El legislador defendió la LUC y cuestionó algunos aspectos de la inclusión financiera promovida por el Frente Amplio. Además, en entrevista con La Mañana, Botana adelantó que presentará una iniciativa para la liberalización de la distribución y el envasado de supergás, y señaló que no descarta votar con modificaciones el proyecto de ley forestal propuesto por los cabildantes.
¿Cómo se está dando la movilización por las campañas sobre la LUC en el interior del país?
Se están produciendo muy tímidamente las movilizaciones porque aún las firmas no han llegado al número requerido y, por lo tanto, no se han lanzado las campañas. Lo que sí hay es algunos movimientos de dirigentes tratando de cumplir con la obligación de informar a la ciudadanía.
¿Dentro de la LUC cuáles considera que son los temas que más preocupan a la ciudadanía?
La gente no quiere perder los avances en materia de seguridad y el respaldo que hoy está teniendo la acción policial. También quiere profundizar los cambios en la educación, confiar en el docente y apoya las normas que quitan al sindicato de la conducción de la enseñanza. Tampoco la gente quiere ser esclava de la banca y en materia de alquileres apoya el nuevo régimen, que se suma a los existentes, donde se posibilita arrendar sin garantías.
¿Cómo evalúa la denominada “inclusión financiera”?
La inclusión financiera generó la duplicación de las ganancias de la banca privada que pasaron de US$ 110 millones por año a US$ 220 millones, mientras que la banca pública pasó de ganar US$ 230 millones a US$ 550 millones. El dinero gratuito al que acceden los bancos provenientes de las nóminas salariales se utiliza para préstamos al consumo, que es lo que da a los bancos su mejor rendimiento. No fueron dirigidos a préstamos de largo plazo y a baja tasa para la mejora de la inversión, la producción y el empleo.
¿Lo atribuye a los gobiernos del Frente Amplio?
Hace mucho rato que la izquierda nacional dejó de cuestionar la titularidad de los medios de producción y a la banca internacional. Se ha visto cada día a la izquierda más asociada a la banca internacional y la bancarización obligatoria es producto de esa asociación. En este caso esclavizando a los trabajadores, obligándolos a ir uno, dos, tres y hasta cuatro o cinco veces al cajero para poder hacerse de su salario. Desde Montevideo se tiene una visión, porque nunca vivieron en un pueblo sin cajero o con un cajero solo, que a veces se rompe o se queda sin dinero.
Tiene planteado proponer en los próximos días una serie de proyectos que tienen relación con el tema combustibles. ¿Qué puede adelantarnos al respecto?
Están dirigidos a la baja de los costos de los combustibles y elimina algunas regulaciones relacionadas con los biocombustibles. Tratan de solucionar el tema del portland y particularmente lo relacionado con el supergás. También los subsidios al gasoil, apuntando al tema tributario.
Respecto al supergás surgió una polémica y se mencionó la posible eliminación del subsidio. ¿Cuál es su posición al respecto?
El precio del supergás no puede variar porque es el querosén de antes. Es el combustible con el que la gente cocina. Lo que tampoco puede suceder es que la mayor porción del precio quede en manos del envasado y la distribución, que se llevan más de la mitad de lo que es el precio. Apuntamos a la liberalización de esos procesos.
Otra iniciativa que maneja se refiere a lo que denomina “microimportación”. ¿Cuál es el alcance de esta propuesta?
Hemos estado trabajando con el senador Guido Manini Ríos en la unificación de los proyectos que buscan solucionar el tema de la diferencia de precios en frontera, lo que termina provocando el contrabando. Manejamos dos mecanismos para evitar esto. Uno de ellos es que cuando la diferencia de precios no es excesiva, entre un país y otro, con una reducción impositiva se podría terminar esa diferencia de precios. El gobierno podría reducir el Imesi en zonas de fronteras y crear una tarjeta individual para los habitantes de las zonas fronterizas, con un crédito fiscal mensual para pagar el IVA de las compras que se realicen. De esta manera la persona paga la mercadería y con la tarjeta paga el IVA, hasta un determinado monto mensual.
El otro mecanismo es el de la microimportación que habilita un sistema de compra de mercaderías por hasta determinado monto, en un trámite simplificado que paga los mismos impuestos que las importaciones normales, con un sistema diferente para el pago de IVA. Lo único que se exonera es la presentación del prospecto de los productos. De esta manera el comercio formal fronterizo podrá realizar importaciones.
Si bien este proyecto está pensado para departamentos de frontera, una generalización de esta norma para todo el país sería por demás y contribuiría en la baja de 1,5 puntos en la inflación. Por otra parte, creemos que se debe evitar una alevosa redundancia en la burocracia. Los países del Mercosur duplican los análisis de sus laboratorios de los mismos productos, cuando se debería aceptar la validez de los estudios de cada país y esto incide en los costos finales.
Esta situación de duplicar análisis, ¿no ocurre también dentro del país cuando no existe una habilitación nacional de los productos que deben ser habilitados por cada intendencia?
Es un problema que algunos departamentos no reconozcan las habilitaciones bromatológicas de otros. Eso es absolutamente malo porque perjudica a la pequeña industria del interior. Montevideo todavía no ha actuado con la generosidad que debería hacerlo en este tema, ya que ejerce ese tipo de prohibiciones, o sea de no dejar ingresar mercadería sin la habilitación de la IMM y no reconoce la de las demás comunas, cuando estas sí aceptan las que se expiden por parte de la intendencia capitalina.
Otro tema que se sigue tratando en el Parlamento es el proyecto sobre regularización de las áreas destinadas para la forestación. ¿Qué opina sobre el mismo?
Dentro de ese proyecto comparto el primer artículo de la ley, que limita la forestación en tierras que no sean de prioridad forestal. Esa norma está vigente en el departamento de Cerro Largo. Si lo impulsé en mi departamento a través del decreto 41 del 2011, no puedo no hacerlo con el resto del país. Lo que sí no comprendo ni comparto es el artículo que limita en 10% el total de los suelos del país como área a forestar. Me parece una limitación sin razón alguna y un mal mensaje al sector forestal. De persistir este artículo se invalida todo el proyecto. Quitándolo podríamos pensar en acompañar este proyecto.
Usted ha planteado que dentro del Partido Nacional se debe de crear “un nacionalismo bien de pueblo, de corte popular”. ¿A qué se refiere al realizar esta aseveración?
El Partido Nacional necesita sus dos alas de siempre y volver a conformar su otro espacio, o sea una expresión más popular del partido, absolutamente imprescindible en este tiempo. No conozco pájaro que vuele con un ala sola.
¿Y cómo piensa que se puede llevar adelante esto?
Con un conjunto de dirigentes compartimos esta idea que en sí mismo es unánime en el Partido y estamos empezando a estudiar la creación de este espacio.
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