Victor D. Hanson, experto en historia militar de la Hoover Institution de la Universidad de Stanford y profesor emérito de estudios clásicos en la Universidad Estatal de California en Fresno, recorre en su último libro los orígenes históricos de la ciudadanía, desde las raíces de la civilización occidental en la antigua Grecia y Roma hasta su máximo esplendor –aunque imperfecto e incompleto– en la república constitucional estadounidense. Sin embargo, la idea de que un Estado deba ser gobernado por un conjunto de ciudadanos dotados de derechos inalienables, a los que debe rendir cuentas, ha sido una rareza a lo largo de la historia de la humanidad y en muchos lugares continúa siéndolo. La norma eran los meros residentes y súbditos –la mayoría de los cuales eran campesinos pobres con filiaciones locales o, como mucho, tribales– gobernados por una élite poderosa pero reducida.
Hanson sostiene que en Estados Unidos, así como en gran parte de Europa occidental, el concepto de ciudadano se está socavando y debilitando al confundir a los ciudadanos con los residentes –independientemente de que sean legales o ilegales– como si el simple hecho de residir en un determinado territorio fuera todo lo que hace a la ciudadanía. Esta subversión de la centralidad de la ciudadanía se manifiesta de diversas maneras, como la tolerancia y la “normalización” de la inmigración ilegal, al tiempo que se confunde a los inmigrantes ilegales con los legales. Al mismo tiempo, la política de identidad antioccidental –a la que Hanson se refiere como “tribalismo”– contribuye a disolver los vínculos que mantienen unida a nuestra nación.
Globalistas e izquierdistas ven en el debilitamiento y la dilución de la ciudadanía, las fronteras y la soberanía una victoria del progreso, la humanidad y la modernidad de vanguardia por sobre lo anticuado, reaccionario y asfixiante. Sin embargo, como nos recuerda Hanson, en realidad se trata de un retroceso a la época “preciudadana” de los imperios, las tribus y los meros residentes/súbditos. Del mismo modo, el historiador señala que la clase media y trabajadora está siendo aplastada y exprimida entre las piedras del molino de la globalización, que provoca una emigración masiva e interminable de trabajadores poco cualificados, que deprime los salarios o los estanca. También subraya que, en lugar de significar un salto a una especie de utopía postindustrial de moda, el vaciamiento de los estratos medios es esencialmente una vuelta a los días en que unos pocos todopoderosos y súper ricos gobernaban sobre una vasta masa de “campesinos”. En la época actual, estos pueden poseer teléfonos inteligentes y consolas de videojuegos, pero también se encuentran endeudados hasta el cuello y son dependientes de un gran Estado y las grandes corporaciones.
Pawel Styrna, comentando sobre el último libro de Victor D. Hanson, “The Dying Citizen: How Progressive Elites, Tribalism, and Globalization Are Destroying the Idea of America” (La muerte del ciudadano: Cómo las élites progresistas, el tribalismo y la globalización están destruyendo la idea de los Estados Unidos)
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