La Sociedad de Productores de Leche de San Ramón nació con la misión de apoyar a un grupo de productores lecheros de pequeña escala que buscaban mejorar su eficiencia. El 90% de los socios explotan predios lecheros, mientras que el restante 10% son ganaderos. La institución ubicada en el departamento de Canelones cuenta con 230 socios.
La Mañana conversó con su presidente José Washington Berriel, quien explicó que la principal función de la gremial es la producción de forrajes para 30 familias en dos campos propiedad del Instituto Nacional de Colonización (INC). A esto se suma la producción de granos para que 90 familias mejoren sus escalas de producción y puedan permanecer en el medio rural.
Además de las gremiales y productivas, una de las principales preocupaciones que tienen los dirigentes del sector es comunicar a la sociedad “para que vean que no es un sector agropecuario que está en contra de la ciudad sino para que vean que tenemos que caminar juntos y que tenemos que ser complementarios”.
ES CUESTIÓN DE PRECIO
Si bien el precio que recibe el productor por su producto ha mejorado en los últimos tiempos, los costos industriales y energéticos son el cuello de botella del sector. Sumado a esto Berriel puso el énfasis en las dificultades para el ingreso a los mercados internacionales y las altas tasas arancelarias que paga el país para el ingreso de productos.
El dirigente gremial reflexionó sobre el cambio de visión propuesto por este gobierno donde “los lineamientos que ha tirado este gobierno son esperanzadores, se le da importancia a generar recursos y se le da importancia a producir” enfatizó.
Destacó la política energética que comenzó a desarrollar el gobierno. “Una señal clara fue en este otoño cuando se aguantaron los precios de los combustibles”, decisión que generó que se sembrarán más hectáreas de cultivos de invierno.
COLONIZACIÓN
En cuanto a las políticas del Instituto Nacional de Colonización (INC), dijo que “si bien el gobierno anterior en el Instituto compró tierras, y estuvo muy bien, cometió algunos errores propios de la ideología que no le llevaron a ser exitosos en la adjudicación de esas tierras”. Dio como datos que quedaron 40 mil hectáreas sin adjudicar con más de mil productores anotados para recibir tierras.
El sector agropecuario ve con buenos ojos la utilización de fondos del INC para otorgar vivienda digna a un importante número de uruguayos que hoy viven en asentamientos. El dirigente gremial agregó “creo que parte de la gente que se fue del campo es la que hoy tenemos en los asentamientos”. Muchos de los uruguayos que emigraron hacia la zona metropolitana, no estaban preparados para actividades propias de la capital y fueron colocados en esas situaciones de vulnerabilidad.
“Nosotros queremos seguirle asignando los mismos recursos al Instituto (…), más fuerza y más dinámica para que erradique el problema de raíz, o sea darle trabajo a la gente”. La producción agropecuaria es generadora de riquezas y hay que ponerlas al servicio del país.
Ve muy positivamente la creación de planes de vivienda, pero esto no puede debilitar la generación de riquezas para lo cual fue creado el INC. Entre las propuestas que se manejan para fortalecer al Instituto, aparece la creación de un fideicomiso donde las propias tierras sean la garantía.
UNA BUENA MEDIDA
Los nuevos parámetros tomado por las autoridades de Ancap en relación a la utilización de los precios de paridad de importación para los combustibles, fue tomada por la gremial de muy buena manera. Berriel entiende que el precio que paga el productor por el combustible que utiliza esta íntimamente relacionado con el precio que recibe por sus productos.
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