Líderes regionales, junto al primer ministro Justin Trudeau, se sumaron al llamado por la paz y la convivencia contra ataques que han dañado varios templos católicos que incluso son usados por la comunidad indígena. Los ataques se provocaron tras el descubrimiento de tumbas cercanas a varios antiguos internados para niños indígenas.
En tiempos donde el pasado vuelve a estar presente y nuevas visiones interpelan los relatos históricos a nivel occidental, en junio el hallazgo de varios cementerios que se encontraban cerca y dentro de antiguos internados para niños de las comunidades indígenas canadienses ha marcado nuevas reacciones a nivel nacional.
En estos internados de distintas comunidades indígenas llegaron a hospedar casi 150.000 estudiantes durante más de 110 años y tuvieron una modalidad de gestión dual entre el gobierno canadiense y la Iglesia católica. La polémica estalló por los indicios de prácticas de asimilación forzosa que se habrían practicado en esos centros, que fueron cerrados a fines del siglo pasado.
La revelación desató algunas protestas que desembocaron en graves incidentes con la provocación de incendios que destruyeron total o parcialmente varias iglesias católicas a lo largo del país como así también manifestantes han derribado estatuas de la reina Victoria de Reino Unido.
Ante el hallazgo, el papa Francisco escribió en su cuenta de Twitter: “Estos momentos difíciles son un fuerte llamado a todos para alejarnos del modelo colonizador y caminar codo con codo, en diálogo, en el respeto mutuo y en el reconocimiento de los derechos y valores culturales de todas las hijas e hijos de Canadá”.
En la Conferencia Católica Canadiense de Obispos (CCCB) afirmaron su compromiso con profundizar la cooperación con las comunidades indígenas y mediante un comunicado anunciaron que una delegación compuesta de representantes nativos de los Metis, Inuits y las Primeras Naciones, jóvenes y líderes nativos junto a obispos se reunirán con el sumo pontífice del 17 al 20 de diciembre de este año.
“No ayuda a construir un país mejor”
Varios templos han sufrido ataques, como la destrucción de la iglesia San Juan Bautista en Morinville, Alberta o el daño parcial que sufrió por incendios la Iglesia católica de las Primeras Naciones en Nueva Escocia el pasado miércoles.
La situación fue ampliamente condenada a nivel nacional con el Jefe Nacional de la Asamblea de las Primeras Naciones, Perry Bellegarde, diciendo que “destruir la historia de otras personas no ayuda a construir la nuestra. Quemar nuestras iglesias de ninguna manera nos ayuda a construir un país mejor, más fuerte y más unificado basado en el respeto mutuo. Creo en la unificación más que en la división”, afirmó Bellegarde en Radio Canadá.
Por su parte, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, sostuvo que “esa no es la forma de proceder”. “La destrucción de lugares de culto es inaceptable y debe detenerse. Debemos trabajar juntos para corregir los errores del pasado”, añadió.
Otra voz que condenó estos hechos fue la de Audrey Poitras, la presidente de la Nación Metis de Alberta, quien afirmó que “la Iglesia tiene conexión con los Metis, sus miembros se han casado ahí y también han dejado zapatos en las escaleras para conmemorar a los niños que fueron a las escuelas residenciales”. Según el diario local canadiense Kamloops This Week Poitras también afirmó: “La violencia y la destrucción no son la manera de actuar durante estos tiempos difíciles”.
Por su parte, David Chartrand, vicepresidente del Consejo Nacional Metis, afirmó que “muchos indígenas son católicos y que la destrucción de iglesias puede exacerbar el trauma que ya están experimentando” según el diario local Penticton Herald. En la nota, el vicepresidente, que será parte de la delegación que se reunirá con el papa Francisco en diciembre de este año, agregó que “a pesar de que se necesita una disculpa del Vaticano, la Iglesia continúa desempeñando un papel importante en la vida de muchos pueblos indígenas. Hay costumbres de nuestra cultura que hemos incorporado a las iglesias”, finalizó.
TE PUEDE INTERESAR