Hace 27 años dos mujeres jóvenes y entusiastas tuvieron la increíble oportunidad de provocar un gran cambio en los hábitos de las niñas, adolescentes y mujeres de nuestro país, al poner de moda la gimnasia. Pilar y Vivian fueron las primeras mujeres uruguayas que brindaron clases de aeróbica por una pantalla, una modalidad que durante la pandemia se masificó.
Los comienzos de Pilar Maspons en la actividad física se remontan a su niñez. “Mi madre me inculcó que lo más importante para sentirse bien era hacer ejercicio”, recordó en entrevista con La Mañana. Ya en la primaria su directora, Mrs. Findlay, la entrenó en gimnasia, danza escocesa y acrobacia. Una vez egresada tomó cursos de danza jazz, aeróbica y coreografía.
En tanto, la pasión de Vivian Aguirre se despertó al presenciar una exhibición de danza jazz de la Selección de Gimnasia del Instituto Superior de Educación Física (ISEF). “Quedé maravillada por la danza y su música, por lo que decidí, igual que mi madre, continuar la carrera de educación física, a pesar de que mi vocación era la arquitectura”, rememoró a La Mañana. Siempre tuvo facilidad para los deportes. Desde muy pequeña entrenó y compitió en natación, nado sincronizado, handball, tenis, esquí, tiro al blanco, escalada en roca, vela, buceo en aguas profundas y, además, le gustaban los rallys.
Eran entonces comienzos de la década del 80 y la aparición de una película generó furor en los jóvenes de aquel entonces. Se trataba de Flashdance, una historia de superación y pasión por la danza, con una banda de sonido que a nuestros días es inolvidable. Es esa misma que contiene la canción “What a feeling” que trae recuerdos a toda una generación, sobre todo a las alumnas que en esa época realizaban un curso de coreografía en Buenos Aires con la profesora y bailarina Noemí Coelho. “Con la música de Flashdance todas bailábamos con esa misma pasión. La magia de la música y la fuerza de la coreografía nos convertían a todas en la protagonista de la película. Y no podías pensar, sólo sentir”, aseguró Aguirre.
De ese curso en el que participaron cientos de estudiantes y profesores, a Aguirre le llamó la atención una chica que bailaba muy cerca de ella. Nunca se hablaron, faltaba tiempo para descubrir que esa muchacha que bailaba maravillosamente bien sería con quien haría historia en la TV.
Es que en el año 1984, Carlos Ricagni (de la empresa de Publicidad Ferrero & Ricagni) y su hija Sabina trajeron a Uruguay desde Francia la idea de un formato en el cual dos profesoras realizarían series de gimnasia aeróbica en exteriores con cientos de alumnas. El publicista Leonardo Rey, que trabajaba en la empresa, invitó a Pilar y Vivian, y de esta forma finalmente fueron presentadas.
Desde una tarima en playa Pocitos, a todos los hogares
Luego de grabar un programa piloto y tener varias reuniones con otros canales, aceptaron hacer el programa con el canal cuatro, el cual se llamó “Puesta a punto”. Rápidamente se hizo muy conocido.
El primer programa se filmó en la playa de Pocitos. “Fue muy emocionante. La gente se preguntaba qué hacíamos un grupo de chicas arriba de una tarima haciendo gimnasia y bailando al aire libre”, recordó Aguirre. Es que hasta el momento no se había realizado nada parecido en Uruguay. En los años siguientes el escenario fueron diferentes exteriores. “Siempre lo vivimos con mucha alegría y bastantes nervios. Todas queríamos dar lo mejor”, confesó la entrevistada, quien agregó que desde el inicio se plantearon realizar un trabajo de excelencia: sano, fresco y participativo.
El gran cambio a una gimnasia coreografiada apoyada en muy buena música, logró que la gente empezara a disfrutarla y valorarla. De hecho, el público las seguía a diario haciendo la gimnasia desde sus casas, convirtiendo a Maspons y Aguirre en las pioneras de una actividad que hoy es cosa de todos los días: el ejercicio vía TV o zoom.
Para ambas se transformó en una experiencia gratificante y un gran desafío tanto físico, como mental, según expresaron. El primer año trabajaron en los estudios del Canal previamente mencionado y luego, cuando fundaron su gimnasio ¨Vivian y Pilar” en Pocitos, comenzaron a realizar las filmaciones allí. “Filmábamos en una tarde todas las grabaciones para la semana. Esos días, todas volvíamos a casa con dos kilos menos”, recordaron.
Durante cuatro años realizaron los Shows Adidas, en el cual desfilaban las prendas de la marca mediante coreografías. También llevaron a cabo shows en los certámenes de Miss Punta del Este, Miss Piriápolis, en una inauguración en el Montevideo Shopping, en Especiales en el Interior del País y en exteriores como en la Isla Gorriti en Punta del Este.
La incorporación de la música en las clases
Aunque pueda sonar increíble, hasta ese entonces en Uruguay ninguna clase de gimnasia ponía música. “Eran repeticiones de ejercicios marcados por la profesora, quien mostraba el ejercicio, pero no hacía la clase. Nosotras iniciamos una gran transformación. Trabajamos con los DJ más famosos de la época, Alvaro Quartino, quien nos acompañó en muchos shows y Henry Mullins, quien nos grababa casetes con las músicas más actuales del momento”, contaron. Era la época de Madonna. El principal protagonista pasó a ser la música.
El mayor desafío de ese entonces, comentaron, fue la exposición y lo que esto conlleva: pasar a ser personas públicas y cuidar “miles de detalles” para no cometer errores y que todo saliera bien. Pero había una línea muy delgada entre hacer un programa atractivo pero fino y en serio, a que se confundiese con algo improvisado y exhibicionista. “Todas las integrantes del grupo, pese a su juventud y a no tener ninguna experiencia, eran sumamente profesionales. Por su talento natural y al no faltar a ningún ensayo, lucían muy naturales y relajadas en la TV”, añadieron. Comentaron, además, que durante todos los años de trabajo jamás tuvieron inconvenientes con nadie del equipo. “Siempre nos cuidaron mucho y a su vez, disfrutaban de grabar nuestro programa”, aseguraron.
El último show que realizaron fue el 30 de agosto de 1988, el cual dirigieron ambas. Sin embargo, Aguirre no pudo participar, es que apenas diez días después nació Rodrigo, su primer hijo. Eran tiempos muy movidos.
Con la llegada de la pandemia, las clases de gimnasia en modalidad virtual se potenciaron exponencialmente. Consultadas al respecto, Aguirre sostuvo: “Pensamos que si en la época que hicimos tantos lindos trabajos, hubiésemos tenido la difusión que hoy también dan Internet y las redes sociales, sin duda el impacto hubiera sido mucho mayor. Pero estamos felices de haber puesto nuestro granito de arena para iniciar un cambio de mentalidad, ayudar a mejorar los hábitos y por lo tanto la buena salud de nuestra comunidad”.
El presente de dos entusiastas
Hoy Pilar Maspons es instructora de Pilates y continúa dando clases personales y presenciales de esta disciplina. En cambio, la vida de Vivian tomó otros caminos. Luego de ser mamá decidió volver a su vocación inicial y estudió arquitectura de interiores, dedicándose al diseño. Más tarde puso su estudio “Vivian Aguirre Arte y Diseño” en Villa Biarritz y posteriormente se mudó a México, viviendo casi una década en Guadalajara, y realizando un proceso espiritual con El Arte de Vivir, que la llevó a la India y a dedicarse al Voluntariado. Actualmente es Life Coach.
TE PUEDE INTERESAR