En un intento de mejorar la imagen del país y tener un rol más activo que incluye la mejora de sus Fuerzas Armadas, el gobierno de Irak logró reunir a países como Arabia Saudita, Irán y Turquía, entre otros. Francia estuvo presente en la cumbre demostrando su intención de lograr una mayor influencia en Medio Oriente.
Partida en dos por el río Tigris, que junto al Éufrates han dotado a la región de las condiciones necesarias para que Mesopotamia sea una de las cunas de la civilización, Bagdad, además de ser la capital iraquí, también es hogar de iniciativas que cambiaron el sistema internacional y regional.
Prueba de eso fue la Conferencia de Bagdad ocurrida entre el 10 y el 14 de setiembre de 1960 entre Irán, Arabia Saudita, Kuwait, Venezuela y el país anfitrión, que dio lugar a la creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que cumplirá 61 años de funcionamiento entre los actuales cambios del flujo de producción y la cumbre virtual ministerial que se realiza hoy miércoles.
En ese entonces la creación de este organismo internacional fue una respuesta al manejo del mercado petrolero mundial dominado por las grandes empresas petroleras internacionales apodadas “Siete Hermanas” por el italiano Enrico Mattei y buscaba que los países tuvieran mayor soberanía sobre sus recursos naturales con el objetivo de un mayor y mejor desarrollo.
En el actual contexto marcado por la retirada estadounidense de Afganistán y una menor confianza en su involucramiento en distintos escenarios, Bagdad fue escenario el sábado pasado de una cumbre que busca potenciar a su país como mediador en la región y sacarlo de la situación actual de escenario de resolución de tensiones regionales mediante guerras subsidiarias en su territorio.
Con el nombre de “Conferencia de Bagdad por la Cooperación y la Asociación”, participaron líderes, ministros y delegaciones diplomáticas de Arabia Saudita, Irán, Turquía, Francia, Emiratos Árabes Unidos (UAE), Catar, Jordania, Egipto y Kuwait como así representantes de la Liga Árabe, la Organización de Cooperación Islámica, del Consejo de Cooperación del Golfo, de miembros del Consejo de Seguridad por parte de la Unión Europea y del G-20.
Asistieron representantes de primer nivel como el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi, el rey Abdullah II de Jordania, el primer ministro de UAE y jeque Mohammed bin Rashid, el emir qatarí Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani, el primer ministro de Kuwait, Sheikh Sabah Khaled Al-Hamad Al-Sabah y el presidente francés Emmanuel Macron. Mientras que Irán y Turquía enviaron a sus ministros de Relaciones Exteriores, en el caso de este último fue debido a que el presidente Recep Tayyp Erdogan se encontraba de visita en Montenegro.
Los grandes ausentes a nivel de delegación fueron Líbano y Siria, el primero no ha tenido un gobierno funcional desde hace meses mientras que el segundo está suspendido de la Liga Árabe desde el año 2011, fecha en que inició la guerra civil siria. A pesar de esta situación, ambos países son también, junto a Irak y Yemen, escenarios donde se han desarrollado choques indirectos entre Arabia Saudita e Irán, quienes han apoyado milicias y gobiernos opuestos en los distintos países a modo de intentar aumentar su influencia en la región. Ambos son países islámicos, el primero de mayoría sunita y el segundo chiita, y marcan su conflicto con líneas religiosas, aunque desde este año han mantenido algunas conversaciones informales en Bagdad.
Pero este sábado se han vuelto a reunir y según Al Jazeera, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein Amirabdollahian afirmó que conversó con su homólogo saudí, Faisal bin Farhan Al Saud. “La contraparte saudí dijo que estamos esperando que se establezca el nuevo gobierno en Irán y que reanudaremos nuestras comunicaciones”, afirmó el canciller iraní.
Por su parte, Irak marcó su postura en esta cumbre con las palabras primer ministro iraquí Mustafa Al-Khadim, quien dijo: “Rechazamos el uso de Irak como escenario para conflictos internacionales y regionales y rechazamos que Irak sea usado como trampolín para cualquier amenaza para cualquier parte”, según al medio Al-Arabiya.
Otro problema que se trató fue la situación del grupo extremista Estado Islámico (EI) y las posibles formas de combatir posibles avances en la región. Este grupo logró en el año 2014 anunciar un califato en grandes partes del territorio de Siria e Irak, lo que fue combatido por una coalición internacional y reconquistado por ambos países.
Cooperación y ayuda
A pesar de tener distintos puntos de vista e intereses encontrados a nivel regional e internacional, países como Francia, Egipto y Turquía coincidieron en la importancia del fortalecimiento de Irak. El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó que los problemas que ha sufrido Irak fueron producto de la “desestabilización externa por parte de varios vecinos y milicias que han contribuido al debilitamiento del Gobierno”.
Macron remarcó el rol de la cooperación para mejorar la situación del país: “La paz y la estabilidad del Iraq solo pueden concebirse dentro de un programa de estabilidad regional. De modo que el objetivo principal de esta conferencia era abordar estas dificultades iraquíes, y se ha producido en un contexto geopolítico, familiar para todos nosotros, de una reconfiguración de las fuerzas regionales e internacionales”. Además, el mandatario galo afirmó que Francia seguirá desplegando tropas en Irak para combatir el terrorismo, incluso si Estados Unidos decide retirarse del país árabe. “Independientemente de las decisiones que tomen los estadounidenses, mantendremos nuestra presencia en Irak para luchar contra el terrorismo”, dijo Macron. “Tenemos la capacidad operativa para asegurar esta presencia”, declaró ante varios periodistas, según Al Jazeera.
Por su parte el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, destacó la importancia de estar en Irak, “una de las fortalezas del panarabismo” y rechazó “toda injerencia extranjera en los asuntos iraquíes y ataques ilegales a sus tierras. Egipto llama a todos los poderes a respetar la soberanía de este antiguo país y las elecciones de su pueblo. Todo el mundo tiene interés en que Irak desempeñe el papel que se le ha encomendado a nivel árabe y regional”, afirmó. Por su lado, el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, afirmó: “La estabilidad de Irak era de vital importancia para una paz duradera en nuestra región y desde el principio, Turquía consideró a todo el pueblo iraquí como hermanos y hermanas sin discriminación étnica o sectaria”.
Sobre la lucha contra el terrorismo destacó: “debemos luchar sin compromiso contra las organizaciones terroristas que envenenan la cooperación regional, la paz y la estabilidad, que como país que luchó contra organizaciones terroristas como DAESH y PKK”. Sobre el PKK o Partido de los Trabajadores de Kurdistán, Turquía mantiene un conflicto en su país como en la vecina Irak y ha declarado a este grupo de extrema izquierda como terrorista.
Rearme iraquí
Además de potenciar su poder diplomático, Irak ha expresado interés en ampliar la capacidad de sus Fuerzas Armadas y, según el diario Turco Yeni Safak, el ministro de Defensa iraquí, Juma Anaad Sadoun, afirmó que su país comprará a Turquía drones Bayraktar TB2, 12 helicópteros de combate T-129 ATAK y 6 sistemas móviles de guerra electrónica KORAL.
Irak tiene la cuarta industria de drones más grande del mundo, según el Daily Sabah, y los Bayraktar TB2 han participado en los conflictos de Libia y Siria con las fuerzas turcas como así también en la guerra de Nagorno Karabaj con Azerbaiyán. Mientras que Catar, Ucrania y Polonia han adquirido drones de este tipo, siendo este último país el primer Estado miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) (luego de Turquía) en poseer este tipo de armamento.
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