega un rol clave. Fueron muchos esquiladores a España y se está valorizando la mano de obra uruguaya, eso también es algo que gratifica y nos muestra como un país profesionalizado.
Además, está el tema de la venta estacional para lo que hay que seguir trabajando con INAC y el MGAP para ir salvando esos escollos y se vuelvan a habilitar los mataderos que había en el interior, de modo de evitar la faena clandestina.
Muchos productores señalan el gran problema de la garrapata. ¿Cómo piensa encarar el tema sanitario?
Hemos estado muy abocados en el Consejo a estudiar minuciosamente las campañas sanitarias. Se formó una comisión de veterinarios y las sugerencias de Federación Rural las presentamos al ministro de Ganadería. En el tema de brucelosis sería ver si la vacunación tiene que ser obligatoria o no, en eso estamos un poco divididos, porque también es un costo que se le agrega al productor que no está en zona de brucelosis ni cerca de un predio. Sabemos que la garrapata es un tema que está desmadrado, el ministro lo vivió en carne propia, sabe bien cómo es el tema y está tan preocupado como nosotros. Hemos tenido casos de resistencia al norte del país, también la garrapata infecciosa. Hay que ver si se están haciendo bien las campañas, si los protocolos se ejecutan de manera correcta en los predios.
También hay un factor humano. En eso tenemos que trabajar, que el productor sea consciente de su propia sanidad en el predio. Las dos partes tienen que trabajar, porque el Ministerio también ha tenido ciertas falencias que las estamos viendo ahora. Sabemos la falta de personal que hay y creo que por ahí ha ido la omisión. Pero no hay que mirar hacia atrás sino hacia adelante y la Federación Rural puede ser ese nexo entre el productor y el gobierno.
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