El último informe del FMI sobre Perspectivas de la Economía Mundial confirmó lo que muchos analistas decían en voz baja: Uruguay es de los países de Sudamérica que se recupera más lentamente de la pandemia.
La diferencia es particularmente llamativa con Chile, que en 2020 se contrajo 5,8% (Uruguay 5,9%), pero que anticipa para 2021 un crecimiento de 11%, casi cuatro veces superior al magro 3,1% que el FMI proyecta para Uruguay. Sin dudas esto tiene que ver con las fuertes políticas anti-cíclicas aplicadas por el país trasandino.
Brasil y Colombia retornarán también en 2021 a los niveles prepandemia. Incluso Perú, con toda la incertidumbre política del último año, crecerá este año un 10%, levemente por debajo de la contracción sufrida en 2020. Sorprende particularmente el caso de Argentina, que crecerá un 7,5% este año, a pesar de todos sus problemas.
Si se cumplen los pronósticos del FMI, Uruguay tardará dos años en recuperar los niveles prepandemia. Cabe preguntarse qué hubiera ocurrido si el gobierno hubiera accedido a cerrar la economía, como se reclamaba desde la oposición. Y por supuesto, si el astorismo-bergarismo le hubiera dejado algo del tan mentado “espacio fiscal”, que fue derrochado en quince años a cargo de la economía del país.
TE PUEDE INTERESAR