Los anuncios de lluvias en Estados Unidos provocan expectativa en el mercado internacional de los granos. Tras cuatro días consecutivos con precios de la soja en suba, el jueves cerró con una leve baja, alertas ante los anuncios de precipitaciones importantes y necesarias para las chacras.
Jueves y viernes son días clave para los fondos de inversión, los cuales generalmente toman ganancias y se retiran por el fin de semana, ante la eventualidad que el clima sea benévolo y llueva para los plantíos.
La Mañana dialogó con el consultor de agromercados Federico Morixe quién destacó el déficit hídrico amenazante para la soja y el maíz en Estados Unidos. De todos modos los ánimos son más alentadores tras las lluvias que cayeron sobre Ohio, Minessota, Wisconsin e Illinois, estados muy importantes para la producción de granos.
El jueves fue un día clave porque la Asociación Nacional de Procesadores de Oleaginosas de Soja de Estados Unidos, elevó la molienda de este producto de junio. Esta noticia género buena expectativa en el mercado. Normalmente se manejan volúmenes entre 4 y 4,5 millones de toneladas mensualmente.
Las proyecciones de USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos por sus siglas en inglés), indican un rendimiento promedio para la soja de 11.266 kilos por hectárea. Sin embargo el mercado espera rendimientos menores teniendo en cuenta el déficit hídrico que afecta a las regiones productoras de la oleaginosas.
MAÍZ
El escenario para el maíz es prácticamente igual al de la soja. La falta de lluvias afecta las plantaciones y las variaciones en los precios son pequeñas. E igual a lo que sucede con la soja, los fondos de inversión se retiran durante el fin de semana.
TRIGO
El trigo cerró dos días con buenas subas en los precios, resultado del mal estado de los trigos de primavera que siguen perdiendo calidad principalmente en las Dakotas. “Eso genera subas en el mercado de Chicago y en el mercado de Kansas” explicó Morixe.
Fuera de Estados Unidos, esta expectativa alcista se instala en Rusia donde se estima una cosecha entre 81 y 83 millones de toneladas del grano. Esta caída en la producción (hubo momentos que se alcanzaron los 90 millones de toneladas), genera menos trigo ruso a la exportación y suba del precio a nivel global.
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