La idea de potabilizar el agua del Río de la Plata y bajar las exigencias de la planta de Aguas Corrientes data desde hace décadas. Actualmente OSE tiene en estudio la factibilidad de una planta potabilizadora, estación de bombeo y nueva tubería hacia Montevideo, ubicada en la zona de Arazatí y Bocas de Cufré, en San José. Además, se planea el alcantarillado de más de 120 localidades del Interior.
El pasado domingo se cumplieron 150 años desde que empezó a llegar agua de Santa Lucía a Montevideo. Es un año emblemático para el país y para OSE, más aun, teniendo en cuenta que se está en medio de resoluciones importantes en materia de abastecimiento de agua potable. Si bien se busca una solución diferente a la de Aguas Corrientes, se reconoce la gran visión de quienes, hace un siglo y medio, hicieron llegar el agua a una ciudad que prometía crecer.
El agua de Montevideo no es un tema de preocupación únicamente para OSE, sino que es un asunto que involucra a la ciudadanía de manera sensible. Hoy, el suministro de agua potable de la ciudad depende de la cuenca de Santa Lucía y la planta de Aguas Corrientes, generándose un sistema frágil. En el otoño de 2020, por ejemplo, las reservas de agua cubrían 30 o 40 días nada más, plazo que complicaba la búsqueda de soluciones de emergencia.
OSE comenzó a explorar alternativas que solucionen el problema. Entonces llegaron propuestas de empresas privadas que sugerían la construcción de una nueva planta, independiente de Aguas Corrientes y que extrajera el agua del Río de la Plata. El directorio del ente mostró su interés, el Poder Ejecutivo lo reafirmó, y se abrió el estudio de factibilidad, proceso que actualmente está en las etapas finales.
La obra rondaría los US$ 200 millones. El lugar de la construcción estaría cercano los límites de Colonia y San José, donde el agua del Río de la Plata en general es dulce. “Estamos esperando que termine el proceso y en la medida en que sea factible técnica, jurídica, económica y financieramente, se abriría un proceso de licitación. Ojalá a fines de este año podamos definirlo”, dijo a La Mañana Raúl Montero, presidente de OSE.
La planta daría tranquilidad, aliviaría las exigencias de la cuenca de Santa Lucía y a la comunicación entre Aguas Corrientes y el área Metropolitana con la cuarta, quinta y sexta línea de bombeo. “Trasladaríamos por unos cuantos años los problemas de suministro de Montevideo hacia el futuro, sin dejar de pensar que hay que seguir cuidando y fortaleciendo Aguas Corrientes”, expresó el entrevistado. Y agregó: “La planta respondió por 150 años a una ciudad que ahora es muchísimo más grande de lo que era”.
Obras de saneamiento podrían emplear a 12.000 personas
Otro de los asuntos en el que OSE está trabajando fuertemente es el alcantarillado. En ese sentido, recientemente se anunció una iniciativa privada que propuso elevar la cobertura actual de saneamiento en las zonas urbanas del interior. La cobertura actual es 50% y se prevé alcanzar al 88%. Llegaría entonces a unas 560.000 personas, interviniendo en más de 120 localidades con unos 2.000 habitantes cada una.
Estas obras necesitarían cubrir 12.000 puestos de trabajo, hecho que resulta muy interesante como solución a problemas de empleo en todo el país y fundamentalmente en el interior, dado que la iniciativa incluye el compromiso de apelar a los recursos locales, según relató Montero.
La obra no solo implicaría tender redes de saneamiento para recolectar las aguas servidas, sino también construir las plantas de tratamiento de líquido residuales necesarias para que esa agua no agreda el medio ambiente. Actualmente, el 25% de las aguas recibidas por OSE se liberan al medio ambiente sin tratar.
“Se harían las plantas necesarias para tratar toda el agua recolectada, y en aquellos lugares donde hay pantas y no estén en condiciones, se harían las obras para complementarlas o reformarlas”, explicó el presidente de OSE.
Indicó que se trata de una idea muy atrayente. Destacó que los ingresos, en gran parte, están conformados por las futuras tarifas a cobrar derivadas de las conexiones creadas con la generación de nuevos clientes. La otra parte sería una subvención estatal, en principio por OSE y luego por el Estado en general.
“Nos permitiría el pago de una deuda con el interior; si se concretara comenzaríamos a pagar ese gran debe que tenemos con las zonas, por eso también lo vemos con mucha alegría y esperanza al proyecto, que recién iniciará su etapa de estudio de factibilidad”, fundamentó el entrevistado.
Otros proyectos en marcha
OSE también está trabajando en la Costa de Oro. Se comenzó el año pasado tratando de mitigar la emergencia hídrica que mostró una gran fragilidad del sistema. Aseguró que aún sin sequía igual se hubiesen ocasionado los problemas de abastecimiento. Para esto colaboró el Ejército nacional, la Policía caminera, la Policía nacional en general, Bomberos y ASSE.
Se trazó un plan para que el próximo verano no sea igual. En ese sentido establecieron tres niveles de trabajo, uno a corto plazo para el verano; a mediano plazo con la construcción de una represa en la cuenca del Arroyo Sarandí; y a largo a plazo se estudia la posibilidad de instalar una desalinizadora en la zona de Araminda o hacer un embalse en el arroyo Solís Chico que asegure el suministro.
Otro desafío que se le presentó al ente fue afrontar la presencia de arsénico en muchas localidades. Aunque el asunto se viene manejando desde 2011. “Ya se sabía que este año cambiaría la norma de la máxima cantidad aceptable de arsénico y que nos dejaría excedidos. Estamos estableciendo varias líneas de acción, nos preocupa mucho la situación y considero que se podría haber previsto con mayor anticipación”, comentó Montero.
Se planea una forma escalonada de mitigar el problema. “Lo que cambió fueron las exigencias, pero no el agua potable. Nos sorprendió el volumen del problema y nos parece que hubiera sido necesario atacar antes. Es un hecho muy sensible por más que comparados con países vecinos Uruguay esté mucho más cerca de la nueva regla”.
¿Qué sucedió con el plan de la represa en Casupá?
Se consultó a Montero acerca del proyecto de la represa de Casupá y por qué se decidió cambiarla por el plan actual. Según el presidente de OSE, con la idea de este momento, Aguas Corrientes continuaría siendo el corazón del suministro de Montevideo. Sin embargo, Casupá busca únicamente a reforzar la cantidad de agua reservada para Aguas Corrientes.
“Cuando decidimos apuntar para el Río de la Plata, pensamos que esta alternativa nos permite tener un complemento de agua en Aguas Corrientes, pero además es una forma independiente de la misma, es decir que no depende de los posibles problemas que pueda sufrir la planta histórica; como déficit hídrico, problemas de calidad de agua, accidentes, o temas eléctricos, por ejemplo”, argumentó el titular del ente.
Hace varias semanas atrás hubo una rotura con fuga de agua de la conexión entre la cuarta y quinta línea de bombeo hacia Montevideo, afectando el servicio en algunos casos. “Creo que si este hecho se daba con una represa en Casupá funcionado, igualmente el problema hubiera sido el mismo, porque el agua de la represa llegaría a Aguas Corrientes para luego dirigirse a la capital”, detalló Montero.
En cambio, sostuvo, si hubieran tenido funcionando el sistema que se proyecta hoy, tendrían una planta totalmente independiente, con una línea diferente que hubiera ayudado. “La opción fue volcarnos a algo que nos dé un nivel de seguridad mayor. Aunque Aguas Corrientes será un factor muy importante para el abastecimiento de la zona metropolitana durante muchísimas décadas más”, subrayó.
Financiamiento de las obras
Montero expuso que el financiamiento de las obras más grandes forma parte de la factibilidad. En los casos de la planta del Río de la Plata y el alcantarillado en el interior, se debe dar una factibilidad jurídica y económica; y la de saneamiento tiene ya propuestas sus soluciones, pero también está sujeto a condicionantes.
Una de estas condiciones es que los futuros ingresos de OSE tengan que ver con la financiación de la obra. “Implica que tengamos una seguridad bastante elevada de que tendremos esas conexiones. El compromiso de adhesión de la gente y, a su vez, la densidad de esas localidades son dos factores importantísimos para decir ‘aquí vamos a encarar’”, expresó.
Indicó que se debe hacer un trabajo social importante previo para complementar todas las suposiciones económicas posibles. “En el caso del saneamiento esa es una pata, y la otra es la subvención, que no es un problema fácil. Lo que se está intentando es que OSE ponga, en promedio, lo que ha ido invirtiendo en obras de saneamientos en los últimos años”.
En el caso del agua de Montevideo el asunto es diferente, aún no se ha encontrado la financiación ni bajo qué régimen de contrato se hará. Se les solicitó a las empresas en el estudio de factibilidad que plantearan cuáles son las diferentes alternativas y cómo serían los flujos de fondos necesarios para solventar la obra, considerando diferentes tipos de financiación. “Lo decidiremos en la medida que tengamos esa información”, puntualizó el presidente de OSE.
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