Las obras de la Ruta Nacional N° 5 en gran parte como cumplimiento de las exigencias de la empresa UPM 2 han generado numerosos reclamos de usuarios de la misma. Los retrasos afectan el transporte de pasajeros, como también el de carga y por lógica a todo aquel que por diferentes razones transita por la misma.
Puente cortado. Demoras de hasta 2 horas
Las obras en el puente sobre el Río Yí han generado demoras de hasta 2 horas en dirección norte-sur y sur-norte con colas que incluyen ómnibus, camiones, maquinaria agrícola, además de ambulancias y vehículos particulares. Según empresarios transportistas de carga, esta situación los ha perjudicado ya que los atrasos les ocasionaron llegadas fuera de hora, tanto a puertos como a frigoríficos.
El reclamo generalizado tiene como argumento: “¿Pasamos por esto para favorecer a UPM 2? Porque nunca había ocurrido esto”. La instalación de semáforos en las cabeceras del puente no ha dado el resultado esperado ya que, al decir de uno de los empresarios, “están descoordinados y hay momentos en que en las dos cabeceras están en verde”. Además, se plantea que se está trabajando en base a un estudio realizado en la década de los 90, sin tener en cuenta que el tránsito y las velocidades han cambiado.
El empresario duraznense Federico Valenzuela nos expresaba que “en el año 2015 cuando volcó un camión falleciendo quien iba como acompañante la ruta estuvo cortada media mañana. Desde allí se tendría que haber pensado en un nuevo puente”.
Un corte, varios cortes
Las innumerables obras de reparación o construcción que se realizan de lunes a viernes, con la presencia de maquinarias y personal en ruta, han generado complicaciones para las empresas de transporte de pasajeros. Las demoras, tanto en el puente sobre el Río Yí como en las demás obras, determinan que los turnos diurnos tengan un atraso de casi una hora. Al respecto La Mañana consultó Fernando Mello, gerente general de la empresa Turil, quien manifestó: “Nos estamos atrasando en promedio unos 50 minutos, pero no tenemos alternativas”.
Viernes caótico
El pasado viernes se considera como uno de los días de mayor complicación en el recorrido Rivera – Montevideo. La fila de camiones, ómnibus, ambulancias y vehículos particulares superó los 2 km a partir de la entrada a Durazno capital y fue aumentando a medida que se cruzaba por los demás departamentos. El apuro tomó cuenta de varios conductores, incluidos vehículos oficiales que realizaron arriesgadas maniobras que pudieron terminar en accidentes de tránsito graves.
La ausencia de controles de la Policía Nacional de Tránsito permitió adelantamientos en zonas no autorizadas y hasta rebases por zonas donde las banquinas lo permitían. El límite del caos se dio sobre la hora 18:30, llegando al Peaje Mendoza ubicado en el km. 67 de ruta 5, donde la cola de vehículos que aguardaba superó los 3 km. en ambos sentidos. Luego de una larga espera avanzando a paso de hombre con una demora de 25 minutos para recorrer los últimos 750 m, se observó que los funcionarios del peaje levantaron las barreras para liberar el paso. El tiempo estimado para el recorrido de los 500 km de Rivera a Montevideo, con los inconvenientes mencionados, se estimó en 7 horas, 45 minutos.
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