¿Tu pasión?
Mi pasión es todo lo vinculado al mundo del vino, como decirlo; es sentimiento, aprender a jugar con tus sentidos, vista, olfato y gusto, es como un juego. Me divierte probar, me alegra encontrar aromas nuevos, conocidos y, sobre todo, me alegra recordar; está muy ligado a los recuerdos de las sensaciones que experimentas a lo largo de tu vida vinculadas a experiencias donde hubo un vino de por medio.
¿Tu primer trabajo?
Citricultor.
Un consejo para alguien que está empezando y quiere hacer lo mismo que tú.
Hacer algo que realmente te guste. Hará que el camino sea mucho más fácil. Con constancia y trabajo todo llega.
¿Cómo surge tu inspiración?
Surge debido a que mi padre comenzó con un proyecto de vida en los años 60 plantando viñas en estas tierras, con la visión a futuro de construir una bodega. Años más tarde fallece a temprana edad sin lograr su objetivo. En el correr de los años tenía claro que quería continuar con el Legado de mi padre, su proyecto lo hice mío.
¿Contra qué defecto luchas?
Conciliar la familia y el trabajo, es muy difícil aspirar a hacer todo bien, hay muchas exigencias, debemos enfocarnos en las que son esenciales para la familia. Busco lograr un equilibrio.
¿Tu lugar en el mundo?
Mi bodega.
¿Un referente en tu vida?
Roberto Canessa.
¿Una asignatura pendiente?
Conocer bodegas en el mundo, buscando proyectos familiares como el nuestro.
¿Un valor fundamental?
La palabra, es lo más importante que podemos tener. Una persona que no cumple lo que dice ante los demás, tampoco lo cumple para sí mismo.
¿Qué es la felicidad para ti?
Considero que es estar en paz con uno mismo; esto es saber que la felicidad no tiene que ver con el deseo de dejar de ser lo que uno es, sino, por el contrario, con ser auténticamente uno mismo, todo comienza siempre con la propia decisión de ser feliz, asumiendo la responsabilidad de esta elección.
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