“Su aporte puso en una nueva perspectiva los diversos entrenamientos vinculados a la organización de las alturas. Los cursos de solfeo, análisis, armonía y contrapunto, y también de los instrumentos en la esfera del trabajo técnico estaban diseñados, desde el siglo XIX para el estudio de la música Tonal y no proporcionaban herramientas de ningún tipo para la comprensión teórica de las músicas de las diversas corrientes renovadoras surgidas desde fines del s. XIX; músicas que no obstante escuchábamos, leíamos y tocábamos (…) La publicación y la consiguiente mayor difusión de “Los grupos de sonidos” son, sin lugar a dudas, pasos fundamentales en el camino hacia la comprensión de que (los cambios en la música) son parte de una línea evolutiva ineludible en el desarrollo de la didáctica de la música y por ende de las diversas manifestaciones de la actividad musical”.
Miguel Marozzi, excatedrático de Lectoescritura de la EUM, prefacio de la nueva edición.
En 1940, con solo 16 años, se estrenó la primera obra sinfónica del que quizás sea el teórico musical más importante nacido en el Uruguay, bajo la batuta del gran maestro Lamberto Baldi. La “toccata” para orquesta sonó ese día una triple efeméride, la de la constitución de la República, la de la fundación de la UdelaR (donde más trabajaría) y la del propio compositor. Héctor Tosar Errecart comenzaba así una carrera musical intachable, como compositor, pianista, pedagogo y teórico.
La obra
Hay muchísimo para hablar de las obras musicales de este compositor, que se ejecutan en todo el mundo, pero hay algo quizá más crucial para la historia de la música que sus piezas. En 1992, fruto de un trabajo en el régimen de dedicación total, Tosar volvía a la Escuela Universitaria de Música (EUM) -de la cual, cabe comentar, fue el primer director-, después de un año sabático con la materialización de una teoría de la que había hablado durante décadas en sus clases de composición, armonía y solfeo: “los grupos de sonidos”. Aunque empezó a circular entre los estudiantes de la EUM desde que fue entregado a la biblioteca de la escuela, apenas como un trabajo magistral que necesitaba ser corregido y editado. El 18 de julio de 2021, la UdelaR junto al CDM “Lauro Ayestarán” y el MEC le hicieron justicia a este trabajo en una edición corregida y con varios agregados y ejemplos. Hay que destacar la valiosa labor de Fabrice Lengronne al crear el primer catálogo completo de la obra de Tosar, además de hacer una estupenda corrección, edición y revisión del libro, incluso poniendo un apéndice, que era necesario en la publicación original, para facilitar su lectura.
Esta teoría, junto con la del mundialmente aclamado Allen Forte, buscaban explicar el funcionamiento de las músicas del siglo XX. Nuestra teoría musical había quedado estancada en los paradigmas de la música estrictamente tonal y a pesar de que todos estuvieran tocando obras no tonales o atonales, no había un corpus teórico para explicar su funcionamiento. Tosar trabajaba estas ideas desde los años 60, incluso antes al famosísimo libro de Forte “The Structure of Atonal Music”. En esta obra Tosar nos presenta una manera totalmente nueva de ver las relaciones entre los sonidos y así explicar la estructura de buena parte de la música de nuestros tiempos, además de poder apreciar con incluso mayor profundidad la música del pasado.
Sin transmisión del conocimiento, sin este tipo de libros que buscan explicar los fenómenos que hacen a la música, no existiría tal cosa como los nuevos compositores. La composición es un trabajo que requiere un profundo estudio y meditación. Como dice Ariel Martínez en su prólogo: “La composición musical no es un fenómeno de posesión milagrosa, de trabajo que brota y se resuelve por sí solo, de pura epifanía”, la edición de este libro representa no solo el respeto a nuestros investigadores, sino que es una herramienta más para la formación de los músicos de este país y del mundo, es una herramienta que habíamos dejado que se perdiera.
El 18 de Julio
No podría profundizar mucho en la teoría de Tosar pues este no es el espacio para hacerlo, pero quiero insistir sobre esta triple efeméride de su estreno, que también coincidió con la reedición del libro. Héctor Tosar asumió la dirección del Conservatorio Universitario de Música (CUM) en 1972 hasta su exilio en 1973. Tan pronto terminó la dictadura cívico-militar volvió para ser director de la EUM (ex CUM) y se puso a trabajar para actualizar el plan de estudios, así nació el plan 1987, muy avanzado para su época, que recién sería sustituido en 2005. Además en 1984 integró la delegación del Partido Nacional de la Concertación Nacional Programática (CONAPRO) en el área de cultura. El amor a las instituciones democráticas y a la universidad se puede ver con suma claridad a lo largo de toda su carrera, como dijo en la presentación del libro nuestro ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira: “Hay que destacar que Héctor Tosar era un verdadero republicano”.
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