Historia de un amor no correspondido: Feminismo e izquierda en los 80. Ana Laura De Giorgi. SUJETAS EDITORES, FRIEDRICH EBERT STIFTUNG, 2020, 276 págs., $420.
Ana Laura de Giorgi, doctora en Ciencias Sociales y docente en Epistemología Feminista y en Feminismos del Sur, es también autora de Las tribus de la izquierda: bolches, latas y tupas en los 60. En el presente ensayo presenta un tema clave de la escena política: la irrupción de los movimientos sociales definidos por su apelación de género. Feminismo, ¿pero cuál? ¿Qué implica feminismo de cuarta ola? ¿Pero ser feminista y de izquierda son adjetivaciones de una misma identidad política?
De Giorgi, asumiendo su compromiso con la causa feminista, centra su estudio en el complejo proceso de apertura política; un momento de eclosión social donde la militancia política tuvo su encuentro con mujeres que reclamaban un lugar muy distinto al otorgado históricamente por dichas organizaciones.
Como expresa Elizabeth Jelin en el prólogo: “Para entender la lucha antidictatorial y de recuperación democrática, había que prestar atención a los partidos políticos –inclusive los de izquierda–, también había que dar cuenta de la actuación de un conjunto diverso de organizaciones sociales y militantes. Entre ellos estaba el movimiento de mujeres, que captó la atención de Ana Laura por lo poco o nada que se había incluido su accionar en los análisis de la transición política. La conjunción (y disyunción, como se reveló a lo largo de la investigación) entre “el feminismo” y “la izquierda” se convirtió en el eje del trabajo”.
Y como muestra, vale una transcripción de la Revista Estudios, la publicación teórica del PCU que despejaba dudas a la militancia con la firma de su Secretario, Rodney Arismendi. Mientras reconocía la emergencia de nuevos temas, como la discusión sobre el militantismo, la revalorización de la democracia, el recambio de las generaciones, la “emancipación” de la mujer, la necesidad de incorporar más mujeres al Comité Central alertaba que en modo alguno esto podía implicar la aceptación del feminismo:
“Y con ello no concedamos nada al feminismo, que reacciona básicamente ante las formas alienantes de vida de la mujer en el capitalismo, pero que a veces coloca más el acento en aspectos laterales, que en la gran problemática, social, económica y política”.
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