La izquierda uruguaya se volvió una noción imprecisa, hoy en día está entregada a las rancias políticas de antaño. Venimos viendo desde el comienzo de la pandemia que sus artilugios y manera de actuar dejan en claro que su muletilla de “cuanto peor mejor” está más vigente que nunca. Hace unos días están defendiendo a ultranza la dictadura cubana y su satélite político, el PIT-CNT, está llevando a cabo esa defensa en nombre de la revolución.
El Frente Amplio tiene un extraño arrebato mental ya que no dice que en Cuba hay represión, asesinatos, desaparecidos. ¿Tal vez eso será porque los revolucionarios tienen derecho a encarcelar o exterminar a quienes piensan diferente? Pero esa extraña pulsión mental sí los lleva a condenar las represiones y los asesinatos de un dictador de derecha. Eso se debe a su instrumentalización marxista ya que el concepto de revolución se entiende como ruptura y continuidad. Por eso, para ellos la revolución es solo un comienzo temporal, como es un proceso material y social, no tiene un final ya que siempre se está construyendo la revolución.
La izquierda uruguaya demuestra una vez más que hay derechos humanos clase A y clase B. En Cuba los derechos humanos están por fuera de la revolución, por eso no podemos llamarlos asesinos.
Nos hablan de una supuesta legitimidad institucional, la culpa según ellos es de la intervención yanqui y de un bloqueo criminal, como lo bautizaron algunos referentes del Partido Comunista uruguayo, quienes pareciera no se dieron cuenta que perdieron la Guerra Fría, que cayeron los totalitarismos de izquierda y dejaron en evidencia toda su crueldad. Cuando se trató el tema como grave y urgente para condenar la dictadura, los dirigentes del Frente Amplio salieron con una defensa acérrima. Ahí recordé cuando nos hacían creer que ellos eran la alternativa para hacerles frente al imperio genocida norteamericano y nos ponían la revolución cubana como ejemplo. El Frente Amplio tiene la razón nublada y algunos de sus representantes llevan 60 años así.
Ninguna dictadura es aceptable sea del color que sea. En estos temas no hay dobles tintas ni dobles discursos; todas las dictaduras son malas. Pero la izquierda y sobre todo los comunistas de todo el mundo justifican las dictaduras como lo hacía el Imperio romano en nombre de la revolución.
La libertad se ejerce a través de la democracia y no por una dictadura. El doble estándar de la izquierda y su inmoralidad es lo que nos causa escozor y rechazo.
Viva Cuba Libre.
Patria y Vida.
* Unión Blanca Republicana
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