Con un capital de 300.000 millones de euros para invertir, Global Gateway es la iniciativa con la que el bloque europeo busca lograr mayor influencia en varios países mediante distintos proyectos en transporte, educación, salud, energía y tecnología.
En este mundo multipolar la economía es la mayor herramienta que tienen las potencias de primer y segundo orden para contrarrestarse entre sí o generar mejor posicionamiento en el siglo XXI.
En la edición de febrero de este año de la Conferencia de Seguridad de Munich, que reunió de manera virtual al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con la entonces Canciller de Alemania, Angela Merkel, y al mandatario francés, Emmanuel Macron. En la misma Merkel dijo: “Durante los últimos años, China ha ganado más influencia en el escenario internacional. Nosotros como alianza transatlántica y como democracias del mundo debemos tomar medidas para hacer valer nuestro propio peso”. También pidió “potenciar a organismos internacionales como el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio y el Fondo Monetario Internacional para contrarrestar las estructuras que han surgido en Asia, lideradas por China”.
Este ascenso y la competición entre potencias se da en varias áreas pero la que más se utiliza para lograr mayor influencia es la económica y científica mediante comercio, acuerdos de cooperación u otros. Ejemplos de esto son el Built Back Better World (Reconstruir un mundo mejor) propuesto en junio de este año por el G7 (grupo compuesto por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón más la Unión Europea) y la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda por China, la cual comenzó en 2013 ya lleva más de 138 países que han firmado documentos para sumarse.
A esta carrera de inversión en infraestructura, comercio y otras áreas se suma ahora la Global Gateway (Puerta Global) europea, la cual según la Comisión Europea se basa “en valores y en elevados estándares sociales, medioambientales, fiscales y laborales de la Unión. Se centrará en la infraestructura física, como cables de fibra óptica, corredores de transporte, líneas de transmisión de energía limpia, para fortalecer las redes digitales, de transporte y de energía. También proporcionará un entorno propicio para garantizar que los proyectos funcionen, al ofrecer inversiones atractivas y condiciones comerciales favorables a los negocios, convergencia regulatoria, estandarización, integración de la cadena de suministro y servicios financieros”.
Este proyecto estará basado en 6 principios: valores democráticos y reglas de alto nivel, asociación de buena gobernanza y transparencia, sostenibilidad de las alianzas equitativas, energía verde y limpia, inversión centrada en la seguridad y catalizar la inversión del sector privado. Sobre esto la presidente de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen dijo: “Apoyaremos las inversiones inteligentes en infraestructura de calidad, respetando los más altos estándares sociales y medioambientales, de acuerdo con los valores y estándares de la UE”. La estrategia Global Gateway es un modelo de cómo Europa puede construir conexiones más resistentes con el mundo”.
Este ambicioso proyecto deberá enfrentarse a la Nueva Ruta de Seda, la cual ya con 8 años de actividad tiene varios proyectos en áreas de interés europeo como lo es África y Medio Oriente, pero con el diferencial que el proyecto chino se centra exclusivamente en cuestiones económicas y de infraestructura además de adaptarse a los contextos locales mientras que la iniciativa europea propone incluir principios respecto a sociedad civil y sistemas de gobierno, lo cual podría generar desinterés o tensiones con los países electores.
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