Con algo más de cien habitantes, la comunidad de Cerro Pelado en Rivera se mueve en un sistema federativo de promoción social, donde tanto desde el liceo como desde la Sociedad de Fomento caminan hacia un mismo lado: el desarrollo de la persona y del campo, dentro de lo cual la formación de la mujer es fundamental.
En la localidad de Cerro Pelado, en el departamento de Rivera, en un radio de cinco kilómetros, viven poco más de cien personas. Los hombres se dedican mayormente a las tareas del campo. Las mujeres, en su mayoría, tienen comercios –de los cinco almacenes, cuatro pertenecen a mujeres–, son auxiliares de servicio, cocineras de estancia, emprendedoras o amas de casa.
Cuando Verónica Piovene –hoy profesora de matemáticas jubilada– llegó a la comunidad, sucedía la reactivación de la Sociedad de Fomento Rural Comunidad de Cerro Pelado. Este hecho, fruto del involucramiento social de los pobladores, es una de las características que más destaca al pueblo. Y es que, según dijo Piovene a La Mañana, los pobladores viven en una especie de gran federación, donde desde las instituciones y grupos se trabaja mancomunadamente hacia el progreso de la localidad. En otras palabras, hacen de su comunidad una gran familia y dentro de ello la Sociedad de Fomento ocupa un rol clave para su gente y, en especial, para las mujeres.
Incluso en los estatutos de la Sociedad de Fomento, escritos en el año 1957, se encuentra que dentro de sus objetivos están el desarrollo de la campaña en la parte humana y productiva y en ese orden. La institución se basó en la obra de Louis Joseph Lebret, un cura y economista francés reconocido por aplicar la economía humanista. “Dentro de nuestros estatutos hay varios artículos que hablan sobre el desarrollo de la mujer rural como persona y no como relegada a ser ama de casa”, señaló.
Pero para ello hay que enfrentar varios desafíos. La entrevistada declaró que “la mujer continúa teniendo problemas de acceso al trabajo” en la localidad por lo que el acceso a la educación desde la edad temprana es algo clave. En este sentido se desarrollaron varias líneas de trabajo. Por un lado, el contacto con los padres de las jóvenes que viven en la zona más rural alrededor de Cerro Pelado, para que las chicas asistan al liceo. Por otro, lo fue en su momento la creación de la Escuela Familiar Agraria “La Siembra”, ubicada en la zona de Tres Puentes, la que estuvo dirigida en un primer momento a orientar a adolescentes mujeres que terminaban secundaria y se encontraban que no tenían muchas opciones. Y aunque hoy esta escuela tiene otro perfil debido a que trabaja con el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (Inau) y acepta también a varones, fue una semilla que dio frutos.
Desde esta forma, tanto desde el nivel educativo como el social, las mujeres acceden a cursos, participan en la producción de artículos de lana, ecoprint, o huertas. El grupo de mujeres del pueblo se denomina “Arte&Maña” y su directora es una ingeniera agrónoma. A través de un ámbito en el que comparten sus conocimientos, realizan ferias y asisten a eventos. “En este espacio dejamos de ser las mujeres que solo hacían los pasteles y las tortas fritas y comenzamos a ser también quienes tomábamos las decisiones”, relató. Es que también surgió un cuerpo de danza, y un grupo de mujeres que realizan deporte. A través de rifas, financian la compra de pesas o steps y le pagan a una profesora de gimnasia, vecina del medio rural de Moirones, que lleva adelante la clase. Este grupo, al que Piovene define como “fuerte”, también realiza jornadas y encuentros regionales de concientización sobre la salud de la mujer, como lo es la prevención del cáncer de mama.
Y fue así que recientemente accedieron a un programa promovido por la Embajada de Francia en Uruguay con el que accederán a partir del próximo mes de noviembre a la construcción de invernáculos orgánicos en cada una de las casas, otorgándoles mayores herramientas. Los frutos de ello, aguardan, se verán pronto.
“En Cerro Pelado se trabaja en un sistema un tanto federativo, cada uno con su autonomía pero a su vez todos hacia el mismo objetivo, unos apoyándonos a los otros, porque creemos que ese es el camino”, resumió Piovene.
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