A punto de cumplir 75 años, su fortaleza está en la calidad de sus productos y en el espíritu familiar que enriquece el vínculo con sus empleados. “Ese vínculo laboral y la calidad del producto ha sido fundamental en un juego de equipo”, dijo Eduardo García.
Ubicada en el corazón de Colonia, Fagar es una empresa familiar que genera unos 100 puestos de trabajo directos e indirectos con 40 empleados y 25 distribuidores.
Eduardo García, que está al frente de la empresa junto con sus hermanas, contó a La Mañana que la fábrica comenzó a trabajar en 1947 fundada por Ricardo Fazio y su padre Pedro García de cuyos apellidos sale el nombre Fagar. “Fazio trajo la fórmula de la naranja desde Argentina a Uruguay, se la transmitió a mí padre y hoy es el sabor bandera que tenemos. Ese fue nuestro comienzo, primero con sabor naranja en botella chica, en un mundo muy distinto, con pueblos muy chiquitos, mucha campaña, sin consumo de bebidas gaseosas y con la cerveza como bebida mínima, algo muy diferente al presente”.
La sociedad Fazio García duró pocos años porque el primero falleció al poco tiempo de iniciar el emprendimiento. “De los 75 años, hace 70 que somos una empresa familiar. Luego del fallecimiento de Fazio mi padre se fue arreglando como pudo y siguió adelante, ahora seguimos los hijos y sus nietos que esperamos sean la continuidad”, comentó.
El primer gran cambio al que Fagar se debió enfrentar fue en los años ’70 con el tamaño en los envases, algo en lo que la empresa fue pionera: “En aquel momento sólo se usaban botellas de vidrio, que se fueron agrandado en tamaño llegando al litro y somos los primeros en vender en Uruguay con ese tamaño” y lo logramos “con algunos inventos caseros que hicimos y una botella que pudimos conseguir en Cristalerías del Uruguay. Salimos con un tamaño que ninguna otra empresa tenía”, recordó.
El segundo gran salto fue en los ’90, “muy discutible desde el punto de vista de la ecología, que es el PET (tereftalato de polietileno), o sea el plástico. Tuvimos que adaptarnos a todo lo nuevo y nos trasladamos a la planta en que estamos ahora, muy próxima de la anterior. La construcción estuvo a cargo de Eladio Dieste y Miguel Odriozola”. Con los años el edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional, y ahora está nominado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
A su vez, y sin que la naranja perdiera importancia como producto estrella, “se incorporaron una variedad de sabores como pomelo, manzana y cola”, además del agua mineral”.
Un producto que “se nota enseguida al probarlo”
Uno de los logros de Fagar es que es la única empresa que logró producir “totalmente en línea” con la excepción del vidrio que se debe comprar en una fábrica. Pero en el caso del plástico se realiza todo el proceso “que es muy lindo de ver” y que antes de la pandemia “nos generaba muchas visitas” a las que se les mostraba toda la operación.
El proceso “va desde la compra de la resina, la elaboración de la preforma que es como un tubo de ensayo que luego se sopla con la forma de la botella, se embotella el producto y se tapa. Hacer todo el proceso completo ayuda en el costo y en la higiene, y es algo que las otras empresas, incluso las grandes, no lo tienen porque compran la preforma en otro lugar”, indicó.
García subrayó que “la naranja también es un producto personalizado” que se sigue haciendo muy parecido a como se hacía cuando la empresa nació y en la época en que aún estaba Fazio, con algunas ventajas que tenemos ahora con laboratorios muy conocidos y muy buenos”.
Esas particularidades hacen que Fagar pueda lograr una naranja cuyo gusto es muy definido y personalizado. “Somos muy distintos a los otros, con un proceso en el jugo y la cáscara que es engorroso, pero se sigue haciendo y se logra algo totalmente diferente que se nota enseguida al probarlo”, comentó.
En cuanto al agua mineral precisó que “es otro producto que muy pocos tienen porque la mayoría la elaboran con agua tratada, desclorada, mineralizada, trabajan con aguas que no son minerales” y esto también hace a la calidad final.
La calidad los hace fuertes
Consultado sobre el vínculo con la competencia, dijo que es muy dura y que a través de comerciantes se han enterado que las empresas de mayor porte piden que se la desplace a lugares comparativamente menos favorecidos, y hay comercios en los que no pueden vender sabores, sólo agua mineral.
Pero esa acción de la competencia constituye una de las fortalezas de Fagar porque para algunas firmas “no es fácil competir” con la calidad que ofrece y optan por actitudes cuestionables. De todas formas la competencia es un desafío permanente “y no hay posibilidad de acuerdo” porque las grandes empresas tienen “una filosofía de trabajo diferente”, puntualizó.
Ante eso la repuesta es, además de la calidad ya mencionada, el servicio y la atención, pero también el vínculo con los empleados. “El trato con los empleados es un tema que para nosotros ha sido importante para resistir todos los embates que hemos tenido, tenemos un vínculo especial de colaboración, y hay una relación laboral muy particular. Ese vínculo laboral y la calidad del producto ha sido fundamental en un juego de equipo”.
Contrabando e impuestos
En la zona de Colonia, Soriano, Flores, San José y Canelones los refrescos Fagar son muy conocidos y pedidos por el consumidor. Y aunque la participación en el mercado llega a otras zonas del país, hay algunas en las que el contrabando ha causado graves perjuicios.
“Vendimos en Rocha y Rivera, pero nos tuvimos que ir por la competencia del contrabando y ahora estamos teniendo algunos problemas por algunos arreglos de las empresas grandes que venden en la frontera a precios que no sabemos exactamente cómo lo logran, y no solo en la frontera porque de Rivera se corren a Tacuarembó con esos precios que uno se pregunta cómo lo hacen. Los países vecinos trabajan con materias primas que a veces no son las mejores, no sé cómo está Argentina ahora pero Brasil siempre fue mucho más barato para producir”.
Al contrabando hay que sumarle los impuestos que toda empresa debe pagar y que “son muy altos”. La diferencia con una empresa que es multinacional es que ésta “tiene otra espalda. No pretendemos que nos den nada, para que nos puedan emparejar. Nunca perdemos la esperanza de que algún Gobierno se de cuenta de lo importante que es la industria nacional”, enfatizó.
En este punto también “dependemos del buen relacionamiento con los empleados, eso es fundamental en las empresas familiares en las que es el espíritu familiar es lo que te lleva adelante”.
La pandemia y el mercado de los hogares
El mercado objetivo de Fagar es el hogar, lo que le ha asegurado evitarse la pérdida de negocios que otros sufrieron por la pandemia.
García dijo que “las multinacionales” atienden “los servicios de restaurantes y eventos de todo tipo”, pero “lo nuestro es el mercado de los hogares y gracias a eso la pandemia no nos afectó en cuanto al volumen de venta, porque la gente siguió comprando y consumiendo en sus casas”.
Sin embargo, sí ha habido “atrasos y problemas con la compra de por ejemplo botellas de vidrio en Argentina porque la empresa que nos exporta no tiene gas para pintar las botellas, ellos están complicados y nos complican a nosotros que le damos mucha importancia al vidrio por el cuidado del ambiente y porque además es una la bebida muy especial y la gente lo reconoce”.
Productos validados por ADU
“Fragar cuenta con una línea pomelo, manzana y cola cero y esta primavera esperamos arrancar con la naranja y lima”, dijo Eduardo García. “El problema de la naranja es que es muy difícil que se parezca a la naranja que fabricamos con azúcar, pero estamos tratando de sacar el producto lo antes posible”.
“Tenemos el sello de ADU (Asociación de Diabéticos del Uruguay) y eso es importante porque la información no siempre es clara en cuanto a si tiene poca o bajas cantidades de azúcar que no es igual a no tener nada, ADU analizan la bebida y certifica que realmente es cero”.
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