El sábado 18 de setiembre se realizó el acto de cierre de la Expo Prado 2021 que contó, como cada año, con la oratoria del presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) y el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Gonzalo Valdés Requena y Fernando Mattos, respectivamente.
En el momento de hacer uso de la palabra el ministro Fernando Mattos destacó el aumento del 27% de las exportaciones medida en dólares respecto a 2020, y de un 10% frente a 2019 cuando aún la pandemia no había surgido, siendo carnes, lácteos, lanas y productos forestales los principales rubos vendidos.
Los precios son “excepcionales” para la carne, los lácteos, la agricultura y la forestación; además “el incremento de las exportaciones de los cultivos de invierno (trigo, cebada y canola) propician una mayor de superficie de cara a la próxima zafra de estos cultivos” del entorno de las 630.000 ha, “afianzándose en el productor la opción del doble cultivo y mayores opciones para rotación”.
Sobre el dólar señaló que hay un “debilitamiento internacional, debemos cuidar la inflación en dólares y no el tipo de cambio nominal”, señaló.
Respecto al precio de los combustibles consideró que “la discusión de fondo que debemos darnos como sociedad es acerca del futuro de Ancap, las energías renovables y una disminución importante de la demanda de sus actuales productos”.
Dijo que un tratado con China, sin abandonar la pertenencia al Mercosur, “puede ser el cambio más importante en materia comercial para el Uruguay de los últimos 70 años” por lo que significa para el comercio y de las inversiones.
Asimismo, cuestionó el tiempo que ha llevado el acuerdo con la Unión Europea: “No podemos estar más de 20 años negociando un acuerdo sin lograr culminarlo”, enfatizó.
Mattos también se refirió al cuidado del ambiente que para Uruguay es “un compromiso de reducción de las emisiones y venimos trabajando adecuadamente para alcanzar estos objetivos” y una prueba es “el trabajo que genera el grupo de la huella ambiental de la ganadería que analiza el balance entre emisiones y captura”, un trabajo articulado con el Ministerio de Ambiente.
La ruralidad no es sólo desarrollo económico sectorial, hay una “dimensión social y humana de la población de tierra adentro”, y enumeró algunos objetivos del Estado: Antel instalará antes de fin de año 50 nuevas radio bases y las inversiones previstas este año y el próximo, en comunicación en el interior, es de US$ 300 millones; UTE prevé otorgar energía eléctrica a 2.500 familias que no cuentan con este servicio; Mevir ampliará los planes de obras de vivienda e infraestructura productiva en el medio rural, y el BROU volvió a ser el respaldo a al sector rural.
La población canina “es un gran problema y una amenaza sanitaria, económica y de convivencia social”, para abordarlo se creó el Instituto Nacional de Bienestar Animal y se destinaron recursos. El Gobierno se propuso “posicionar al país en el tema del bienestar animal desarrollando políticas relacionadas con la convivencia humana y de animales en los ecosistemas con el propósito de proteger la salud y el bienestar animal contribuyendo a mejorar la salud humana, la inocuidad y la seguridad alimentaria”.
En cuanto a la seguridad rural defendió el rol de la Ley de Urgente Consideración (LUC) sobre el tema, con la creación de la Dirección Nacional de Seguridad Rural, además de que la Fiscalía prioriza la persecución penal del abigeato, que resultó en una caída de ese delito del 42,3% entre enero 2020 a agosto 2021.
El “compromiso” por la sanidad
La sanidad es un “compromiso” del Ministerio, pero “se necesita generar el compromiso de la producción y de la profesión liberal a efectos de aunar esfuerzos, buscando el uso efectivo de los recursos, estableciendo reglas claras de funcionamiento y control”.
Anunció que se continuará con la campaña de la bichera y se establecieron contactos con Brasil para “su incorporación al programa, posición que está siendo evaluada por los equipos técnicos de ese país”.
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