Creada en el año 1954 como consecuencia de la enorme cantidad de siniestros en las carreteras uruguayas, la Dirección Nacional de Policía Caminera mantiene hoy sus orígenes y enfrenta nuevos retos por el paso del tiempo y los cambios de la sociedad. Como bandera lleva el cuidado de los usuarios en la ruta y el combate de la siniestralidad que año a año se lleva un número importante de vidas.
Al lado del camino o en él. En días lluviosos o con un abrasador sol. Pasando la loma de la carretera o en la rambla montevideana. En operativos policiales y en la escuela pública enseñando a los niños sus primeros acercamientos con las reglas de tránsito. La Policía Caminera presta servicio en todo el territorio nacional, en distintos escenarios y realidades.
La unidad cuenta con una estructura encabezada por un director, subdirector y el jefe de inspección general. En interior del país está distribuido a través de una estructura de cinco regiones, las que reciben las directivas del comando que, más tarde, llegarán al funcionario que se encuentra en la ruta.
Entre el personal administrativo y ejecutivo, el cuerpo ronda los 400 efectivos, englobados en 13 destacamentos y dos subdestacamentos. La mayor cantidad de efectivos se encuentra en el área metropolitana, dado a que es donde se concentra el mayor movimiento y trabajo de la unidad.
El control y la enseñanza
La Policía Caminera enfrenta hoy el desafío de acompañar el crecimiento que ha tenido el parque móvil, que ya cuenta con más de 2,5 millones de vehículos. Al respecto, el jefe de Relaciones Públicas de la Policía Caminera, Crio. Daniel Segovia, señaló a La Mañana: “Nuestras unidades están siempre ávidas en lo que se refiere a medios logísticos y personal, para acompañar el gran movimiento y expansión del parque automotor”.
Observó, además, que por un lado las rutas nacionales han mejorado la infraestructura, pero por otro, el gran volumen de tránsito e incluso su expansión con la doble vía ha llevado a que se tenga que trabajar cada día más. “Eso implica que necesitemos otros medios logísticos como móviles y personal”, añadió.
Ante ello, la Policía Nacional publica los llamados a través de la página web del Ministerio del Interior, a través de los cuales los postulantes deben rendir exámenes físicos y teóricos. La capacitación incluye formación policial –que puede tener lugar en cualquier jefatura– y más adelante la especialización en seguridad vial.
Pero el transcurso de los años no solo ha desembocado en un mayor número de vehículos transitando día a día por las carreteras, también ha traído consigo un cambio en la dinámica de los delitos. Por ejemplo, el pasado 5 de agosto efectivos de la Brigada Departamental de Seguridad Rural de Flores, que realizaban controles vehiculares en la ruta 14, lograron incautar 303 gramos de pasta base. Para enfrentar estas faltas, la policía caminera se ha capacitado con diferentes unidades especializadas en aduanas y drogas para prestar servicios en operativos, tanto en el interior como en Montevideo.
Sobre ello, el entrevistado contó: “Esto nos lleva a que vayamos incorporando nuevos conocimientos para poder evolucionar positivamente”. Y, en este sentido, explicó que cada vez que se detiene un vehículo en una inspección de rutina no solo se revisa el área de seguridad del automóvil, también se realiza lo referente al control policial. Revisar el número de motor, chasis, realizar el control de la documentación o si la persona tiene antecedentes penales o está requerida.
“En diferentes circunstancias nos ha llevado a encontrarnos no solo con faltas al Reglamento Nacional de Seguridad Vial sino también con la detección de delitos a nivel de ruta como contrabando, tráfico de drogas, vehículos clonados o hurtados y una serie de otros delitos que nos llevaron a que la unidad se haya profesionalizado”, dijo Segovia.
Consultado sobre el comportamiento de los conductores durante las inspecciones, Segovia lo describió como “un contacto bueno” y lo atribuyó al legado dejado de los primeros policías que integraron la unidad, quienes, según expresó, fueron denominados por la propia gente como “caballeros del camino, con un trato cordial y amable que no quita que sea firme y justo con la gente”. Fue así que aseguró: “La población espera esta actitud de nosotros y hay una reciprocidad al respecto”. Agregó que no han tenido mayores inconvenientes “salvo algún caso perdido” y enfatizó en que el uruguayo “es muy bueno en el trato”.
Pero el encuentro con la sociedad civil no solo tiene lugar en las rutas, sino también en las aulas. A través de un destacamento de educación vial, la Policía Caminera coordina la enseñanza de las reglas de tránsito con escuelas y liceos. Además, lo hace también con vecinos y organizaciones que se encuentren interesadas en recibir charlas. Dentro del Estado, forman a funcionarios de instituciones y, en el ámbito privado, brindan capación a empresas particulares.
Nostalgia con seguridad
Uno de los operativos más importantes que realiza la Policía Caminera es el que tiene lugar cada 24 de agosto. Desde temprano en la tarde hasta entrada la mañana, funcionarios realizan tareas de control y, por supuesto, de espirometrías.
Con el anuncio por parte del gobierno de permitir la realización de eventos con aforos y protocolos sanitarios controlados, se aguarda una noche con movimiento. Para la próxima jornada de la Noche de la Nostalgia, la Policía Caminera dispondrá de un personal conformado por 180 personas. “Las circunstancias son muy especiales este año. Se espera movimiento y hay que estar preparado ante cualquier eventualidad y tener no solo respuesta para el operativo sino también para cualquier otra circunstancia”, aseguró Segovia.
En tanto, indicó que en esta jornada se montará un operativo en todo el territorio nacional donde se realizaran “controles masivos” de alcohol, y aprovechó la ocasión para remarcar la prohibición de ingerir estas bebidas y manejar. Además, evaluó que la reglamentación de tolerancia cero frente al alcohol “es clara y concisa” y que contribuyó directamente a menos siniestros de tránsito.
“Afortunadamente, en los últimos años no hemos tenido grandes siniestros de gravedad, la gente ha sabido comprender el mensaje, cuidarse y preferir otro transporte para poder concurrir a una fiesta y tomar sin que exista ningún problema”, concluyó.
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