La falta de motivación, dijo la especialista, es más notoria en el sector joven de los estudiantes y recibidos de las carreras de medicina, y se acentúa aún más si se trata de optar por trabajar en el ruralismo específicamente. FEMI tiene como objetivos fomentar y estimular la formación de recursos humanos en el interior del país, tanto lo que refiere a pregrado y posgrado.
“En algunas especialidades tenemos posgrados en el interior y creemos que es una manera de llevar recursos humanos especializados para que puedan irse radicando en el lugar donde viven, o cerca de allí”, indicó Nava. En ese sentido es que en esta semana el decano de medicina irá a Paysandú y Salto a reunirse con parte del consejo directivo de Facultad de Medicina, para profundizar el estudio de las comisiones de ambos lugares y poder implementar segundo y tercer año de medicina en la regional Norte.
La carrera de medicina a partir de 4º, 5º y 6º ya está instalada desde hace muchos años en los dos departamentos -Salto y Paysandú-. A su vez, el año pasado, se formó en Paysandú un primer ciclo común donde pueden ingresar estudiantes a hacer medicina. “Lo único que faltaría para complementar la carrera entre Salto y Paysandú sería implementar 2° y 3° y la Federación está tratando de ayudar al proceso de descentralización para la formación de los recursos humanos”, sostuvo la especialista.
El centralismo también existe en los propios departamentos
Nava comentó que existen varias propuestas provenientes de la Sociedad de Medicina Rural vinculadas al fomento del sector de recursos humanos. Una de ellas es la idea de poder hacer cursos de educación médica continua y llegar a la recertificación de los médicos rurales para que “se sientan más valorados”. La presidente de FEMI indicó que se está trabajando en conjunto y se están contemplando todas las áreas y estudiándolas para poder dar a la población rural una mejor cobertura.
“Nosotros luchamos siempre contra el centralismo de Montevideo, pero en cada departamento también existe centralismo en la capital del lugar con la zona rural. Últimamente ha habido una cierta migración de las personas del campo hacia las ciudades, y esto no es ajeno con los actores de la salud”, aseguró.
En esa misma línea es que se está buscando involucrar a actores políticos para que contemplen la situación. Se han enviado notas solicitando una entrevista con los candidatos presidenciables para conocer la opinión sobre lo que tiene que ver con los proyectos de la salud en el interior del país, y a su vez, se tiene un documento con todas las propuestas planteadas desde los sindicatos médicos del interior.
Además, las problemáticas no solo se encuentran en la baja cantidad de médicos en el medio rural, sino también se asisten ciertas dificultades en lo relativo a las coberturas en el nivel de funcionamiento no médico. “No pasa tanto en las capitales departamentales, pero sí en la ruralidad. Tenemos dificultades con el equipo de salud como personal de enfermería, el conductor de la ambulancia, la infraestructura y los vehículos que trasladan a los pacientes. Cada lugar tiene una realidad. Pero muchas veces pasa que hay un solo ambulanciero y es quien debe estar disponible las 24 horas del día durante toda la semana”, detalló Nava.
En algunas localidades sucede que existe una complementación de servicios entre el público y el privado. En otros sitios intervienen las intendencias, y por eso Nava aseguró que no se debe generalizar el medio rural como único, porque cada lugar tiene su impronta. Uno de los problemas que escapan a las organizaciones médicas es el hecho de la caminería rural, “porque surgen problemáticas de acceso y son los gobiernos departamentales quienes deben contemplar y llevar soluciones al respecto”, dijo.
Un vínculo diferente
El médico del interior -y esto está más asentado en el médico rural- al estar en comunidades chicas, tiene un relacionamiento con los pacientes con otra impronta. Al terminar las consultas o visitas sanatoriales, es muy frecuente que se lo encuentre en un supermercado o la calle, lo que genera que el vínculo sea más cercano. El médico ya toma nombre, apellido, conocimiento de las familias, y las realidades. “Pero no por eso el médico del interior es menos profesional o menos formado, simplemente es más cercano”, indicó Nava.
La entrevistada expresó que desde FEMI se trabaja “por la defensa de las condiciones laborales de los médicos del interior y por lo que tienen que ver con la educación médica continua, porque creemos que es la manera de poder llevar una mejor asistencia a todo el país”. Algunos médicos de FEMI están centralizados en las ciudades departamentales y otra población en los pueblos, villas y dentro de la población rural dispersa.
Cifras que alarman
Del 100% de los médicos que hay en nuestro país, que son cerca de 16.000, menos del 30% están en el interior y, a su vez, del Río Negro hacia el Norte, son menos de un 6%. “Este tipo de situación la estamos viendo como una dificultad en la radicación de los recursos humanos en el interior del país, y se ve más acentuado en los médicos rurales en sí. Hay una falta de motivación de los más jóvenes principalmente como para irse a erradicar al interior y más irse a la ruralidad”, sopesó la entrevistada. Del porcentaje total de médicos que se encuentra al Norte del país, solo el 10% se emplea en el sector netamente rural.
Existen 448 localidades con centros de atención médica en el interior del país, 28 de ellas posee una población que ronda los 3.000 habitantes, y todas ellas cuentan con al menos un médico residente.
De las 448 localidades totales, 25 de ellas están pobladas con 2.000 o 2.500 personas, y solo la tercera parte de ellas cuenta con médico residente. Hay 62 sitios que tienen cerca de 1.000 habitantes, y solo el 8% de éstas cuenta con un médico permanente.
Esto quiere decir que del total de localidades que existen en el interior del país, 300 de ellas no cuentan con médicos residentes. Y el promedio de edad de los médicos responsables es de 45 años.
Fuente: Sociedad de Medicina Rural.