Este 2021 es un año especial para la Asociación Nacional de ex Combatientes y Veteranos Italianos. Con su sede social en la casa quinta ubicada en Carreras Nacionales 3485 casi Larrañaga, está celebrando su centenario de vida. La asociación surgió con el fin loable de honrar a los caídos y congregar a aquellos excombatientes de la Gran Guerra, ayudándolos a insertarse en la sociedad uruguaya. Es que este grupo significaba una porción importante en nuestro país, que para el año 1969 reunía en Uruguay 1100 excombatientes.
“La Primera Guerra Mundial fue una guerra sin escalas, muy cruda y con movilizaciones de centenares de miles de combatientes reclutados”, dijo a La Mañana Kely Facchini, directivo y expresidente de Ancri. El reclutamiento que menciona el entrevistado, llegó, naturalmente, a miles de inmigrantes italianos que vivían en nuestro país, pero también fue respondido por uruguayos que viajaron a Italia a luchar por la causa haciéndolo, incluso, con papeles falsos.
“Muchos uruguayos se hicieron pasar por italianos que no tenían familia, fueron a combatir y volvieron a Uruguay continuando con la carrera militar, como el caso del teniente coronel Alberto Martino”, relató el directivo. Martino había viajado como soldado raso y retornado como suboficial. “Fueron muchísimos los uruguayos descendientes y no descendientes de italianos que fueron, incluso, a los campos de Italia a combatir en la guerra”, agregó Facchini.
Y con turbulentos recuerdos pero con la fuerte esperanza en la vida, los excombatientes se reunieron en torno a Ancri, rescatando sus raíces, historia y legado en una sociedad a miles de kilómetros de su tierra natal. Pero también, siendo acompañados por otros que, aún sin contar con sangre tana, honran con respeto y admiración la historia y la cultura del país cuna del Renacimiento.
De hecho, los estatutos de Ancri miran más allá de la generación que combatió en la guerra y vela por la permanencia en el tiempo, permitiendo que quienes no participaron en las contiendas de la época puedan acceder a ser socios plenos.
Énfasis en la cultura
Actualmente, a pesar de que hoy se vive la pausa natural por la pandemia, la asociación tiene una vida nutrida a nivel de reuniones sociales y actividades. Incluso, con la finalidad de mantener despierta la tradición, realizan visitas a bodegas, una ocasión donde, degustaciones mediante, se rescata la cultura por el trabajo que predicaron tantos inmigrantes italianos llegados al Río de la Plata.
Los cien años de Ancri son una demostración de la esencia italiana. Sus anhelos, la gran continuidad. Mirando hacia el futuro, Facchini señaló que ven a la asociación “jugando en temas culturales e históricos” y mencionó que cuentan con profesionales y especialistas de variados rubros que pueden aportar aunque, subrayó “el enfoque cultural siempre va a estar”. Manifestó, además, su deseo de contar con una radio por internet que les permita tocar “varios temas que pasan desapercibidos y tener una expresión cultural de cara al tercer milenio”.
Relato de la vida de un Caballero italiano por tierras uruguayas
Roberto Mezzera es directivo de Ancri y activista por la colectividad que representa en el Uruguay. Con orgullo, cuenta sobre sus fuertes raíces italianas y cómo estas repercuten en su vida y, en ella, la historia de su padre cuenta con un lugar especial.
Fue así que relata la vida de su familia. Su abuelo, Angelo Mezzera, llegó desde Italia a Montevideo junto a su hermano Virginio en 1870. Aquí colocaron una mueblería que se aplazaba en 18 de Julio y Convención. Pero el cambio de siglo propició la visita de Angelo a su tierra natal, y fue allí, en esa fiesta en la que aparecían los albores de una nueva época, que conoció a quien sería su esposa. Mario, el padre de Roberto, nació en Varese, Lombardía, en el año 1903, en un mundo en el que recién se hacía el primer vuelo de la historia, ese que alcanzó a recorrer apenas treinta metros.
Mario, junto a sus hermanas, vivió en Italia su niñez y juventud, estudió Ingeniería Civil en el Politécnico de Milano y, a sus 23 años, movido por la curiosidad del legado que había dejado su padre en América, abordó un barco y desembarcó en Montevideo. Aquí conoció su familia y la propiedad que tenía su padre en el Centro de Montevideo. A partir de allí, construyó su hogar en la capital uruguaya y comenzó a tener activa participación junto a la colectividad italiana presidiendo el Circolo Italiano de la Plaza Cagancha.
Pero en el año 1941 resolvió viajar a Italia para acompañar a su familia y ponerse al servicio de la Patria. Fue allí, en medio de la cruel guerra, donde se casó con María Ludovica Raggi, con quien volvió a Montevideo seis años después. Volvería a Italia un tiempo después, realizando un viaje de seis semanas junto a su primogénito Roberto. Tenía entonces 85 años.
Mario Mezzera participó activamente de instancias de Arte, fundó la Organización Cultural Italo Sudamericana, tuvo una muy activa participación en la Cámara del Bien Raíz y en la Construcción y fue, además, filaterista premiado en los certámenes internacionales de Sudamérica y Europa. Falleció a sus 92 años, siéndole otorgada póstumamente la Orden de Comendador de la República Italiana y Caballero de la Corona de Italia.
Elecciones a los Comités
El próximo 3 de diciembre tendrán lugar las elecciones que renovarán los comités para los italianos en el extranjero, un órgano de representación de la colectividad italiana en las relaciones con la delegación diplomático-consular que opera para la integración de la comunidad italiana residente en el país extranjero donde se encuentra.
Actualmente, en más de cien países, los comités hacen de organismo oficial y renuevan cada cinco años sus autoridades. En Uruguay se elige la directiva de 18 miembros, con representación proporcional a los votos de las listas en puja, que este año son tres.
Una particularidad de estas elecciones es que, debido a muchas direcciones inexistentes de italianos en todo el mundo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia decidió filtrar y depurar los padrones electorales. Es por ello que como requisito previo a ejercer el voto, los ciudadanos italianos deben inscribirse en el padrón electoral de Italia, lo que tiene lugar hasta el tres de noviembre. Desde entonces y hasta el día de las elecciones, Italia chequeará si los ciudadanos que se inscribieron en el padrón lo hicieron de forma correcta. En caso de hacerlo, recibirán un sobre de votación para que puedan ejercer el derecho a sufragio.
Mezzera señaló la importancia de participar en estas elecciones como garantía para la colectividad en pro de elegir a los representantes que impulsen los ámbitos culturales, artísticos, sociales y académicos. “El objetivo es darle vida y medios administrativos y formales a las más de cuarenta asociaciones italianas que se encuentran tanto en Montevideo como en el Interior”, apuntó.
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