Desde hace siete temporadas produce y conduce el ciclo de televisión Empresarios de Acá por Nuevo Siglo TV. Formada en el periodismo rural, incursionó en la difusión del sector empresarial nacional con el propósito de dar a conocer sus historias y protagonistas. En entrevista con La Mañana, la periodista subrayó la importancia de las empresas familiares y los desafíos que enfrentan.
Naciste en Argentina, con padres uruguayos.
Sí, nací en la Paternal en Capital Federal. De ahí viví un año en Boedo y después me crié en Haedo en zona oeste. Me vine a vivir a Uruguay a los 17 años, pero había tenido una vida llena de vacaciones y de días compartidos con mi familia acá. De hecho nunca vacacioné en Argentina, siempre fue en Uruguay. Hacíamos mucha ruta, mi papá es de Durazno, así que conocía varias zonas y sin querer queriendo fui haciendo raíces en el país.
¿Desde el comienzo incursionaste en la comunicación?
Empecé a estudiar primero la licenciatura en comunicación, al año la tecnicatura en UTU, con taller de radiodifusión y televisión. Luego me recibía de la licenciatura y fui haciendo otras especializaciones. Ya desde chiquita jugaba a hacer entrevistas a los vecinos en la puerta de mi casa, usando de micrófonos algunos envases de desodorantes muy conocidos. Luego me fueron regalando los electrónicos y mis padres siempre tuvieron un papel fundamental.
¿Quiénes te impulsaron en tus primeros pasos profesionales en los medios?
Empecé como muchos en una radio comunitaria en Shangrilá, con un magazine los sábados llamado Milonga del Mar en Fragata FM. Y yo ya hacía la parte comercial del programa con auspiciantes de la zona. Después hice cosas para Del Molino FM con el informativo de la costa, presencias en Radiocero, escribía freelance en El País, hasta que me llamaron para formar parte del equipo Cierre de Jornada que se mudaba a radio Carve en coproducción con la consultora Seragro. Ese fue un lindo desafío donde estuve siete años, con Nicolás Lussich y Héctor Luna. Muchos comunicadores vinculados al agro nos formamos ahí.
¿Qué enseñanzas te dejó ese periodismo rural?
Me quedó mucho conocimiento de la base económica en la que todos estamos inmersos en Uruguay que es el agro. Hacia donde miremos hay agro, en esta misma mesa que hay galletitas, hechas de trigo y harina, etc. El periodismo rural me permitió conocer las cadenas productivas, cómo funcionan las industrias, la importancia en la economía. También la necesidad que hay de comunicar mejor el agro a la ciudad. Vamos en camino a eso, pero todavía falta. Hay mucho tecnicismo y se entiende porque es un sector específico, pero creo que se puede hacer más digerible para quien no entiende. Hay mujeres vinculadas al sector agropecuario en el periodismo, pero son muy pocas y entiendo que podrían tener un lugar más destacado.
¿Cómo fue que nació Empresarios de Acá?
Me surgió luego el bichito de tener un proyecto propio, algo que no es tan común como parece. En ese momento Lussich estaba trabajando en un programa llamado Claves Económicas en Nuevo Siglo y él me decía que yo tenía que hacer televisión, en algo que me guste. Yo pensaba en las secciones del programa que producía y la que más me gustaba era la de contactar las iniciativas empresariales, indagar en cosas que nadie hablaba. El sector empresarial es como que está ahí, pero nadie sabe quiénes son los jugadores, los que hacen las cosas.
Me propuse hacer un programa de entrevistas con emprendedores y empresarios. Hice un piloto en noviembre de 2014 para Nuevo Siglo, les gustó y ahí se planteó un ciclo de nueve programas. Una vez en el aire se fue extendiendo y en lugar de nueve programas ya van casi 265 en siete temporadas. Poco a poco también me fui haciendo de un montón de cosas que pasan en el sector y también aplicando ese conocimiento del agro que fue muy valioso.
El programa fue mutando con los años. Al principio era con empresarios muy reconocidos en cada uno de sus rubros y después fui incorporando empresarios de ámbitos más diferenciados, teniendo en cuenta que la mayoría de las empresas en Uruguay son pymes y de cierto corte familiar, de tradición.
¿Suele mantenerse esa tradición empresarial en las nuevas generaciones?
Sí, por lo general hay una tradición de continuar la empresa familiar. Hoy por hoy estamos viendo la tercera o cuarta generación de muchas empresas que son íconos y representativas del sector en el país. Y que de repente han dado un giro, porque también la actualización forma parte de los negocios y bienvenido sea, porque a veces es difícil hacer esos cambios en las internas familiares.
También hay mucha descendencia de empresarios en nuevos empresarios. Es decir, hijos de empresarios que no siguen la empresa familiar pero que tienen ese espíritu de emprender y de estar constantemente creando negocios, haciendo cosas. Eso se transmite mucho. Ese espíritu de salir adelante va generando una resiliencia. Todos deberíamos aprender eso de los empresarios, para ser mejor en lo que hacemos, porque dignifica como persona. En este caso la iniciativa de alguien genera otras cosas, crea empleo y es importante que exista conciencia sobre eso.
¿Qué expectativas, limitaciones y horizontes tienen los empresarios uruguayos?
El sector empresarial en Uruguay responde también a cómo son los uruguayos. La idiosincrasia nos hace a todos un poco conservadores en ciertos aspectos. A veces se piensa erróneamente que al empresario le cuesta decir que le va bien y no es así, porque sabe que está dando un ejemplo de que con trabajo, esfuerzo y dedicación se pueden lograr las cosas. Una de las preocupaciones que se manifiesta en común en muchísimos empresarios es la debilidad y carencias en la formación en educación, que lo ven a la hora de la contratación de personal. También el desinterés en muchos jóvenes por ciertas cuestiones de actualidad e incluso el no respeto de ciertos protocolos en entrevistas laborales. Quizás hay que hacer un cambio cultural, pero está esa preocupación por lo que es la educación ciudadana y la que viene de la casa.
Desde hace un año y medio atravesamos una pandemia que ha provocado muchos cambios, entre ellos una significativa irrupción del teletrabajo. ¿Cómo afrontar los empresarios estos nuevos escenarios?
No todos los rubros son teletrabajables porque sus actividades quizás no lo permiten, por ejemplo no se puede cortar el pelo o faenar por zoom. Pero sí he notado una gran capacidad de adaptación al cambio. Mucho más de lo que uno podía esperar. A veces al hablarse de Uruguay como el paisito parece que lo tiramos para atrás y en realidad noté que fue grande la adaptación al cambio, a la tecnología, a buscarle la vuelta, a ser más comprensibles con las diferentes situaciones. Habrá miles de situaciones, pero esto es lo que percibí en las entrevistas del programa. Creo que lo que también trajo la pandemia a la hora de las relaciones laborales es más el considerar al otro, ser más elásticos en ese relacionamiento.
El problema de la generación de empleo, con el cambio tecnológico y las consecuencias de la pandemia, afecta a Uruguay y todo el mundo. ¿Cómo repercute en nuestros empresarios?
Hay preocupaciones que hacen a la general del sector empresarial referidos a cargas tributarias y todo lo que implica abrir la persiana. Quizás los costos pueden llegar a trancar ciertos emprendimientos, le pasa a grandes empresas, a los pequeños emprendimientos o incluso a los profesionales que son unipersonales. Creo que esto hay que repensarlo, pero no a un mediano y largo plazo, sino al corto plazo. Las soluciones se necesitan para ayer.
¿Qué planes para Empresarios de Acá?
Continuar con esta séptima temporada ya pensando en la siguiente, reforzando lo que es captar la atención no solo a través de Nuevo Siglo TV sino lo que son los contenidos web, en las redes y Youtube. Hoy por hoy el camino on demand es el camino de todos los medios. Y no quiero adelantar demasiado, pero estoy trabajando en una publicación que englobaría mucho de lo que hace el sector empresarial en Uruguay, tratando de volcar la experiencia que he tenido estos años.
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