Como corolario de una situación largamente anunciada, el gobierno uruguayo anunció a sus socios su intención de emprender un camino de acuerdos extrazona y concretar nuevos tratados de libre comercio. El Ejecutivo apunta en dirección a China al tiempo que también aparecen otras naciones interesadas en avanzar hacia esa posibilidad.
El pasado 7 de julio la Cancillería uruguaya emitió un comunicado de prensa en el marco de la LVIII Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común (CMC) del Mercosur, en la que Brasil asumió la presidencia pro-témpore del bloque.
En el texto se expresa que “Uruguay al tiempo que reivindicó su pertenencia al Mercosur, comunicó que comenzará a conversar con terceros para negociar acuerdos comerciales extrazona”. “La posición del Canciller y la Ministra de Economía y Finanzas consistió en defender la modernización del bloque, a través de una agenda de negociaciones externas sustantiva, ágil, dinámica, flexible y permanente”, agrega.
El 26 de abril el gobierno ya había presentado al Mercosur una propuesta para flexibilizar el bloque en una iniciativa conjunta con Brasil donde estaban implícitas las inquietudes del arancel externo común y la flexibilización. Si bien estaba previsto que los equipos técnicos de los socios regionales analizarían la propuesta, el tema fue evitado hasta que se llegó a una nueva instancia de reunión y Uruguay decidió tomar una postura más firme.
En el comunicado del pasado miércoles se manifestó que “Uruguay entiende que la decisión 32/00 no está en vigor, ya que nunca fue internalizada”. Si bien existen distintas bibliotecas acerca de esta interpretación, la postura de la Cancillería se ajusta a la doctrina expresada, entre otros, por el Dr. Jorge Fernández Reyes, especialista en Derecho de la Integración.
En un trabajo de 2015 titulado “Relanzamiento del Mercosur” realizado para el Consejo Uruguayo de Relaciones Internacionales (CURI), Fernández Reyes explicó que “la potestad de negociar relaciones comerciales en forma individual por los Estados Partes se mantiene en todos sus términos, sin perjuicio de respetar los lineamientos que se establecen en el Tratado de Asunción y la Normativa MERCOSUR vinculada con el relacionamiento externo”.
“En un análisis vinculado con actuaciones realizadas con posterioridad, nos permite afirmar que la Decisión CMC No. 32/00 debe necesariamente ser incorporada a los ordenamientos jurídicos nacionales de los Estados Partes para que adquiera plena vigencia y por ende aplicabilidad, lo que a nuestro criterio determina que la misma no es exigible para los Estados Partes del MERCOSUR, ya que ninguno de los Estados Partes – aún aquellos que reclaman su aplicación – la internalizó a su ordenamiento jurídico nacional”, concluyó Fernández Reyes.
En 2002 Brasil firmó con México un Acuerdo de Alcance Parcial y Complementación Económica con México y al año siguiente fue Uruguay el que estableció un Tratado de Libre Comercio con el país norteamericano. Para Fernández Reyes “en este último caso Uruguay obtuvo el consentimiento de los restantes Estados Partes del MERCOSUR”.
China y Reino Unido, en la mira
El tema de los Tratados de Libre Comercio se ha vuelto recurrente en este siglo, desde los acercamientos del Frente Amplio a Washington hasta el año 2019 cuando, tras ser electo, Lacalle Pou se reunió con el embajador chino en Uruguay, Wang Gang, y volvió a plantear la posibilidad de hacer un acuerdo entre ambas naciones. Según informó Búsqueda, actualmente “el principal objetivo de Uruguay es alcanzar un tratado de libre comercio con China”, de acuerdo a fuentes del Poder Ejecutivo.
Tres años antes, en 2016, Tabaré Vázquez también había expresado una intención similar con el gigante asiático e incluso llegó a manifestar luego de una gira por aquel país que se estaba “preparando un documento para que sea firmado por ambos presidentes para iniciar todos los estudios que desemboquen en un tratado de libre comercio con China”, aunque nunca prosperó.
Por otro lado, la embajadora británica Faye O’Connor se reunió el viernes con el presidente Lacalle Pou, y a la salida dijo a la prensa que en el Reino Unido están “100% abiertos” para negociar bilateralmente con Uruguay, aunque la primera opción era con el Mercosur. “Ustedes tienen una oferta muy fuerte en agricultura, nosotros tenemos una oferta muy fuerte en la tecnología de la agricultura” dijo la embajadora. Según declaraciones recogidas por Montevideo Portal, O’Connor también se refirió al área de la tecnología en general, particularmente en las áreas de Fintech, digitalización, compras remotas y seguridad informática, y mencionó como tercer puntal para un tratado la industria farmacéutica.
El contexto regional
Si bien el ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, es considerado un aperturista y partidario de los TLC, el presidente Jair Bolsonaro busca su reelección el año próximo y no quiere poner en peligro ninguna industria que se vea afectada por una competencia desde el extranjero, la cual le genere un mayor desempleo. De ahí que se siga dilatando la baja del arancel externo común del bloque, una baja sobre la cual Argentina ha puesto reparos.
De acuerdo a una fuente diplomática consultada por La Mañana la situación en la cual se encuentra nuestro país frente a los socios del Mercosur no es para nada favorable. Si bien se podría pensar que Brasil puede constituirse en un aliado, la visión del gigante latinoamericano sobre la región es clara. “Para Brasil, ellos son la industria; Argentina, los productores de granos, minerales y carne; Paraguay, energía con la represa de Itaipú; y Uruguay, el turismo. O sea, entienden que la cola no puede mover al perro”, sostuvo la fuente.
Antes de realizar su discurso ante la cumbre de presidentes del Mercosur del 8 de julio, el presidente de la República les comunicó a los líderes de los partidos de la coalición que estaría reafirmando la intención de buscar nuevos caminos para Uruguay, en un mundo que enfrenta una pandemia que ya provocó la pérdida de 34 millones de puestos de trabajo en Latinoamérica.
Para el integrante de la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado, Raúl Lozano (Cabildo Abierto), consideró que no se debe dejar de ver la realidad de lo que ha significado el Mercosur desde que se creó hasta la fecha. “En parte ha sido una traba en el comercio y los países deben tener el derecho a una cierta flexibilización para comercializar sus productos de la mejor manera posible”. En declaraciones a La Mañana, Lozano dijo que el acuerdo con la Unión Europea no avanza y el gobierno argentino “es muy proteccionista”.
No obstante, Lozano afirmó que “como artiguistas que somos, creemos en la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, pero no creemos que esa soberanía sea una dicotomía con la integración regional”. “Pensamos en la Patria Grande como decía Artigas y por lo tanto debemos estar en el Mercosur”, añadió.
Abreu indicó que solo hay una zona de libre comercio
Sergio Abreu fue canciller de la República durante la presidencia de Luis Alberto Lacalle, período en el cual nació el Mercosur y en la actualidad es secretario general de Aladi. Consultado sobre la situación actual del acuerdo regional y la posición uruguaya, sostuvo que “se debe tener el coraje de decir la verdad”.
Abreu dijo que solo se tiene una zona de libre comercio y no una unión aduanera, lo que impide negociar con terceros países en conjunto. Para que exista una unión aduanera, similar a la Unión Europea, se deben tener políticas comerciales y macroeconómicas comunes y un control del tipo de cambio. “Debemos de dejar de maquillar la momia”, manifestó Abreu sobre la realidad actual del Mercosur, y consideró un error haber incluido temas ideológicos en los últimos años, en el marco de posibles negociaciones para una mayor apertura.
En diálogo con La Mañana, manifestó que “la integración es comercio, el comercio es empleo y el empleo estabilidad social. La realidad muestra que el Mercosur no tiene tratados de libre comercio con potencias como China, Estados Unidos o la Unión Europea, por lo cual en términos comerciales se recorre un camino hacia la irrelevancia”. A esto se agrega que los más afectados por la pandemia han sido las pequeñas y medianas empresas, las cuales generan la mayoría de los empleos.
El excanciller señaló que los acuerdos de libre comercio posibilitan inversiones de alta tecnología, lo cual para Uruguay pueden ser fuente de fricciones con los países vecinos, ya que no las pueden captar. “El principal tema actual en la región es la capacitación de inversiones, ya que son las que generan empleos y los tratados de libre comercio las facilitan”, sostuvo.
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