Casi sin advertirlo, el pasado 19 de junio apareció en internet el documental San Servando, fruto del trabajo de historiadores independientes que durante años estudiaron la fugaz y pujante historia de una villa en el actual departamento de Cerro Largo, próximo a lo que hoy se conoce como la ciudad de Río Branco.
Hacia principios del siglo XIX, mientras nacía la República Oriental del Uruguay, comenzó a poblarse la zona a orillas del río Yaguarón. Los primeros pobladores fueron soldados que llegaron junto a Servando Gómez, en su mayoría criollos y guaraníes provenientes de las misiones que en algunos casos llegaron junto a sus familias, constituyendo una población considerable.
En 1834 llegaron los primeros comerciantes, y un año después se constituyó una viceparroquia, de modo que junto a la llegada de brasileños que huían de la revolución, la villa adquirió relevancia y se instituyeron autoridades para conservar el orden, aduana, juez de paz, comisaría, alcalde, entre otros.
Una villa destacada en la banda oriental
Para realizar la investigación que dio lugar a la recuperación histórica del archivo de San Servando, Martín Bueno, Juan Carlos Muniz y Elías Pereira dedicaron años de trabajo motivados por el único deseo de mantener viva la memoria de lo que representó la villa.
Martín es piloto comercial y agrícola, oriundo de Florida pero radicado en la zona. En conversación con La Mañana, contó cómo surgió su inquietud por sumarse a la investigación de sus compañeros. “De niño siempre tuve curiosidad por los cerritos de indios, el material indígena, toda la parte antropológica y arqueológica, siempre estuve leyendo, y de grande también me llamaron la atención los sitios históricos. Y me empecé a vincular con Juan Carlos y Elías que son los que se encargaron de la parte cartográfica, artística y bibliográfica del documental. Entonces me uní a ellos y me llamó poderosamente la atención la historia de la villa. Yo formo parte del trabajo de campo realizado en el sitio”, comenzó relatando.
“Es impresionante la historia de esa villa. Uno cuando se imagina los pueblos fantasmas piensa en construcciones en pie, todo vacío, y que pasa aquel rollo de pasto seco girando por el medio de la calle, pero acá es una villa que fue de las más desarrolladas de la campaña de la banda oriental. Pero no se ve nada, porque la sedimentación borró los vestigios del rancherío, si bien algunos eran de teja muslera y de ladrillo de barro no se ve nada. Pero si uno hace una incursión en la tierra se da cuenta la cantidad de recursos que se destinó en ese momento a su construcción”.
“El primer presidente constitucional del Uruguay, Fructuoso Rivera, se lo decía a Servando Gómez y éste le contestaba que estaba quedando una de las villas más evolucionadas de la campaña de la banda oriental. El 90% de las construcciones era de paja, barro y palo a pique, y en San Servando los ranchos tenían tejas. Había recursos, y eso lo vemos en la platería, los arreglos, las monedas, las insignias de generales de alto rango que se encuentran allí. Había indios guaraníes de las misiones, esclavos libertos y generales de alto grado, muchos partícipes de (la batalla de) Ituzaingó”, explicó Bueno.
En el año 1851, el presidente Manuel Oribe decretó la apertura del puerto de Arredondo, en las márgenes del río Yaguarón, lo cual inexorablemente generó un despoblamiento paulatino de villa San Servando. Desde entonces, la actividad arrocera ha dominado los campos donde hace dos siglos se vivieron años de pujanza social y económica, que hoy rescatan Elías, Juan Carlos y Martín en su trabajo documental.
Desenterrando historia
El trabajo comenzó con Elías y Juan Carlos cerca del año 2002, recolectando planos originales y relatos de antiguos pobladores, a raíz de una leyenda que existía en la zona del antiguo cementerio. “Comenzaron a entrevistar gente, que contaba que en el año 1968, cuando se plantó arroz por primera vez en esos campos, los tractores se enterraban y caían en las fosas del cementerio y no los podían cinchar, que las cadenas se desaparecían, que se les apagaban los tractores, y varias leyendas paganas del estilo. En ese momento comenzaron a desenterrarse vestigios del poblado”, contó Martín, que se sumó al equipo algunos años más tarde.
En el 2005 Juan Carlos y Elías hicieron una cruz caravaca misionera en honor a todos esos soldados caídos que eran en su mayoría indios guaraníes. Luego continuaron a través de documentación y de planos antiguos y bibliografía tratando de ubicar bien la villa, para tratar de reconstruirla, y en el año 2018 apareció Martín Bueno. “Juan Carlos me lleva al sitio, y empecé a hacer el análisis del terreno y el relevamiento de campo. Ahí empezó a tomar color la diagramación de la villa en sí. Nosotros reconstruimos la villa, porque hoy en día no se ve nada”, aseguró.
Luego de realizado el trabajo de campo por parte de Bueno, culminaron la parte que faltaba y conformaron el recién estrenado documental, que se estrenó en el canal 8 de Río Branco, y se transmitió en el resto del departamento. “Hicimos una entrevista previa al estreno, y luego lo subimos a Youtube para que la gente lo viera, porque creemos que es la manera de que tenga mayor difusión y se conozca la historia”, enfatizó el piloto e historiador.
A pesar del minucioso y detallado trabajo de los historiadores, su confección se llevó a cabo gracias al impulso personal de los integrantes del grupo, “este trabajo lo hicimos a puro pulmón, invirtiendo nuestro tiempo y nuestras ganas. El editor de buena onda vio la calidad del trabajo y la importancia que tenía para nuestra localidad y nos ayudó, si bien es de una importancia tremenda a nivel nacional la villa San Servando, que el propio Fructuoso Rivera la mandó fundar”, historia desconocida para el público en general.
A modo de ejemplificar la relevancia de lo que fue San Servando, Bueno contó: “La revolución Farroupilha fue la sublevación de grandes estancieros y comerciantes saladeriles riograndenses, a los cuales el imperio del Brasil le cobraba mucho impuesto por el charque, mientras el charque y cuero uruguayo iba más barato y de una calidad igual o mejor, entonces no tenían cómo competir. Y en San Servando había más de veinte saladeros, con un puerto con salida directa a la Laguna Merín y por ende al puerto de Río Grande, y por ahí entraban los cueros y charques uruguayos, y fue en parte a raíz de eso que estalló la revolución”.
“El estado oriental tenía cuatro años de vida independiente cuando se fundó la villa, por eso creo que es de incumbencia nacional, no solo local, pero lamentablemente no hemos recibido demasiado apoyo, y la pandemia lo puso un poco más difícil. Lo nuestro es dar a conocer la historia, y no tenemos intención de lucro ninguna, porque no vivimos de esto”, dijo.
El libro y el potencial de una zona rica en historia
El próximo paso para el proyecto es la presentación de un libro. “Ahora viene la parte bibliográfica, en este momento estamos escribiendo el libro, lo cual conlleva otros costos. En esta instancia apuntamos a un material muy gráfico, que se pueda usar con niños y jóvenes, con acuarelas, ilustraciones, y fotos”.
El artista que realizó las ilustraciones fue Juan Carlos Muniz, y el plano de la villa lo hizo en colaboración con Martín, a raíz de un diagrama realizado con el material rescatado y donde reconstruyeron por orden jerárquico social ubicando quien estaba en cada lugar.
La población de San Servando, que data del siglo XVIII, incluía habitantes provenientes de las misiones jesuíticas. “Hay registro de un entierro en el cementerio de una señora de noventa años, de origen guaraní, nacida en 1745, cuando existía Colonia, Montevideo y poco más de lo que hoy conocemos como Uruguay. La mayoría de los soldados que están en el cementerio eran guaraníes, y la mezcla de orígenes era muy común, así como esclavos libertos que trabajaban en los saladeros. Había comisario, juez de paz, guardia militar, comercio, viceparroquia, alcalde, para un pueblo de 1835 estaba bastante bien”, reflexionó Bueno.
“Nuestra localidad tiene un potencial histórico tremendo. Tenemos también el Fuerte de Borbón, que fue la última resistencia de la corona española en la banda oriental, el último lugar donde se acantonaron los españoles en las luchas artiguistas fue acá contra el Yaguarón. Acá también tuvimos cañones, espadas, lanzas, luchas revolucionarias artiguistas, de la campaña cisplatina, la historia de San Servando. Tenemos mucha historia, y nuestra misión es continuar recuperando esa memoria”.
“Por San Servando pasaron grandes personalidades históricas como Fructuoso Rivera, Manuel Oribe, Bento Gonçalves. Queremos difundir la historia, y que se pueda llevar a nivel turístico. Creo que habría que apuntar a un museo de historia local, que sería importante a nivel nacional, porque el acervo lo tenemos”, concluyó.
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