Con más de 40 discos grabados de candombe, rock and roll, jazz y un sinfín de géneros, en todos sus proyectos siempre se ha alejado del estilo de las canciones “bailables” que se escuchan hoy. Si bien señala que el negocio musical se ha vuelto “raro” tras la irrupción de internet y aplicaciones como Spotify, se mantiene enfocado en seguir produciendo su música. En diálogo con La Mañana, Rada repasa su vasta carrera, y habla de la inseguridad y de las drogas. Además, es duramente crítico con el partido de gobierno, por no haber acompañado el proyecto de ley para ampliar los años para cobrar derechos de autor.
¿Dónde nació y cómo recuerda la vida en el barrio?
Yo nací en el Pereira Rossell. Vivía en Tacuarembó e Isla de Flores, en el típico barrio Ansina. Ya empezó mal mi vida porque a los dos años me enfermé de tuberculosis, o sea que de los dos a los cuatro años estuve internado en el Saint Bois. Después quería jugar al fútbol, que era para mí lo más importante del mundo. Nos fuimos a vivir a Avenida Italia y Larrañaga, a seis o siete cuadras del estadio, donde íbamos con mis hermanos para abrir las puertas de los taxis y entregar papeles de diario para sentarse –porque el cemento era medio frío-. Hacíamos de todo. También conseguíamos entradas por jugadores que conocíamos, más que nada de Defensor, que eran del barrio, y las revendíamos. Lo que más recuerdo de esa época, lo más lindo de todo, es que yo podía entrar al estadio a ver todos los partidos, porque nadie me conocía. Ahora, como soy conocido, si voy a ver un partido de Nacional me matan, porque todo cambió. Antiguamente ibas con tu familia, entrábamos todos con camisetas distintas de la mano y salíamos todos de la mano; algún imbécil se agarraba a trompadas. El fútbol no es para pelearse, es para verlo, y cuando te toca perder tenés que aguantártelo. Yo iba a los clubes y me decían que jugaba bien, corría, era rápido, pero cuando me hacía la ficha médica me salía una mancha en el pulmón. Esto fue hasta los 17 años, hasta que un día dije “chau”. Pero ya cantaba de chiquito, cantaba en los cumpleaños, contaba cuentos; me rebuscaba bastante.
“El candombe está en todos los barrios, lo único malo es que no lo pasan en las radios ni en las redes”
Y con solo 10 años empezó en su primera comparsa. ¿Cómo llegó?
Claro, a los 10 años salí en Morenada. Llegué por mis tíos, Raúl Silva, Wellington Silva y Juan Ángel Silva, que eran los que sacaban Morenada. Ellos eran primos lejanos de mi madre, y me llevaron. En esa época me llamaba “Zapatito”, porque tenía 11-12 años y calzaba 43. Me tomaban el pelo, era pura oreja y pata. Más tarde, con 14 años, pasé a cantar con Pedro Ferreira, un gran compositor, creador de la orquesta La Cubanacán. Era un genio y con él aprendí a cantar candombe; para mí fue el mejor candombero de la historia. Después salí en la Nueva Milonga, otra murga, con el Tito Pastrana, por dos años, y aprendí a hacer voces. Un día estaba cantando en un tablado, improvisando arriba de una mesa, imitando cantores, que era lo que hacía de chico y me daban plata –cantaba antes de que llegaran las murgas-, y fue Cacho de la Cruz, me vio y le preguntó a la gente: “¿Este negrito, toma?”. Porque la onda acá en Uruguay era que los negros éramos todos borrachos, y no era así. Le dijeron: “¿Zapatito? No, es un tipo que no toma ni Geniol”. Entonces me llevó a un ensayo de los Hot Blowers; estaban los Fattoruso, el Gordo “Bachicha”, Cacho tocaba el trombón, y me dieron una canción para cantar que era “All The Way”, de Sinatra. No entendía nada en inglés, entonces me escribían la letra por fonética y yo me tomaba el trabajo de escuchar la canción muchas veces para ver cómo pronunciarla. Ahí aprendí. Estuve como siete años con los Hot Blowers, nos divertimos mucho.
¿Siempre supo que quería dedicarse a la música?
Sí, es más, estando en el Saint Bois a punto de morirme, viendo que la gente se moría al lado mío, le pedí a Dios que me diera la oportunidad de cantar, y me puso la voz. Con eso me defendí toda la vida.
¿Cómo fue empezar a combinar los distintos estilos musicales?
No tengo estilo yo, me mantuve toda la vida cantando de todo. Empecé a trabajar con los Hot Blowers. Después pasé a cantar con Manuel Guardia, los Fattoruso; cantaba “Garota de Ipanema”. Además hacía canciones de Nat King Cole, “Acércate Más”. Hacía de todo. Cantaba temas de rock and roll, todo lo que hubiera. Y también… “Si arrastré por este mundo / la vergüenza de haber sido / y el dolor de ya no ser” (de Gardel). O sea que pasé por todo, no tengo estilo. Yo era un showman. Con Cacho de la Cruz y los Hot Blowers hacíamos shows.
Y si tuviera que elegir un estilo musical, ¿cuál sería?
Si tengo que elegir un estilo que es fácil para mí, es el tango, el candombe y la milonga, porque es lo mío, pero eso para mí no es un estilo, yo lo tengo dentro.
“Estando en el Saint Bois a punto de morirme, viendo que la gente se moría al lado mío, le pedí a Dios que me diera la oportunidad de cantar, y me puso la voz”
¿Sintió la necesidad de reinventarse a lo largo de su carrera?
Cuando trabajaba con los Hot Blowers, para cantar rock and roll no podía llamarme Ruben Rada, todos nos poníamos nombres yankees para eso, y yo me llamaba Richie Silver. Hasta que un día estábamos tocando en la sinagoga de la calle Buenos Aires, y vino una muchacha y me dijo: “Richie, me encanta tu música. ¿No me firmás un autógrafo?”. Yo no sabía cómo se escribía Richie Silver y le puse cualquier cosa. Fue horrible… una vergüenza. Ahí lo llamé a Cacho y le dije: “me calenté, no quiero ser más Richie Silver, no sé ni cómo se escribe”. Y abandoné. Richie Silver volvió después de muchos años, hace siete u ocho años que hice un disco que tuvo mucho éxito. Hice muchas cosas. También “Rada para niños”. Después estuve con grupos como La Banda, Totem, que fue el grupo más importante del candombe-rock en Uruguay.
¿Cree que el candombe tiene un lugar importante en la cultura uruguaya?
Tiene un lugar importante. Hay tambores en La Teja, en Carrasco, en Pocitos. Cuando yo era chico nos pasábamos tocando el tambor en Pocitos y las viejas decían: “ay, están esos negros con los tambores otra vez”, pero se movían bailando. Fue una etapa divina. Hoy el candombe está en todos los barrios, lo único malo es que no lo pasan en las radios ni en las redes. En el mundo, todos los días se pone de moda algo, el reggaetón, la lambada, y nunca el candombe. Nosotros, con los Fattoruso, hemos llevado el candombe a todas partes del mundo. Estuve en Corea, en Qatar, en Estados Unidos, pero si no está metido en un disco… Por ejemplo, la suerte que tuvo Bob Marley, aparte de ser maravilloso, fue que cantaba en inglés. Si nosotros viviéramos en un país –que no es que sea mejor- dominado por los ingleses, yo sería multimillonario. El idioma es muy importante. Si hubiera sido brasilero, sería multimillonario. Pero soy uruguayo. Yo le cuento a la gente que si vos estás en Suecia, Argentina está en el culo del mundo y Uruguay está atrás del culo. Estamos envueltos entre Brasil y Argentina, por eso es que a la mayoría de los uruguayos, La Vela, No Te Va Gustar, El Cuarteto de Nos, La Triple Nelson, Cuatro Pesos de Propina, Once Tiros, Ana Prada, el Negro Rada, Jaime Roos, Los Iracundos, China Zorrilla, Perciavalle, Santiago Arrieta, Los Shakers, Argentina nos abrió las puertas.
¿Cómo es su relación con Argentina?
Tengo una argentina en la casa (Patricia, su esposa), y mis tres hijos son argentinos, pero son recontra uruguayos y cuando juega Uruguay-Argentina son uruguayos a muerte. Como en Argentina me estaba yendo bien, mis hijos nacieron ahí.
¿Cómo ve el negocio de la música actual?
Raro. Antiguamente estaban las compañías de discos, vos grababas un disco, vendías determinada cantidad y la gente te conocía y te iba bien, pero ahora, con esto de internet, para cobrar mis derechos de autor, como artista, de venta de discos o de las veces que los pasan en televisión, en Spotify o en algún lado, no conozco ni los nombres. Nos cuesta horrible conectarnos, porque yo en la compañía de disco sabía el nombre del dueño, y ahora no sé quién es. ¿Vos sabés quién es el dueño de Ford o el de Chevrolet? No sabés quién es. Yo pienso que por algo así mataron a (José Luis) Cabezas, porque la persona que él deschavó era un empresario muy famoso al que no le convenía que dieran su nombre, y desapareció. Nunca sabés quiénes son los dueños de las grandes empresas. Los dueños del país tampoco somos los uruguayos ni son los políticos.
¿Qué proyectos tiene a futuro?
Seguir grabando discos. Ahora voy a Buenos Aires, al Ópera, donde voy a hacer parte de la historia, lo mismo que hice acá en el Solís. El 8 de octubre voy a estar de vuelta en Montevideo, en el teatro del Sodre. También hay una canción que ya se puede escuchar en Spotify, que se llama “Negro Rock”.
“Me parece que se les fue de las manos al FA, y a Cristina y a Macri en Argentina, y en toda América Latina”, dijo sobre el problema de las drogas y la inseguridad
¿Qué legado le gustaría dejarle al país?
Todo lo que hice. Tengo más de 40 discos grabados de candombe, de rock and roll, de jazz. Te vas a dar cuenta, en todos los discos que hago, de adónde voy y qué lejos estoy de cualquier canción de las que escuchás ahora, bailable.
¿Está conforme con sus logros?
Estoy contento, sí. Lo raro es que anduve por todo el mundo buscando un bienestar económico y artístico, y lo logré en mi país. Después de estar 25 años afuera volví, y lo primero que hice fue la propaganda de Arquitectura, de Parmalat. He hecho cantidad de programas de televisión, como “Gasoleros” en Argentina, con Dady (Brieva). Acá hice “La oveja negra”.
Empecé a moverme en todo eso y ahí fue que pude comprarme mi casa, a los 55 años, después de haber estado por todo el mundo. Y el Uruguay me dio eso, más no me puede dar.
¿Cómo ve el problema de las drogas y la inseguridad en el país?
Me parece que se les fue de las manos al FA, y a Cristina y a Macri en Argentina, y en toda América Latina.
¿Ve una vuelta atrás posible?
Sí. El ser humano se recompone y empieza a entender lo que le está pasando y empieza a cambiar. Sobre el asunto este de que la marihuana sea legal, hay una tendencia en el mundo entero ahora a que sea libre todo.
¿Le parece bien?
Sí. Viste el resultado que tuvo la ley seca en Estados Unidos, se terminaron matando, que es lo que está pasando ahora. Hay muchos drogadictos que abandonaron, que la droga los cansó. La gente tiene que decidir sobre que si comete un error con la droga y mata a alguien o hace algún disparate, tiene que haber una pena muy grande para esa persona. El paco tiene que estar prohibido porque es lo peor de este mundo. Siempre existió la droga, es una cosa que nos viene siguiendo desde hace muchísimos años, y tenemos que ser capaces de decidir, pero prohibir hace que aparezcan los que hacen plata con la droga.
¿Por qué dice que se le fue de las manos el asunto al gobierno?
No soy político. Se le fue de las manos porque veo que hay muchos problemas. A mí me preocupa más la muerte de las mujeres que las drogas. El machismo tremendo uruguayo de matar mujeres como si fueran perros, eso me preocupa mucho más que las drogas.
¿Sigue de cerca la campaña electoral?
No. Estoy apartado. Soy del FA pero estoy apartado.
¿Por qué se apartó?
Porque me dediqué más a la música, a hacer otras cosas. Yo pienso que con votar está perfecto. Si yo me acercara más a los partidos políticos tendría que participar, y no tengo ganas ni tiempo.
¿Qué piensa de que el FA no haya votado el proyecto de ley para ampliar los derechos de autor de 50 a 70 años?
Es asqueroso. No entiendo por qué. Es lo mismo que yo le diga a Ford, a Chiclets Adams, que no pueden usar más los derechos de eso. ¿Por qué meterse con los músicos, con los intérpretes? ¿Por qué hacen eso? ¿Por qué quieren quedarse con la plata de la gente? No entiendo por qué.
¿Lo ha podido hablar con alguien del FA?
Yo fui una vez a una reunión a la que vino gente mandada de Estados Unidos a hablar de que vos tenés derecho de agarrar en internet, o donde sea, un libro, por ejemplo, “Las venas abiertas de América Latina”, vas y lo sacás, y es tuyo, sin pagar nada. Eso me parece un disparate, y es lo que quieren los yankees, que tienen todos los canales, todas las cosas del mundo, y quieren quedarse con todo, que la gente no tenga derecho a nada. ¿Qué es componer? Nada. Para ellos no existe componer ni interpretar.
¿A qué atribuye esa postura del FA?
No, no es el FA.
“Los latinoamericanos logramos la independencia, pero nunca pudimos apartarnos de la dependencia”
Me refiero a que no haya votado este proyecto de ley.
A que son unos burros. Estoy totalmente en desacuerdo con eso y una de las cosas que me aparta de la política es esa. ¿Para qué me rompí el alma toda la vida si mis propios camaradas están en contra de lo que yo hago? Me preocupa lo de la política de este país, me preocupa mucho, por eso me alejé, pero uso mi derecho a votar.
¿Habla del sistema político en general?
Sí. Uno cree que por subir al gobierno puede gobernar el país solo, y apenas subís, te encontrás con que tenés que hablar con los muchachos de enfrente, que son los norteamericanos, los alemanes, los ingleses, el Fondo Monetario y todo ese tipo de cosas. Y uno gobierna con lo que ellos te dejan hacer. Esa es mi opinión de lo que pasó en América Latina. Los latinoamericanos logramos la independencia, pero nunca pudimos apartarnos de la dependencia. Yo estuve en las Malvinas trabajando con un barco de turismo durante muchos meses, y están en el territorio argentino. Sin embargo, siguen siendo inglesas. Con eso te explico más o menos lo que pasa, quiénes son los dueños de los países. Hubo una intentona por parte de Fidel, una pelea dura que tuvo, y aguantó, pero fueron tantos años que se desvirtuó la Revolución Cubana, a la cual yo apoyé con toda mi alma. Me parece que los países tienen que ser libres, y aún no lo logramos. Todo ese tipo de cosas me trancan para entrar en la política. Tirar tiros no podemos, pelear de igual a igual no podemos. ¿Qué vamos a hacer? Si las armas que tenemos se las compramos a ellos.
Padre y artista
Desde chico supo que se quería dedicar a la música. Ese niño, que empezó en una comparsa, se terminó convirtiendo en un artista capaz de interpretar cualquier género. Es así que se define brevemente como “world music”, dice, en referencia a que toca “la música del mundo”. Con 76 años de edad, este representante de la música popular uruguaya sigue generando proyectos pese a los cambios que el negocio ha sufrido.
Padre de tres hijos, Rada nunca pensó que serían músicos porque tampoco intentó abocarlos a eso, sino que nació de ellos mismos. “Lucila eligió ser actriz, conducir, también canta preciosamente. No sé por qué motivo dejó de dedicarse a cantar, pero para mí es una cantante increíble, tanto como Julieta y Matías. Matías es uno de los grandes cantantes de la familia, pero como es varón, y supongo que enseguida lo compararían con el padre, las cosas lo detienen, pero es muy talentoso. Los tres son muy talentosos”, expresa con orgullo.
Lejos de ser él quien los aconseje, son sus hijos quienes lo hacen con el padre. Igualmente, admite ser “un abuelo tocando en un mundo de gente joven”, y eso explica que sean ellos los que lo aconsejan, sobre todo, en las cosas que no debe hacer. “No papá, esto no, esta tapa del disco es antigua”, cuenta que le señalan. “O sea, no puedo hacer nada. No puedo ni cocinar en mi casa”, se lamenta. De todas formas, indica que su hobby es, justamente, cocinar. Eso es lo que más le gusta.