De Salus a Amazon: de nacionalidad argentina, Cecilia Pesao, tecnóloga de alimentos, tuvo su paso por Uruguay de la mano de Salus durante cuatro años y hoy reside en Europa. Allí protagonizó una historia de amor frustrada por la pandemia que Amazon Prime Video llevó a las pantallas de millones de hogares.
Las estaciones de trenes son el escenario perfecto para el inicio de una historia. Dos extraños se encuentran por los designios del destino, provenientes de sendos caminos, coinciden en un punto en común. Podría ser el comienzo en una de esas películas que vemos por la pantalla grande o que leemos en best sellers, tras la cual existe un argumento de ficción, un guion especialmente tratado para llevar al espectador a un mundo donde todo es perfecto. O no. También podría ser el comienzo de una historia real –igual o más emocionante que la ficción– donde las cosas se ven frustradas por una pandemia que avanza como una ola y que tira los planes cual piezas de dominó. Hay quienes dicen que no existe mejor guionista que la realidad.
Esta es la historia de Cecilia Pesao, una joven argentina que tuvo su paso por Uruguay y que, más adelante, fue la protagonista y la escritora de un evento que le valió una publicación en el New York Times y un capítulo en la aclamada serie “Modern Love” de Amazon Prime Video.
Con una prestigiosa carrera por detrás, Pesao es tecnóloga de alimentos y hoy reside hoy en Barcelona, donde trabaja para Danone; pero fue en Uruguay, específicamente en Salus, donde comenzó a desarrollar su camino en la empresa. En el año 2012 llegó a nuestro país y no se fue sino hasta cuatro años después llevándose, señaló en diálogo con La Mañana, los mejores recuerdos. La entrevista concedida para nuestro medio, dijo Pesao, “fue una oportunidad de volver a Uruguay y recordar el tiempo tan lindo” que vivió.
Pero además la entrevistada relató ese evento que la tomó por sorpresa y que hizo que de un día para el otro su vida tomara un giro inesperado.
El pasajero
En febrero del año 2020 Cecilia residía en París, donde –al igual que en Salus– se ocupaba de la línea de bebidas de Danone. Había pasado ya tres años en la “ciudad del amor” y fue desde allí que, un día como cualquier otro, abordó un tren con destino a Barcelona por motivos laborales. Estaría un solo día en España antes de retornar a su hogar, y el recorrido de seis horas era el puente ideal para ponerse al día con la lectura de ocio. Pesao abordó el tren en los últimos minutos antes de que partiera. Agitada, subió con una columna de libros y su bolso. Grande fue su sorpresa cuando vio que su asiento estaba ocupado por el equipaje de otra persona.
Con poca paciencia, y dirigiéndose en francés, le solicitó a su acompañante que liberara el lugar que le correspondía. Él, amablemente, quitó sus pertenencias, pero le respondió en inglés. Había comprendido lo que ella había dicho –por lo que hablaba la lengua del amor– pero su respuesta en otro idioma podría tomarse como una señal de altanería (o un guiño). A Pesao, que estaba cansada de una larga jornada y que aguardaba ansiosa el momento de sumirse en la lectura, no le cayó demasiado en gracia la actitud. Pero él, con traviesa sonrisa, le dejó en claro que no estaba dispuesto a desistir de la charla y se presentó: mucho gusto, Manuel, español. La conversación corrió entonces en su lengua materna, creando un ambiente de cercanía y familiaridad, donde las cosas fluyeron de tal forma que las seis horas se escurrieron como arena entre los dedos. Pero, como todo en la vida, los caminos tienen su destino, su final. Ambos extraños se despidieron, aunque con la promesa de encontrarse en dos semanas en París, sitio al que Manuel debía viajar.
Con el cálido y reciente recuerdo de esa conexión tan fuerte vivida, Cecilia regresó a su hogar francés y al llegar encendió la televisión. Por cadena nacional el presidente Macron anunciaba el cierre de las fronteras y el comienzo de una cuarentena debido a la llegada del coronavirus.
Era el inicio de algo que, todos imaginaban, no podría durar más de 15 días. Pero una pandemia que se extendía como fuego desbocado por el globo entero recién comenzaba y su fin estaba más lejos de lo que incluso los mejores expertos podían prever.
Luego, lo conocido: el miedo y la frustración. El pánico, la crisis. Planes que se cancelan. El encierro. Y a este escenario fatídico se le sumó un elemento: Cecilia y Manuel no habían intercambiado sus teléfonos. Pero, un par de días después, una solicitud llegó a las redes sociales de la protagonista. Él, de ojo atento y admirable memoria, había husmeado su apellido en su teléfono y la buscó por toda la red, hasta encontrarla.
Las dos semanas pasaron. Las fronteras no se abrieron. Los dos desconocidos –al igual que un mundo entero– debieron derribar el encuentro.
Las siguientes semanas se vivieron con el sinsabor de la desilusión, con esa sensación en el pecho que nos lleva a buscar una respuesta que lo explique todo, que le dé un sentido a nuestro dolor. ¿Cómo es posible que una historia con los matices perfectos cayera cual castillo de naipes? Y en esa búsqueda, y en ese consuelo, leyó las historias de amor de otros en la columna “Modern Love” del New York Times e, incluso, envió la suya.
Pero lo que Cecilia aún no había notado era que su historia sí era perfecta: se adaptaba a una realidad signada por el covid. Y en esa motivación de enviarle al mundo un mensaje de aliento y esperanza, una sensación de que, en el fondo, no vivimos tan distinto y todos sufrimos por las mismas cosas, es que Amazon tomó su historia y la llevó a la pantalla chica. El capítulo fue uno de los más importantes de la serie y contó como protagonistas con Kit Harington (Jon Snow, Games of Thrones) y Lucy Boynton (Mary Austin, Bohemian Rhapsody). Además su historia mereció también un podcast y fue incluida en un libro que resume las cien mejores historias de la mencionada columna del célebre diario.
Un camino para acompañar
“Vi el capítulo sobre mi historia el día de su estreno, al igual que todo el mundo. Esa noche estaban mis tíos en casa, por lo que la vi con compañía”, contó Pesao, y reflexiona: “Verlo me llevó a pensar cómo se transforma algo que en su momento fue lindo vivirlo y a lo que luego le continuó la tristeza de la decepción, en una historia que cobra relevancia o repercusión, y creo que eso está en que de alguna manera refleja lo que nos pasó a todos durante la pandemia, que fue la frustración de las cosas. Creo que de alguna manera se busca dar esa sensación empática de que a todos nos pasó algo que nos dejó mal, pero con una historia. Es una manera de mostrar apoyo con algo divertido”.
Pesao señaló que la historia está construida tal cual sucedió –con algunos pequeños cambios adaptables al presupuesto– y que para ello fue consultada detalladamente desde la productora e incluso debió presentar pruebas que respaldaran su veracidad.
El capítulo incorpora sus nombres en los créditos, por lo que como repercusión recibió mensajes de televidentes de varias partes del mundo. “Me agradecieron por contar esta historia, lo que me dio alegría por saber que entretuvo y dio alegría a alguien. Obviamente me decían que cómo había podido terminar así”. La pieza audiovisual se estrenó en agosto de este año y no fue hasta semanas atrás que Pesao le compartió el capítulo a Manuel. “Si querés ver una libre interpretación tuya nada menos que por Jon Snow, aquí te dejo el link”, decía el mensaje. Lo que continuará en el futuro será, tal vez, motivo de una próxima entrevista.
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