Después del muro. La reconstrucción del mundo tras 1989. Kristina Sporh. TAURUS. 2021, 894 págs. $ 1490.
Un apasionante friso del momento en que todo cambió. Cayo el Muro, la Unión Soviética implosionó, Francis Fukuyama profetizó un mundo sin historia, un mundo definido por el liberalismo. Pero mientras tanto, en China su dirigencia apostó por el partido comunista en el poder, apostó por reprimir a los estudiantes en la Plaza de Tiananmén. Y por un capitalismo a la usanza oriental. Deng Xiaoping, el Secretario del Partido Comunista Chino en 1989 expresó: “No nos importa lo que digan los demás de nosotros. Lo único que verdaderamente nos importa es un buen entorno para desarrollarnos. Nos basta con que la historia acabe demostrando la superioridad del sistema socialista chino”.
“Después del muro” es una obra impactante por un sinfín de razones. Su autora, una politóloga de origen finés alemán, es profesora distinguida en el Centro Henry A. Kissinger de Asuntos Globales de la John Hopkins University (Washington). Y la presente obra abarca prácticamente mil páginas de detallada documentación, incluyendo material de inteligencia recientemente desclasificado. Acotar que unas 200 páginas son de notas da una somera idea del trabajo minucioso. Y con dicha minuciosidad se aboca a desentrañar el delicado juego de ajedrez que implicó este torbellino geopolítico.
Margaret Thatcher, gran aliada de Ronald Reagan, no veía con buenos ojos la reunificación de Alemania. Francois Miterrand tan solo rememoraba décadas de confrontación con una Alemania poderosa. Pero este vertiginoso puzzle se resolvió impactantemente de manera pacífica gracias a las decisiones tomadas por un grupo de líderes internacionales que trabajaron codo con codo para reinventar las instituciones y configurar nuestro mundo de hoy.
Analizar la trayectoria y las interrelaciones entre George H. W. Bush, Mijaíl Gorbachov, Margaret Thatcher, Helmut Kohl y Francois Miterrand desde una perspectiva claramente original será otro de los logros de Kristina Spohr.
¿Alguien ganó la Guerra Fría? Buena pregunta. La autora sostiene que si hubo un triunfador real fueron las multitudes de Europa Oriental que lograron la hazaña de conquistar la libertad de un modo increíblemente pacífico a la luz de la sangrienta historia europea.
¿EE.UU. le ganó a la Unión Soviética? De algún modo sí, pero la autora insiste en un concepto clave: el sistema soviético no pudo transformarse y pasar a una nueva etapa. Sus contradicciones, sus lastres históricos y factiblemente el conflicto de Afganistán confluyeron en ese insólito proceso de implosión. Pero la euforia de los círculos liberales que auguraron elecciones irrestrictas por doquier se estrellaron ya no con el Muro de Berlín recientemente demolido sino con la Muralla China. Y es a este tema que Spohr, discreta alumna de Henry Kissinger, dedica gran parte de sus análisis.
La amistad de Bush con Deng y la enorme desconfianza que la euforia de Gorbachov generaba en la élite china abarca un fascinante capítulo. “Deng desconfiaba. Aunque veía con buenos ojos establecer unos lazos económicos más estrechos con la URSS, no le gustaba el entusiasmo de Gorbachov por las reformas políticas e incluso lo tachaba de “idiota” por anteponer la política a la economía”.
Una obra imprescindible para acercarnos a una comprensión de un mundo que se ha transformado en forma exponencial. Una obra excepcional.
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