Una parte fundamental de la buena escritura es evitar el exceso, algo que muchos escritores no entienden. Lo siguiente –que, por supuesto, es obvio– es ser consciente de la musicalidad, de la sinfonía de las palabras y hacer que la expresión escrita sea aceptable para el oído. Cómo y con qué éxito se logra eso, no lo sé, pero ciertamente es algo que siempre me ha ocupado. (…) Y la tercera cosa es no asumir nunca que el primer borrador es el correcto. El primer borrador cuando escribes implica el terrible problema del pensamiento, combinado con el terrible problema de la composición. Y sólo en el segundo, tercero y cuarto borrador uno logra abstraerse realmente de ese dolor original y se tiene la oportunidad de hacerlo bien. He dicho muchas veces que recién pongo esa nota de espontaneidad que les gusta a mis críticos en el quinto borrador. Lo último, en temas de economía, es tener siempre presente esta gran verdad, y es que no existen proposiciones en economía que no puedan enunciarse en un lenguaje claro y llano. Simplemente no las hay.
El economista John Kenneth Galbraith, en entrevista con el presentador Harry Kreisler, en la serie de entrevistas “Conversations”. 27 de abril de 1986.
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