El pueblo reunido y armado. Agustin Beraza. EDICIONES DE LA BANDA ORIENTAL. 286 págs. Octubre 1967.
Más de medio siglo pasó desde la fecha de edición, pero la emoción que encierra este ejemplo de historia comprometida con el pueblo llano, permanece intacta.
El Prof. Agustín Beraza (Teniente Naval R.N) (1910-1998) fue el autor, entre otras obras, de Pedro Campbell, Cdte. Gral. de Marina (1943), Los Corsarios de Artigas (1949), La Representación Oriental de la Asamblea Gral. Constituyente (1953), Las Banderas de Artigas (1957), La Revolución Oriental (1961).
Si bien las élites porteñas eran pródigas en palabras altisonantes como libertad, justicia, derecho, etc., su profunda imbricación con la hegemonía liberal se traducía, en los hechos, en “la estructuración de un sistema unitario y centralizado de gobierno, capaz de asegurar, a los hombres del régimen, su predominio ideológico y personal”. La revolución tenía que expandirse, pero bajo la égida de Buenos Aires. Desde Tucumán, desde Asunción, desde la Banda Oriental surgieron voces discordantes, traduciendo otros sentires, otras realidades. Pero “Buenos Aires, no hay atenuante, quería reemplazar a España, que el interior fuera su colonia”
Beraza señala que entre los pueblos del Río de la Plata, el que se había destacado con características más particulares era, sin duda, el de la Banda Oriental, dada la naturaleza geográfica, económica, social y étnica del medio ambiente en que evolucionara y cuyo atributo más destacado, desde el punto de vista humano, era un ansia instintiva e irreprimible de libertad.
Si Buenos Aires creía que con la traición, al pactar con los españoles, doblegaría al pueblo oriental, los hechos demostrarían su error. “Se sintió, por todas partes, el tumulto que producía una masa oscura que buscaba el amparo de las Milicias Orientales, acampadas a la vera del Río San José y que, iniciada la marcha, se le iba incorporando a lo largo del camino”.
“Si bien la resolución de emigrar podía, como signo de rebeldía, mantener, incólume, la dignidad cívica de los Orientales y la idea de su calidad de hombres libres, los paisanos tradujeron, en los hechos, el pensamiento de la inutilidad de los esfuerzos y sacrificios que se habían realizado para destruir el poder Español, con una expresión que significaba, al tiempo que su impotencia para contrarrestar los acontecimientos, la amargura del doloroso renunciamiento que llevaban a cabo; la Redota”.
Un texto para leer y atesorar.
TE PUEDE INTERESAR