El Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) lidera un proyecto que está enmarcado en la “segunda etapa de la transición energética” de Uruguay. Tiene como principales objetivos desarrollar una “economía del hidrógeno” y dar continuidad al proceso de descarbonización del sector energético y la producción de materias primas.
En los últimos años, Uruguay se ha destacado por desarrollar una rápida incorporación de fuentes renovables en la generación de energía eléctrica, ubicándose en el segundo lugar a nivel mundial en generación eléctrica mediante energías renovables.
Este proceso ha permitido la descarbonización casi total (97%) de la matriz eléctrica nacional, pero ahora el país se encamina hacia una próxima etapa de transición energética. Por eso, el Gobierno prevé llevar a cabo determinadas acciones que le permitan avanzar también en la descarbonización de otros sectores de la economía como el transporte pesado y el sector industrial.
Dentro del conjunto de medidas que se vienen impulsando en el marco de esta transición energética, la producción de hidrógeno verde es uno de los ejes centrales, tanto para el abastecimiento de demandas locales como para su eventual exportación, aseguró días atrás el ministro de Industria, Omar Paganini, durante una conferencia organizada por la Americas Society/Council of the Americas (ASCOA).
La utilización del hidrógeno verde es totalmente sostenible ya que se produce en base a energías renovables. Un documento del MIEM da cuenta que desde 2020 se han anunciado inversiones internacionales muy importantes, tanto en oferta como demanda de hidrógeno y sus derivados.
Una reciente publicación de la BBC explica que el hidrógeno verde resulta de energías renovables como el sol y el viento. A través de electrólisis emplea una corriente eléctrica para dividir el agua en hidrógeno y oxígeno en un electrolizador. De acuerdo a la investigación, el hidrógeno verde tiene tres veces más energía que la gasolina. Y si bien existen tecnologías para desarrollarlo, es considerado peligroso y también altamente costoso.
Se prevé que el desarrollo del hidrógeno verde cambiará la geopolítica del sector energético a nivel mundial, debido que aportará a la descarbonización del transporte, la energía eléctrica, la industria, el sector residencial y las materias primas; y además, se espera que sea una de las principales alternativas para sustituir los combustibles fósiles en los barcos.
Paganini explicó que el nuevo desafío es la transformación “del resto de la matriz energética, sobre todo de la movilidad, el sector que todavía depende de los combustibles fósiles en un enorme porcentaje”.
Para lograr la descarbonización del transporte, se estimulará la incorporación de vehículos a baterías y del hidrógeno verde, sobre todo en el transporte de carga. Este sector cuenta solo con el 4% de los vehículos, pero es responsable del 40% de las emisiones, advirtió. Con ese mismo propósito, UTE y Ancap prevén reforzar la red de recarga de vehículos con el objetivo de que, para fin de año, con la instalación de 133 nuevos cargadores, exista un punto de recarga cada 50 km en todas las rutas del país.
El potencial de Uruguay para producir y exportar hidrógeno verde
Al mismo tiempo, Uruguay busca convertirse en exportador de hidrógeno verde a mediano plazo. Paganini indicó que se abre “la ventanilla” de oportunidad del hidrógeno verde a nivel mundial que, entre otras cosas, permite exportar energías renovables. Además, existen diversos estímulos de parte de los países desarrollados, y por ese motivo “Uruguay quiere estar en esa ola”, aseveró.
Los estudios de prefactibilidad que realizó el MIEM muestran el potencial de Uruguay en el desarrollo competitivo de este tipo de energía. En ese marco, el Poder Ejecutivo, junto a las empresas públicas Ancap y UTE, decidió impulsar un proyecto con el objetivo de promover un primer piloto de hidrógeno verde en Uruguay.
El pasado 8 abril el Gobierno lanzó el proyecto H2U que reúne al sector público y al privado con el objetivo de desarrollar pilotos que permitan generar “una curva de aprendizajes” al producir hidrógeno verde a una escala pequeña.
En el evento, distintas autoridades gubernamentales explicaron la importancia que posee el desarrollo de una economía de hidrógeno verde (considerando que la misma reduce las emisiones de CO2 y por ende el calentamiento global) y los atributos que tiene nuestro país para su producción –para consumo local o para exportación– como son ventajas logísticas y el gran potencial para generar energía eléctrica a partir de energía eólica y solar fotovoltaica combinada a bajo costo.
La visión del Gobierno es ir generando capacidades y experiencia de forma gradual, impulsando primero un plan piloto para el transporte pesado; a mediano plazo, desarrollando proyectos para otros usos de energía como amoníaco, metanol y combustible marítimo; y a largo plazo, apuntando a la posibilidad de exportar.
Respecto a la exportación, las conclusiones obtenidas del análisis de prefactibilidad realizado por el MIEM y el Puerto de Rotterdam (Países Bajos), “posicionan muy bien” a Uruguay para que se convierta en un país exportador de hidrógeno verde. En ese sentido, el MIEM ya se encuentra explorando las necesidades de infraestructura en lo relativo a las instalaciones portuarias.
TE PUEDE INTERESAR