La actual desconexión entre la calma del mercado y las tensiones sociales subyacentes, quizás en ningún lado sea tan aguda como en América Latina. La pregunta es cuánto tiempo más puede continuar esta disonancia evidente. Por ahora, los datos económicos de la región siguen mejorando y los mercados de deuda permanecen misteriosamente imperturbables. Pero la furia candente se está propagando por las calles, particularmente (pero no exclusivamente) en Colombia. La tasa de nuevos casos diarios de covid-19 en América Latina ya es cuatro veces más alta que la mediana de los mercados emergentes, incluso considerando que una tercera ola de la pandemia ya está en curso, y esto hace que los 650 millones de personas de la región enfrenten un desastre humanitario en pleno desarrollo.
Mientras la incertidumbre política aumenta, la inversión de capital se ha estancado en una región ya asolada por un bajo crecimiento de la productividad. Los datos económicos latinoamericanos en lo que va del año son buenos solo porque no son tan espantosos como en 2020, cuando la producción cayó el 7%. En abril, el Fondo Monetario Internacional pronosticó que el PIB de la región aumentaría el 4,6% en 2021; estimaciones más recientes están más cerca del 6%. Pero en términos per cápita, la mayoría de las economías latinoamericanas no regresarán a los niveles prepandémicos hasta bien entrado el 2022, o después. Lo preocupante es que gran parte del crecimiento real de la región este año surge de los crecientes precios de las materias primas alimentados por la recuperación en otras partes, no por mejoras genuinas de la productividad que sustentarán el ingreso a lo largo del ciclo de las materias primas. Para peor, los hogares de bajos ingresos han sido especialmente golpeados por la pandemia y la crisis económica asociada a ella. Para aumentar el gasto y abordar la desigualdad de manera sostenible, los países latinoamericanos también deben encontrar el modo de aumentar los ingresos presupuestarios. Los gobiernos que buscan redistribuir el ingreso necesitan aumentar los impuestos a los ciudadanos más acomodados y no disimular temporariamente los problemas con más deuda.
Kenneth Rogoff, en Project Syndicate
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