“Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, sutil expresión que resume en pocas palabras el drama histórico del pueblo mexicano, parecía casi olvidada hasta que López Obrador se la espeta a Joe Biden en la conferencia virtual, que no hace mucho, mantuvieron. Esta frase muy difundida durante las dos generaciones anteriores a la nuestra, hoy casi olvidada, es a raíz de la cara de desconcierto que puso el presidente de EE.UU., cuando la escucho de su par allende el Río Bravo, lo que dio lugar a que numerosos exégetas buscaran el origen de ella, algunos de los cuales llegaron a atribuirla al propio Porfirio Díaz.
En nuestro país se la atribuyo siempre a Luis Alberto de Herrera, que haya sido él o no el primero en pronunciarla, si era el político con mayor crédito para que se la asignara.
En el número pasado respondiendo al resumen simplista que desde un medio de prensa se hacía del libro del historiador Gerardo Caetano, que comprende una amplia y valiosa investigación, esterilizando los abundantes matices que el autor maneja, pusimos el foco en aspectos casi desconocidos de la actuación de Batlle y Ordoñez en plena segunda presidencia.
Ante la incredulidad de algunos lectores y la sorpresa de numerosos amigos, hoy nos sentimos obligados a publicar algunos testimonios graficados por la prensa de aquella época, prueba irrefutable de lo narrado con lo sucedido en nuestro país con motivo del ataque a México.
Que estos episodios solo ayuden a comprender lo complejo y matizada que es la realidad política, jamás sometida a esquemas rígidos. El “arte de lo posible” está supeditado a distintos avatares que muchas veces para no perder el derrotero se impone dar un rodeo…
Rodó vitaliza el americanismo
De lo que no cabe duda es que el pensamiento de José Enrique Rodó no sólo impregnó el espíritu de los uruguayos, sino que creó una conciencia americanista a nivel continental.
De la publicación de Ariel al brutal y sorpresivo bombardeo a Veracruz, el 21 de abril, apenas transcurrieron 14 años. Pero la reacción que provocó en nuestro medio, en los sectores más diversos, desde obreros a comerciantes, pero fundamentalmente entre los jóvenes universitarios y los espíritus más elevados, fue como el de un despertar de la conciencia latinoamericana hasta entonces adormecida.
Su libro cuya publicación coincide con el inicio del nuevo siglo actúa como una bengala en la noche y genera émulos en todo el continente. Su luz anima el pensamiento de figuras como Pedro y Max Enrique Ureña (Dominicana), Francisco García Calderón (Perú) Rufino Fombona (Venezuela), Alfonzo Reyes y José Vasconcelos (México) y Manuel Ugarte (Argentina) entre otros. Y también en España.
María Saavedra Inaraja, Directora de la Cátedra Internacional de la Universidad CEU Elcano de Madrid, hizo un estudio sobre la importancia de Rodó en la profunda Generación del 98 española.
Herrera y la soberanía de nuestros pueblos
Luis Alberto de Herrera es quien desde el inicio de su carrera política hace punta en la defensa de la soberanía de nuestro país y América Latina. No es el único, bástenos recordar con que tenacidad, junto a Pedro Manini Ríos lograron influir en la 7a. Conferencia Panamericana reunida en Montevideo en diciembre de 1933, para que se aprobaran tres principios medulares como la Libre Determinación de los Pueblos, la No Intervención y la supresión de la Enmienda Platt que hacía de Cuba una colonia.
A la semana siguiente de la brutal represión en la noche del 25 de abril, se abre un debate en el parlamento donde Herrera y Washington Beltrán hacen retumbar sus voces contra la recurrente política de la ley del más fuerte conocida como Big Stick.
“Voy a referirme, señor Presidente, expresa el diputado Luis Alberto de Herrera, a un asunto notorio que requiere pocas explicaciones para conocerse: me refiero a los sucesos desarrollados el sábado último con motivo de la manifestación estudiantil, a causa de la intervención norteamericana en Méjico. Esta cuestión, a mi juicio, presenta dos aspectos bien caracterizados: Sería uno el que encara la conducta policial. Frente al de la actitud policial existe el otro, que es de carácter diplomático. Voy a referirme, con preferencia a este último aspecto del tema, no porque crea que el primero no merezca también atención parlamentaria, sino que, como ofrece importancia más trascendental el segundo…”.
“Voy a plantear mi solicitud de presencia aquí del Ministro de RR.EE. y a fundar los motivos de tal petitorio. El día que se celebró la manifestación juvenil, el diario oficial (El Día), en sus columnas editoriales, hizo comentario detenido de la ceremonia cívica que iba a producirse; la combatió, la encontró improcedente y, solo en obediencia a la ley, su autor encontraba que era del caso tolerarla”.
“…Lo más importante a mi juicio, es que se abre un comentario intenso y decidido sobre el derecho de intervención, y aplicándolo a la infortunada república azteca, su autor – y creo que no aventuro opinión agregando que su autor es el señor Presidente de la República- sostiene que cuando una nación incurre en desvaríos internos, es un derecho legítimo y que deben aplicarlos con urgencia sus vecinos, intervenir por las armas y llevar la tranquilidad a ese hogar convulsionado de la anarquía…”.
“Como oriental, juzgo esencialmente peligrosa, si el P.E., después de la manifestación, creyó del caso enviar al señor Ministro de RR.EE. a dar explicaciones al señor Ministro de Norte América, sobre excesos que no habían existido…”, expresa Luis Alberto de Herrera.
Por su parte Washington Beltrán afirma “…Sería grave y peligroso que la Cancillería Uruguaya sostuviera el derecho de intervención. Nuestro país, es un país débil, enclavado entre gigantes: país débil que, como un tributo pagado por todas las naciones en ese aprendizaje por la libertad, se ha visto desangrado en guerras intestinas…”
Convocatoria al Pueblo Uruguayo
Así se titulaba la proclama para la convocatoria a la manifestación de protesta contra intervención de EE.UU. en México: “Tropas yanquis han invadido a Méjico, patria hermana de nuestra patria. Después de Puerto Rico, después de Cuba, después del desmembramiento de Colombia para fundar la República de Panamá, el pueblo de Monroe ha pisoteado sus doctrinas democráticas y se presenta ahora como el blondo Tartufo de la política internacional… Para sostener contra ese acto de cesarismo vejatorio, invitamos a todo el pueblo a una manifestación, sintiéndonos solidarios por la comunidad de lengua y de raza, de triunfos en el pasado, de aspiraciones en presente, y de victorias en el porvenir. ¡Viva Méjico! ¡Viva la América Latina!
Firman este primer mensaje lo más selecto del mundo literario: Julio Raúl Mendilaharsu, Ricardo Garzón, Yamandú Rodríguez, Roberto Buela, Ignacio Zorrilla de San Martín, Fernán Silva Valdés, Carlos César Lenzi, Ramón Artagaveytia, Enrique Casaravilla Lemos.
Las proclamas y la convocatoria fueron difundidas a través de todos los diarios de la época, algunos con comentarios críticos como El Día (gubernista). En cambio, otros le dieron mayor acogida, fueron la Tribuna Popular de Lapido, Diario Del Plata de Antonio Bachini y La Democracia de Luis Alberto de Herrera y Carlos Roxlo. Si algún lector desprevenido observa el colage de titulares de estos diferentes medios que graficamos, podría pensar que se trata de consignas con connotaciones de la izquierda sesentista. Todo lo contrario, en aquel entonces la izquierda era representada por el Partido Socialista, que si bien condenó la agresión no marcó presencia en la manifestación.
En una nutrida y entusiasta asamblea en la Federación de Estudiantes, Informa La Tribuna Popular, el comité estudiantil emite una proclama exhortando a concurrir a la manifestación popular que se celebrará a las 9:30 p.m. del día sábado. Firman José Miranda, presidente; Guillermo Guerrero, Julio Rodríguez Ramos, secretarios; y siguen numerosas firmas de universitarios.
Luego se publican convocatorias con los detalles del lugar, hora y recorrido, así como el nombre de los que harán uso de la palabra, en toda la prensa: Prosiguen con toda actividad los trabajos de organización del mitin a realizarse esta noche como acto de solidaridad hacia la República mejicana con motivo de los sucesos que son del dominio público.
La concentración se organizará en la plaza Independencia emprendiendo la marcha a las 9:30 p.m. por 18 de Julio hasta Convención bajando por esta hasta Colonia y siguiendo hasta Rondeau para llegar a la plaza Libertad donde se disolverá después de algunos discursos.
Tomarán la palabra Julio Raúl Mendilaharsu en nombre de la revista “Tabaré” y Carlos María de Vallejo por el Comité Organizador. Hablarán además el señor Evaristo Bozas Urrutia en representación del “Diario Español” y algunas otras personas.
Los iniciadores del mitin dirigieron al distinguido propagandista de la causa latino americana Manuel Ugarte (intelectual argentino rodoniano), un telegrama invitándolo a hacer acto de presencia en la manifestación, recibiendo de éste la siguiente respuesta:
Buenos Aires, abril 25 de 1914 –A Julio Raúl Mendilaharsu y Ricardo Garzón. –Agradezco generosa invitación y felicito a la revista “Tabaré” y noble juventud uruguaya por su admirable empuje de solidaridad.
La lista de adhesiones recibidas que encabeza José Enrique Rodó, fue publicada por los tres periódicos antes mencionados y pone en evidencia la relevancia de los convocantes así como la diversidad de sus diferentes posiciones filosófico-político. Son cientos de firmas de las que solo destacamos algunas: Washington Paullier, Miguel A. Páez Formoso, Adolfo Agorio, Florencio Otero, Evaristo Bozas, Dr. Eduardo Rodríguez Larreta, Eduardo Gómez Haedo, Próspero Irureta Goyena, Héctor Villagrán Bustamante, Juan Pedro Díaz, Carlos de Zumarán Arocena, Juan Antonio Zubillaga, Raúl Montero Bustamante, José G. Antuña, Horacio Castellanos, Joaquín Serratosa, Horacio Lessa, Germán Roosen Regalía, Edmundo del Castillo, José Pedro Blixen, Enrique Álvarez Aguiar, José Algorta, Carlos Stajano , Felix A. Peralta, Alberto Reyes Thevenet, Horacio Martinelli, Julio Arteaga, Gonzalo Cortinas, Gaspar Alonso Cordero, José Alberto Niccolich, Enrique Cluzeau Mortet, Dr. Luis Caviglia, Mario Dupont Aguiar, Exequiel Garzón (hijo), Octavio Rodríguez, Lincoln Beltrán, Luis Carvalho Álvarez, Felipe Lacueva Castro, Juan Luis Antuña, Eduardo Álvarez Aguiar, Eduardo de Castro, Juan Pedro Caviglia, Enrique O´Neil, Alberto Cibils, Jorge Stirling Haedo, Gastón A. Nin, Elías Schiaffino, César J. Caprile, Alfredo de Zumarán Arocena, Juan B. Habiaga, Jaime Máximo Larrasin, Enrique Figari Legrand, Gillermo Barreiro, Rafael Quartino Herrera, Carlos Alberto Rosas, Germán Spangenberg, Hugo Martinelli, José María Martínez Correa, César Álvarez Aguiar, Carlos J. Evia, Fernando Capurro, Jorge Lerena Acevedo, José M. Saenz de Zumarán, Adolfo Castells, Ruperto Sienra, Eduardo Acevedo Álvarez, Vicente Salaverry, Agustín de Castro, Jorge Milburn, Luis Michelini, Hugo Scosería, José L. Helguera, siguen más de cien firmas.
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