Dos ciudadanos cubanos con realidades distantes, relataron a La Mañana algunas circunstancias que viven como residentes en el país y la necesidad de partir por falta de documentos. Destacan la hospitalidad de los uruguayos, aunque denuncian ciertas situaciones de abuso y la dificultad para mantenerse en un empleo formal.
A lo largo de la historia, una constante ha sido el movimiento de poblaciones de un lado al otro del mundo. Las colonizaciones, las guerras o la búsqueda de una mejor posición económica formaron y forman parte de las tantas razones para migrar.
Las travesías a menudo se tornan obligadas para buscar la calidad de vida deseada. Un ejemplo de ello es la migración de cientos de cubanos hacia tierras uruguayas, buscando un sitio donde desarrollarse de manera más acorde a sus metas.
“No es difícil adaptarnos a Uruguay; creo que nos acostumbramos más fácilmente los cubanos a ustedes que ustedes a nosotros”, dijo a La Mañana Luis Estrada, presidente de la Asociación de Cubanos Libres Uruguay, quien reside en el país desde hace 10 años y dialogó sobre las vivencias de sus compatriotas en tierras locales.
Estrada fue consultado acerca de la travesía que emprenden algunos cubanos para poder llegar a nuestro país y acostumbrarse a una cultura que, en varios puntos, dista de la cubana. Explicó que algunos están llegando por vías un irregulares, en las que se dan abusos en cuanto al dinero que se les cobra para viajar, por ejemplo. “Aunque podemos decir que cuando uno llega a Uruguay siente alivio, porque es un país muy institucionalizado. Llegamos y al poco tiempo tenemos una cédula que nos permite trabajar. Es un país fácil de adaptarse”, dijo.
Aseguró que uno de los principales problemas de los cubanos al llegar y buscar empleo es que no saben lo que es un currículum vitae ya que en su país no se utiliza, sino que se consigue trabajo a través de contactos. “Pero Uruguay ha sido muy solidario, porque conociendo la dificultad que traemos nos ayudan a crearlo (el CV), incluso en la misma empresa a la que se va a pedir el empleo”, expresó Estrada. Agregó que el recibimiento es cálido y solidario y se les permite escalar dentro de las empresas.
“Los uruguayos no estaban preparados”
Estrada recordó los problemas que vivieron las primeras olas de cubanos al llegar a Uruguay en 2015 y 2016 en materia de vivienda. “Indudablemente al principio fue un poco peor que ahora, porque la sociedad uruguaya no estaba preparada para recibirnos. Sobre todo, los pequeños empresarios y emprendedores que tenían espacios en alquiler y estaban comenzando con el proyecto”, analizó.
Detalló que las condiciones eran muy básicas y malas, pero considera que se ha venido estableciendo una mejoría en ese sentido. Las diferentes instituciones como la Intendencia y el gobierno nacional “han venido trabajando en hacer visible el problema”.
Al llegar con el dinero justo a Uruguay, lo primero es buscar lo más barato para alquilar. “Pero algunas personas se aprovecharon de la situación”, contó Estrada. “No obstante, desde la Asociación hemos realizado gestiones para visualizar el problema. Nos hemos acercado a los ediles de toda la zona del Centro, que es donde más se posiciona la comunidad cubana. Considero que de a poco ha ido mejorando”, reafirmó.
Muchas veces ingresan al país con sus familias. Este hecho ha generado que sean derivados a refugios, porque al ser varios no cuentan con dinero ni siquiera para pagar una pieza grande en una pensión. El problema es que en los refugios los dividen, entonces es muy difícil adaptarse, y más si han pasado problemas de trata, de violencia, amenazas, de ver cosas muy difíciles. No se quieren separar, aunque sea temporalmente. “Es aterradora la idea”, explicó el entrevistado.
En ese sentido, expresó: “Irnos de nuestro país no es lo que queremos. Nos gustaría ser libres en Cuba, pero mientras no sea así el cubano seguirá migrando”. “Uruguay no es xenófobo, abre puertas y nosotros agradecemos. Cuando podamos recuperar nuestro país seguiremos agradecidos con los uruguayos”, opinó.
Doble migración: partir de Uruguay por no prosperar
Eddy Rodríguez es otro cubano que llegó a Uruguay en 2017, pero recientemente se fue a Paraguay a la espera de volver en enero para obtener la documentación correspondiente de la residencia uruguaya. “Llegué a Uruguay el 29 de diciembre de 2017. Tuve que salir en lancha de Cuba, pero me salió mal, así que debí juntar dinero para un pasaje de avión y me fui para Guyana. Tenía un amigo en Uruguay que me dijo que podría venirme y trabajar para mandarle dinero a mi familia, pero con un salario de $20.000 no alcanza para mandar US$ 50 al mes a la familia”, relató.
Cuando llegó a Uruguay, Rodríguez tenía US$ 100 en su bolsillo y no cubría los gastos de un alquiler, pero la dueña del lugar le permitió quedarse y que le pague el resto a los 15 días con dinero que obtuviera de una changa.
Mientras hacía changas, hizo los trámites pidiendo refugio político y además le dieron la cédula. “El refugio no lo conseguí –que lo quería para traer a mi esposa y luego a mi hija– por lo que el 5 de noviembre de 2019 me avisaron que me lo negaban y que debía irme del país. Me fui hace muy poco pero posiblemente en enero pueda conseguir el documento y vuelva a Uruguay a seguir con los planes”, aseguró.
Rodríguez comentó que antes de ir a Paraguay intentó obtener una visa en Uruguay, pero debido a demoras por la pandemia no le fue posible. Antes de que le retiraran el documento trabajaba en una empresa de manera formal y no pudo luego seguir ‘en negro’, entonces debió volver a las changas que le dejaban poco dinero.
“La mayoría de los cubanos que se están yendo de Uruguay es porque tienen las cédulas vencidas, como en mi caso, entonces deben trabajar en negro y eso implica tener ingresos pequeños que no permiten enviar dinero a la familia. Por mi parte tengo mucha familia en Cuba, mi hija, mi sobrina que está por tener un hijo, y más. Mi padre murió hace dos años y no lo pude ver”, relató el entrevistado.
Rodríguez comentó que en enero volvería para hacer los papeles y que tiene los contactos para poder ingresar en un trabajo que le permita tener una vida estable. “Uruguay es un lugar tranquilo, tenemos aspiraciones de lograr bastantes cosas en el país. Por ejemplo, que nos autoricen a abrir negocios, porque somos muy emprendedores y así también dejaríamos dinero en el país”, señaló.
Según indicó Rodríguez, el ciudadano cubano tiene “el chip del sueño americano”. Recordó que antes la migración solía ser siempre para Estados Unidos, y desde allí era fácil enviar US$ 50 o US$ 100, “pero Uruguay es distinto, y capaz se manda dinero cada dos meses”, añadió.
Sostuvo que en Uruguay la vida con un salario mínimo o un poco más es casi justa. Aseguró que no se pasa hambre, pero que al llegar sin nada se tienen que ir comprando todo y los costos son caros. Muchos cubanos en Uruguay, incluso, juntan el dinero para irse a Estados Unidos y desde allí poder enviar sustento a sus familias.
“El sueldo para los inmigrantes suele ser bajo, por más que la persona sea un profesional. Si no revalida el título no puede emplearse en su especialidad y termina trabajando de peón, por ejemplo. Aunque ha habido cubanos que sí triunfaron en Uruguay”, expuso el entrevistado por La Mañana.
Nueva ola de inmigrantes a partir de noviembre
Estrada advirtió que a partir del 15 de noviembre se abrirán las fronteras de Cuba, por lo que se visualiza que muchos cubanos llegarán a Uruguay, debido a que ya conocen cómo es gracias a quienes están aquí. En ese sentido explicó que desde la Asociación han estado tratando el tema con la Intendencia y el Poder Legislativo. “Consideramos que la problemática de la vivienda se va a acrecentar”, dijo.
En esa línea, Rodríguez comentó que él también recibe muchas consultas de compatriotas en busca de información sobre cómo se vive en Uruguay. “Lo que le decimos a todos es que no deben compararlo con Estados Unidos, que Uruguay es latinoamericano”, explicó.
“Los cubanos somos mano de obra barata en el mundo; a veces sacan a uruguayos de los puestos de trabajo y contratan cubanos, y eso no le hace bien al mundo, hay que evitarlo. Ojalá todos nos quedemos en los países porque nos gustan y no únicamente por necesidad”, expresó Rodríguez.
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