En Salto hay unos 400 productores hortícolas medianos y pequeños, de los cuales entre 80 y 100 están siendo afectados por un serio endeudamiento que quieren pagar, pero no pueden.
La Dra. Cecilia Eguiluz dijo a La Mañana que ese departamento cuenta con un cinturón de productores hortícolas con muchos años de historia y tradición familiar y que “en los últimos 30 años puso mucha tecnología” para mejorar la producción.
Entre los años 1990 y 2000 había unas 900 familias hortofrutícolas, “fue una época de pujanza del sector con mucha incorporación de tecnología”, pero en los últimos años sufrió “una reducción de aproximadamente el 56%, habiendo hoy 396 productores medianos y pequeños”.
El espacio dejado por la caída en el número de productores familiares fue llenado por empresas más grandes que “no tienen las características del familiar” por lo cual el producto “sigue saliendo, pero con una concentración” en desmedro del familiar, señaló.
Explicó que a partir de varios eventos climáticos los establecimientos sufrieron daños diversos generándose un crédito que no ha podido pagarse. Algunos productores pudieron hacer frente al primer crédito y otros también al segundo, pero “en la actualidad hay un atraso importante y algunos con la posibilidad de perder sus chacaras”.
La abogada destacó los problemas de rentabilidad del sector, lo que también redujo la capacidad de generar mano de obra, aún en épocas de zafra. “Ahora las familias están trabajando solas porque no pueden pagar mano de obra”, además de que tienen que elegir entre “pagar el endeudamiento o invertir en infraestructura” cuyos costos “son importantes, en dólares y encarecidos” por diferentes factores. “Todo eso hizo que los productores no pudieran hacer frente a los créditos, y los que hasta ahora sí pudieron ya no tiene posibilidad de pagar los meses que vienen. Si no se buscan soluciones, el sector va a perder un 25% de sus productores”, enfatizó.
Los importante es que “los productores quieren pagar y producir” y están en la disyuntiva de que “si pagan no producen y si producen no pagan”, sintetizó.
Un problema estructural
La Mañana también consultó a Italo Eduardo Tenca que es productor de Salto e integrante de la Junta Nacional de la Granja. Dijo que Salto y Bella Unión son el segundo núcleo productivo hortofrutícola a nivel nacional, después de la zona sur que abarca Canelones y sus proximidades.
En el norte se produce a contraestación, esto es en pleno invierno, y abastece el mercado nacional, si no fuera así habría que importar el alimento con el incremento de costos que ello conlleva.
Actualmente hay casi 400 productores dedicados al rubro sin contar el citrus, y se poseen “400 hectáreas bajo techo”, esto es con sistemas de invernaderos, microtúneles y macrotúneles, más 1.700 o 1.800 hectáreas a campo.
El sector pasa por un tema “estructural” que no solo afecta a los salteños, dijo el productor, y explicó que “vendemos en pesos y compramos todos los insumos en dólares, una ecuación que siempre fue así pero que con el valor del dólar en otro momento ayudaba”, pero ahora “por el valor del dólar y porque los productos han subido su precio en dólares, más la pandemia y el aumento de los costos de fletes internacionales” el golpe ha sido fuerte con “la ecuación de rentabilidad desfavorecida”.
Pero “el más golpeado es el pequeño y mediano productor, más aún el pequeño porque por un tema de escala su ingreso de productos al mercado no puede ser constante, y sucede que cuando produce no vale nada y cuando el valor mejora no tiene para cosechar”, describió Tenca.
Falta una mirada estratégica
La Dra. Eguiluz resaltó que “Salto está golpeadísimo y sin inversiones, lo que hace que no se genere mano de obra. El sector hortícola si bien no era el mayor generador de trabajo en la época de zafra daba trabajo a muchísima gente, pero eso también cambió, porque al no poder pagar sus deudas ni mejorar su infraestructura para producir, tampoco tiene capacidad de contratar”.
Cuestionó que “en los últimos 20 años no ha habido una mirada de focalizar al sector para mantenerlo como estrategia de producción y trabajo. Es importante mantener el sector porque es de personas trabajadoras que lamentablemente se están fundiendo trabajando. Trabajan todo el día en sus chacras, no tienen sábado ni domingo, luego van a vender una plancha de zapallitos y se la pagan a 80 pesos y eso no da para pagar ni a un empleado”, sostuvo.
Consultada sobre qué necesitan los productores para salir del problema, Eguiluz dijo que “todo el mundo cree que el agro anda volando porque hay rubros que están muy bien con sus precios, pero hay otros que la están pasando mal” y a éstos “hay que sostenerlos para que no se vayan a las ciudades”.
Una propuesta es que se les otorgue una prórroga como “han tenidos otros” y de las que el sector hortícola quedó afuera. Prorrogar las cuotas en el banco permitiría que “lo poco que cobran pueda invertirse en producir. Ellos quieren pagar y trabajar, pero si pagan no pueden trabajar”.
“Hay que pensar en el sector con créditos a medida” porque estos productores “no cobran todos los meses sino cuando cosechan lo que producen”, precisó.
Que nadie se vaya del campo
Tenca en tanto señaló que como dirigente gremial su primer función es ver que “nadie se vaya del campo por problemas así”, y comentó que “si hay compromisos contraídos hay que honrarlos”, la cuestión es qué sucederá con el productor que no puede pagar, se preguntó.
Destacó que en los diversos encuentros que ha mantenido con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca ve “voluntad de encontrar una salida”. Una de las posibles soluciones es que se pida “una extensión de plazo, pero ahí hay una reestructura de la deuda y eso genera más intereses. Pero si te dan oxigeno es importante”, reflexionó.
Insistió en que el Ministerio “tiene buena voluntad, pero hay una situación productiva y de rentabilidad que es compleja, no se puede desconocer y que hay que atender. Lo que nadie quiere es que el productor se vaya del campo, eso es lo peor que puede pasar porque el sistema productivo se reciente cada vez más”.
La producción hortofrutícola es viable
Tenca dijo que la producción es viable y necesaria. “Viable porque hay productores que generación tras generación viven de esto”, son familias “con más de cien años de vida y experiencia”, además de que “es necesaria y fundamental sostener estas actividades por un tema de independencia alimentaria”, además de que el cierre o venta de establecimientos pequeños o medianos significa que más personas dejen el campo y se vaya a las ciudades.
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