En entrevista telefónica con La Mañana, el senador Guido Manini Ríos ahondó sobre su propuesta de utilizar los Derechos Especiales de Giro (DEG) para cancelar pasivos del BCU que pagan tasas de interés en moneda nacional superiores a las devengadas por las reservas internacionales. Ese ahorro de intereses, que reduciría el déficit fiscal, podría aplicarse a financiar los planes de vivienda, sin necesidad de quitarle recursos al Instituto de Colonización. La propuesta recibió críticas de algunos economistas y comunicadores, lo que Manini Ríos atribuyó a la presión de “algunos dolientes”, ya que su propuesta va en dirección de desactivar un círculo vicioso de especulación que produjo pérdidas de miles de millones de dólares al BCU durante la gestión astorista-bergarista, y que pasaron a engrosar la copiosa deuda pública.
¿Senador, podría explicarnos en qué consiste su propuesta?
El fundamento lo explicó muy bien el Dr. Kenneth Coates en su columna en La Mañana. El FMI asignó a nuestro país casi 600 millones de dólares en Derechos Especiales de Giro (DEG), una moneda emitida por el organismo que los bancos centrales contabilizan como reservas internacionales, y que a un costo mínimo pueden ser convertidos a dólares o a cualquier otra divisa de curso internacional. Lo que propone Coates es aprovechar ese aumento de reservas en el BCU para disminuir el stock de dólares que rinden prácticamente cero, utilizando los fondos para cancelar pasivos en pesos que pagan 7% al año. Si hace los números, con eso el Estado se ahorra aproximadamente 40 millones de dólares al año, bastante más que los fondos que se pretenden sacar a Colonización. Es una verdadera eficiencia a nivel del balance del Banco Central.
El Ec. Javier de Haedo se refirió a su propuesta por twitter diciendo que es una “transferencia de utilidades al estilo K”. ¿Qué opinión tiene al respecto?
No entiendo a qué se está refiriendo. Si puedo cancelar pasivos onerosos con activos que no rinden nada y ahorrar intereses, ¿por qué no hacerlo? Porque esos intereses que pagamos han fomentado la especulación por muchos años, y a un alto costo para el país, y que engrosa la copiosa deuda que heredó el gobierno. No veo que tiene de “K” esto. Pero quizás durante su pasaje por el equipo económico de Raúl Sendic el economista de Haedo haya tenido oportunidad de conocer más sobre el modelo económico del kirchnerismo. Habría que preguntarle a él.
¿Por qué dice usted que los intereses que paga el BCU fomentan la especulación?
Ni siquiera países ultra-liberales como Chile permiten esta especulación financiera a la que le abrió la puerta la política económica frenteamplista. Piense que un fondo de inversión extranjero puede venir a Uruguay con dólares que le rinden cero, y salir con títulos al 7% o más, ofreciéndole rentabilidades esperadas en dólares muy altas para un título emitido por el Estado uruguayo. El BCU le hace un servicio completo: le crea una ventana especial para que pueda vender los dólares sin tener que acudir al mercado, luego le emite títulos en pesos y al momento que desee salir, le vende los dólares de vuelta. Así me gustaría invertir a mí también. Después festejamos que viene inversión extranjera, pero esta no es la inversión que necesitamos. Esto es una transferencia de riqueza del país a los especuladores.
¿Tiene estimado el monto de esta transferencia? El economista Aldo Lema dijo en twitter que ese número es una sobreestimación.
El BCU no publica esa información, lo que dificulta el análisis. Pero si piensa que durante la gestión bergarista se mantuvo un stock de Letras de Regulación Monetaria de entre 5 mil y 10 mil millones de dólares pagando tasas de entre 7% y 10%, fácilmente podría llegar a una pérdida acumulada de 5 mil millones de dólares. Sería muy sano que el BCU aportara la información exacta, así todos los uruguayos sabrían cuánto les cuesta esta especulación que beneficia a unos pocos. Se imaginará que los fondos del exterior no vienen a hacer colocaciones para perder dinero. De modo que si el BCU toma el otro lado del mercado profesional, no hay que ser economista para darse cuenta quién paga la fiesta. El otro día me enseñaron que a eso se le llama “carry trade”, que es la palabra sajona para referirse a lo que en el Río de la Plata conocemos como “bicicleta financiera”.
Pablo Carrasco calificó la propuesta de “bolazo”. ¿Qué comentarios le merece?
Estamos intentando aportar propuestas constructivas y lo hacemos con humildad republicana. La descalificación no aporta, ya que no favorece un genuino ámbito de discusión. Detrás de nuestra propuesta hay un sólido respaldo profesional y estamos dispuestos a debatir una vez que se conozcan los datos exactos del BCU. Respecto a ese señor que nos agrede permanentemente, solo me pregunto si en realidad no está preocupado de que expongamos algunas de las calesitas que hay en Uruguay.
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