A punto de recibirse de ingeniero agrónomo, Santiago Corrales apuesta a producir animales de alta genética en el establecimiento familiar dónde producen la raza Angus. Allí recibió a La Mañana contó sus experiencias y objetivos y compartió parte de su rutina diaria.
La mañana había amanecido serena y el cielo despejado, lo que auguraba que iba a ser un día espectacular de invierno, de esos que hay que aprovechar en estas épocas del año. Eso sí, el frío se metía hasta los huesos. Eran las ocho cuando el responsable del establecimiento La Franqueira, propiedad de la familia Corrales, recibió a La Mañana.
Santiago, quien desde hace un tiempo se instaló en el lugar junto a su familia, ya rumbeaba hasta el galpón a seguir las tareas matutinas ya comenzadas un rato antes. Las primeras labores diarias son las de racionar las diferentes categorías Angus que se producen en el establecimiento ubicado apenas a un kilómetro de 25 de Mayo al sur del departamento de Florida.
Tras varios años desarrollando agricultura, las 236 hectáreas ahora serán utilizadas para la explotación ganadera de la raza Angus. El proyecto consiste en ir incorporando cada vez más praderas con el fin de desarrollar una producción pastoril, apostando a la mejora genética de los animales y cumplir todo el ciclo productivo.
El proyecto que se está comenzando a desarrollar consiste en una explotación ganadera con un sistema de pastoreo rotativo diario. Una de las características del emprendimiento es el trabajo con dos planteles donde uno de ellos está integrado por ganado pedigree con destino a comercialización de toros y vientres. El plantel de animales generales persigue el objetivo de ser más productivo.
Cómo buen futuro ingeniero agrónomo, Santiago sabe que la eficiencia y las nuevas tecnologías van de la mano. En ese sentido, la producción de ganado pedigree que están llevando adelante se sumó al nuevo sistema desarrollado por INIA a través del control de datos de EPD. Si bien existen diferencias en los objetivos genéticos de los planteles, el manejo ganadero de ambos rodeos es el mismo.
El establecimiento cuenta en su mayoría con pasturas sembradas, debido a que anteriormente fue una explotación agrícola. Solo veinte hectáreas disponen de pasturas naturales, indispensables para que en épocas de lluvias ofrezcan alimento a los animales y poder cuidar el resto de las praderas.
Desde los primero meses los terneros son enseñados a comer ración anticipándose a acontecimientos climáticos adversos cómo puede ser una sequía. De esta forma terneros y terneras, aunque separados tienen una dieta diaria de ración del uno por ciento de peso vivo.
“Queremos convertir toda la celulosa a carne” sostuvo Santiago haciendo referencia al plan de trabajo trazado buscando que el sistema de alimentación de los animales sea a pasto. Agregó que las praderas se producen en base a festuca, Lotus blanco y achicaría.
El productor floridense tiene las ideas claras. Ser eficiente, producir animales que tengan facilidad para convertir pasto en carne y mejorar la genética cumpliendo con lo que necesita el mercado. Pero fue más allá y enfatizó que hay que “superar las metas de producción”, porque el Uruguay tiene potencial suficiente para seguir creciendo.
TE PUEDE INTERESAR