El Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) lidera un proyecto que está enmarcado en la “segunda etapa de la transición energética” de Uruguay. Tiene como principales objetivos desarrollar una “economía del hidrógeno” y dar continuidad al proceso de descarbonización del sector energético y la producción de materias primas. Además, Uruguay tiene la visión de convertirse en un país exportador de hidrógeno verde y de productos elaborados a partir de hidrógeno verde.
El proyecto piloto inicial, que lidera el MIEM con la participación de UTE y Ancap, constituye el primer paso en la agenda que busca consolidar a Uruguay como un proveedor y exportador de este producto energético y sus derivados.
Estará focalizado en el transporte pesado (camiones y buses) y la inversión, el montaje de la planta, la provisión de la flota vehicular, el mantenimiento y la ejecución estará a cargo de privados. Dicho proyecto está pensado por el MIEM para testear este tipo de tecnología y tener las primeras unidades de transporte de larga distancia en base a hidrógeno.
Está previsto que el Estado brinde los incentivos necesarios a través de las exoneraciones previstas en la Ley de Inversiones (COMAP) y mediante un apoyo adicional más focalizado, el cual dependerá del proyecto que presente el privado y el tipo de energía que se vaya a consumir. Este incentivo adicional se brindará a través de un fideicomiso (u otra figura legal) que se elegirá posteriormente y se realizará contra el cumplimiento de condiciones mínimas, como el rendimiento de los vehículos, la entrega de informes periódicos y el acceso a la planta, entre otras.
Por otra parte, UTE ofrecerá energía eléctrica a una tarifa diferencial (la cual dependerá de la forma en que se requiera el consumo) y, a su vez, se podrán utilizar las instalaciones de Ancap en la planta Capurro, que presenta la ventaja de encontrarse en una zona industrial, con buenos accesos para los vehículos.
Respecto al plan piloto pensado para el transporte de cargas, la semana pasada en el evento “Finanzas e inversiones sustentables: Avances y oportunidades para posicionar a Uruguay”, organizado por el BID, el secretario de Estado manifestó que se pretende que haya “una flota de camiones de hidrógeno que pueda funcionar diez años o más”, con el apoyo combinado público-privado.
En lo relativo al desarrollo de una red y un sector eléctrico sostenible, se aprovecharán “al máximo” las inversiones y los contratos ya firmados, dijo Paganini. Asimismo, se buscará potenciar el desarrollo de un mercado mayorista eléctrico “que favorezca el desarrollo de nuevos emprendimientos renovables”.
Además, UTE y la Dirección Nacional de Energía del MIEM están abocados al diseño y la implementación de un Sistema Nacional de Certificación de Energías Renovables para que las empresas que se instalen en Uruguay cuenten con la trazabilidad de una plataforma que les brinde la capacidad para certificar que sus productos y servicios son producidos con ese tipo de energías verdes. Paganini apuntó que “se quiere fomentar la certificación de energía renovable como una herramienta que pueda potenciar” los proyectos. Aseguró que existe interés de las grandes industrias por las energías renovables y se busca agregar valor en este sentido.
A su vez, el jerarca del MIEM señaló que existe un instrumento de financiamiento surgido del Fondo Conjunto de Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), por el cual nuestro país recibirá 10 millones de dólares de carácter no reintegrable. Con estos fondos, se busca “apalancar financiamiento privado para la segunda transición energética”, dijo Paganini, y agregó que se trata de un instrumento “valioso” para iniciar proyectos en Uruguay.
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