La suba de precio de los productos agrícolas fue acompañada del aumento de los insumos, pero hay un margen de probabilidades de que los primeros bajen en una dinámica y compleja combinación de factores en los que Uruguay no tiene incidencia.
Federico Morixe de Gestión de Riesgo en Gletir Sociedad de Bolsa, explicó que desde agosto 2020 hubo en el mundo una suba de los precios de los productos agrícolas, lo que se explica por “las grandes compras de China” que “impactaron fuertemente especialmente en Estados Unidos”.
Recordó que previo a esa fecha China había dejado de comprar a Estados Unidos por la guerra comercial entre ambos países durante el gobierno de Donald Trump. Pero desde agosto de 2020 retomó las compras “y lo hizo en volúmenes importantes” que afectaron los stocks estadounidenses y los productos “comenzaran a subir”.
Hasta entonces “Estados Unidos producía, cosechaba, consumía internamente y exportaba”, con un “sobrante del 10% o 15%, pero con esas grandes compras de China las reservas comenzaron a bajar. En soja el stock es sólo del 3 o 3,5% y el maíz del 10%, eso significa que si llegara a bajar la producción o aumentar el consumo, Estados Unidos se quedan sin grano, lo que derivó en un incremento grande en los precios”.
Paralelamente a las grandes compras del mercado chino, los fondos de inversión y las industrias “también pasan a comprar para no quedarse sin insumos”. Se da un efecto dominó “y eso suma al alza de los precios, con la soja que llegó arriba de los 600 dólares, el maíz arriba de los 220 y el trigo arriba de los 200 dólares”, indicó.
Otro factor que incide es la siembra estadounidense que culminó hace unas semanas con mayor área motivada por los buenos precios, sin embargo “el clima impacta en contra lo que puede llevar a un escenario de menor producción y eso es lo que hoy pone nervioso al mercado”.
A todo lo anterior hay que añadir que cada año Estados Unidos “tiene un consumo parejo, pero esta suba de los granos, de los aceites, las harinas y los biocombustibles” hizo que los precios se encarecieran “entonces, la industria que hace biocombustibles y los mezcla en un combustible tradicional para vender, dejó de ser rentable”. Las industrias que trabajan en esa área trasladaron esa situación al Parlamento estadounidense y está a la espera de que éste se pronuncie. Puede suceder que mañana haya un recorte en el uso de los biocombustibles y eso significa menor demanda de maíz, menos demanda de aceite de soja, menos demanda interna de soja y los stocks empezarían a aumentar, con lo cual automáticamente se generarían bajas en los precios”, razonó Morixe.
La baja complicaría el escenario de los productores
En ese escenario los precios agrícolas no han baja más allá de cierto número, “por ejemplo, la soja llegó a 600 dólares, bajó a 500 y se quedó ahí. Pero si mañana hay una demanda menor, va seguir bajando”.
Otro problema es que “al productor se le han duplicado los costos de algunos insumos, en el promedio capaz se aumentó un 30 o 40%, entonces si el precio baja va a tener costos caros y precios baratos y ahí puede encontrarse en un escenario muy complicado”.
La posibilidad de que esa caída se dé, es del 20%, “es una posibilidad baja y tiene pocas chances de que suceda, pero en caso de que ocurra va a venir China diciendo que quiere comprar lo más barato posible y que va a comprar menos, algo que ya ha anunciado. Y atrás de China llegarán los fondos de inversión que ante la baja de precios se van a poner a vender y generan así más caída”.
Mientras tanto, lo que está pasando es que en Uruguay “el productor tiene que invertir más porque cada hectárea tiene mayores costos, entonces tiene mayores riesgos y como no se anima a vender por adelantado está recurriendo a los seguros de precios”, concluyó.
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