Siempre soñó con dedicarse a la actividad política y, aunque en su familia no votaban al Partido Nacional (PN), leyendo la historia se convenció de que era ahí donde debía seguir su camino. Hizo la carrera de abogacía, pero su interés no estaba puesto solo en lo académico, sino también en aquellos elementos que entendía que le servirían para trabajar por el país. Luego de haber pasado por el Poder Legislativo, asumió el desafío de conducir el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), donde está abocado a fomentar la integración social y contribuir a una mejora de la situación de los más vulnerables, según contó en entrevista con La Mañana.
Nació en Jacinto Vera y al poco tiempo se mudó a Malvín. ¿Cómo fueron sus primeros años?
Mi padre trabajaba en el Banco Hipotecario y hacía servicios de catering, y mi madre era maestra –hoy están jubilados–. Yo desde muy chiquito fui al Elbio Fernández porque mi madre trabajaba ahí, y siempre tuve un gran agradecimiento porque fui becado todos los años. Tuve una infancia muy feliz, tengo los mejores recuerdos. Veraneábamos en Las Toscas, en una casa que era de mis abuelos maternos –aunque yo casi no conocí a ninguno de mis abuelos–.
Las primeras experiencias laborales las tuve a los 15 años. Mi papá trabajaba en catering y en momentos delicados iba a trabajar con él de mozo o en la vajilla, iba los fines de semana a cumpleaños de 15, casamientos. A los 18 años, cuando terminé el liceo, no pude entrar a la Facultad de Derecho porque me quedaba una materia –contabilidad– y empecé a trabajar en un pull cerca de mi casa. Al año siguiente sí entré a la universidad.
¿Siempre quiso ser abogado?
Desde muy chiquito ya me gustaba la actividad política y la asociaba con una cantidad de causas justas, y en ese sentido entendía que a través del derecho podía recibir la formación que me permitiera acercarme a esas causas. Desde que tengo uso de razón, mi sueño era poder trabajar en eso.
¿Tenía contacto con la política?
No. De hecho, ninguno de mis padres votaba al PN. Mi papá, al menos en el 71, votó al Frente Amplio.
¿No hubo ninguna influencia familiar en su vínculo con el PN?
No. Leyendo la historia, tratando de descubrir mi propia convicción, me enamoré del PN, lo cual para mí implica una cantidad de responsabilidades que van más allá de lo institucional. Así fue que mis padres se terminaron convirtiendo en aficionados al partido. Hoy me apoyan en lo que hago, pero no solo porque soy el hijo, sino porque con el correr del tiempo se terminaron adhiriendo a las características del presidente de la República, conocieron los pormenores del PN y se incorporaron.
¿Cómo fue su pasaje por la universidad?
Lo que más me generaba interés no estaba vinculado a lo académico, sino a un montón de circunstancias sociales y a esas causas de las que te hablaba, que tenían que ver más con la instrumentación de acciones políticas. Comencé en la CGU (Corriente Gremial Universitaria) y me di cuenta de que la Facultad de Derecho me iba a aportar una serie de elementos y conocimientos por los cuales eternamente estaré agradecido, pero terminé entendiendo que yo quería dedicarme al servicio público y que, para ello, el mejor camino era la actividad política.
En tercero de facultad tenía claro que quería trabajar para el país y dedicarme profesionalmente a eso, y ya me sentía del PN. Tenía la necesidad de buscar una referencia que implicara una innovación, y con un grupo de jóvenes con los que me juntaba, empezamos a sentir curiosidad por el actual presidente de la República, en ese entonces, el diputado Luis Lacalle Pou.
Ha contado que con ese grupo de militantes fue a pedirle a Lacalle Pou que los liderara, pero al principio rechazó la propuesta. ¿Cómo lo convencieron?
Esas cosas, cuando hay empatía en las relaciones humanas, se dan naturalmente. Me acuerdo de que un día llegó de un viaje donde había conocido a una cantidad de protagonistas jóvenes que estaban en diferentes niveles de dirigencia desde el punto de vista político, y ahí nos fijamos la idea de arrancar.
Esa fue la búsqueda de un líder que con el tiempo se convirtió en candidato y más tarde en presidente, pero el liderazgo que lleva adelante, desde lo personal a lo profesional, fue lo que nos marcó como generación, porque eventualmente todos nosotros tenemos distintas responsabilidades circunstanciales, pero el liderazgo, esa transmisión de valores, es algo que va más allá de los lugares.
En 2015 fue electo diputado, y durante la legislatura se enfocó en denunciar varias irregularidades en materia de salud y desarrollo social, incluso con una investigadora sobre ASSE que derivó en la remoción de su directorio. ¿Qué le dejó esa experiencia?
Son instancias de aprendizaje, al tiempo que se rinden cuentas, en la misma actitud con la que asumí esta nueva responsabilidad: con apertura a aprender, no ser necio y recibir diversas visiones y opiniones. Esta actividad te acerca mucho a esas causas justas que te comentaba. Nosotros nos repetimos a la interna del ministerio que hay que tener paciencia, porque los resultados en algún momento llegan, y perseverancia, porque no siempre llegan al tiempo que uno quiere.
No podemos acostumbrarnos a lo que no es normal; hay situaciones muy complejas que les toca atravesar a muchos uruguayos que tienen que tener una respuesta constante de nuestra parte. Eso no significa tener la solución de inmediato, porque como en toda actividad humana, lo que hacemos es perfectible y no se hace de un día para el otro.
En materia de salud, pude incorporar una cantidad de conceptos, testimonios, evidencias, que estaban por fuera de lo que fue mi formación de abogado, que enriquecieron mi conocimiento desde muchos puntos de vista.
¿Cómo vivió la campaña electoral de 2019 y la conformación, por primera vez, de una coalición de cinco partidos?
Yo he tenido tres campañas electorales: 2009, 2014 y 2019. Fueron distintos escenarios y diferentes circunstancias en lo personal, y todas contribuyeron a ese sentido de pertenencia al partido, en mi caso, con absoluta convicción. De cada una me llevé vivencias importantes, no solamente los resultados.
Cuando hay un resultado favorable, eso provoca un incremento de la responsabilidad. Hay una instancia para moderados festejos, pero tiene que ser muy breve, porque ese voto de confianza es una responsabilidad inmensa que hay que asumir estando a la altura, dando lo mejor por todos los uruguayos, tanto los que confiaron como los que no, porque nosotros nos debemos a todos.
Sobre la coalición, la pluralidad terminó enriqueciendo la herramienta. Si los cinco partidos políticos pensaran igual siempre y en todos los temas, no tendríamos la riqueza de estar permanentemente en intercambio, en un relacionamiento donde llegamos a definiciones mucho más representativas.
En este quinquenio también fue electo diputado, y en el primer año fue designado presidente de la Cámara de Representantes. ¿Qué significado tuvo para usted? ¿Qué logros destacaría de esa gestión?
Como presidente de la Cámara me tocaba ser representativo de los 99 diputados y por eso no voy a hacer referencia a logros personales, sería muy injusto. Sí puedo decir que aprendí a ser más receptivo, con miradas distintas, independientemente de que no me convenzan o no las comparta. Tuve una primera experiencia en la gestión, donde se lograron ahorros muy importantes, al tiempo que se dio la mayor eficiencia de funcionamiento, y eso es más bien un logro del cuerpo. En esto hay que ser muy leal desde el punto de vista institucional.
Fue una experiencia muy enriquecedora, donde tuve que cambiar mucho el perfil, porque venía de ser un diputado de la oposición que daba a conocer mis opiniones en forma apasionada –como creo que tienen que ser los debates– y pasé a estar en una moderación permanente. Esos cambios de roles te nutren de herramientas.
Aparte de los ahorros, que implicaron la eliminación de la partida de prensa y una cantidad de modificaciones que fueron señales de austeridad, se trató de generar innovación en cuanto al programa de participación ciudadana y se llevó adelante un programa de modernización legislativa.
Este año, tras la remoción del exministro Pablo Bartol, usted fue nombrado ministro de Desarrollo Social. ¿Se imaginaba que formaría parte del Ejecutivo? ¿Cómo tomó la designación?
Me tomó por sorpresa. Estaba preparando actividades como diputado, porque ya había dejado de ser presidente de la Cámara. Yo siempre sostuve que las acciones que uno pueda llevar adelante, sin perjuicio de que hay lugares que requieren diferentes responsabilidades, van más allá del lugar que eventualmente ocupe. Por tanto, estaba proyectando acciones y se dio este cambio que asumí con total responsabilidad y con agradecimiento a la confianza que depositó el presidente de la República en mí.
En el período pasado, cuando era diputado opositor, se refería a que el “derroche” y el “amiguismo” en lugares como el Mides impedían que se generaran más y mejores políticas sociales. ¿Cree que se ha terminado con esas prácticas? ¿Cómo recibió el organismo?
Yo he sido crítico, pero nunca me gustó cobrar al grito. Cuando yo hacía cuestionamientos, me refería a que, después de una cantidad de años, no se conocían muchas respuestas a pedidos de informes, advertencias de la Auditoría Interna de la Nación y observaciones del Tribunal de Cuentas.
Ahora, estando de este lado, soy muy exigente y estamos trabajando intensamente para la mejora de los procesos. El 28 de junio de este año emití una circular a todas las direcciones para que se adopte como regla el llamado a licitación pública: la competencia. Cuando se trata de una compra directa, a veces está amparada por la ley y a veces no, pero las que no se encuentran amparadas por la norma requieren determinados procesos. A veces, y más en el contexto en el que estamos, tengo que reiterar diferentes gastos. Reconozco que no es lo que yo quiero, pero estoy trabajando para cambiarlo. Lo tengo que hacer por no interrumpir determinados servicios, pero no quiero que eso sea un fundamento crónico. Mejorar los procesos redunda en una mejora de la gestión, por tanto, trato de ser consecuente con lo que siempre sostuve.
¿Cuáles han sido los mayores impactos de la pandemia en los más vulnerables? ¿Fueron suficientes las medidas del gobierno para contrarrestarlos?
Se tomaron una serie de medidas que requirieron esfuerzos del gobierno para poder contener distintas situaciones a consecuencia de la pandemia. Los datos que recientemente se conocieron del INE (Instituto Nacional de Estadística) evidencian que el rumbo asumido fue el correcto. Me refiero a lo que tiene que ver con prestaciones sociales, pero también a la generación de una cantidad de puestos de trabajo, la reactivación económica y demás.
Todo eso permitió una mejora en los índices de personas que se encuentran bajo la línea de pobreza: se pasó de 11,6% a 10,2% en el primer semestre de 2021. A su vez, en lo que tiene que ver con pobreza infantil (de cero a seis años), se bajó de 21,3% a 16,1%. Esto se dio en un contexto sumamente adverso. Ahora, lejos de ser conformista, el gobierno va a intensificar el esfuerzo para seguir mejorando esa situación que a todos nos genera desvelo.
¿Cuáles considera que son las claves para no caer en el asistencialismo y lograr que los más vulnerables realmente puedan superar su situación?
Toda acción tiene que ir en la línea de generar herramientas y oportunidades que les permitan mayor autonomía e independencia a las personas. Este es un ministerio muy heterogéneo: tiene el INDA (Instituto Nacional de Alimentación), el INJU (Instituto Nacional de la Juventud), Inmujeres (Instituto Nacional de las Mujeres), Inmayores (Instituto Nacional de las Personas Mayores), Uruguay Crece Contigo, cooperativas sociales, personas en situación de calle, Sistema de Cuidados, personas con discapacidad, y a partir de enero viene la Dinali (Dirección Nacional de Apoyo al Liberado). No es lo mismo la herramienta u oportunidad para un joven que para una persona mayor o una persona con discapacidad, entonces, nos adaptamos a cada caso.
Estamos trabajando en forma transversal para crear oportunidades laborales a través del “cupo Mides” y convenios de capacitación. Nosotros queremos un ministerio que fomente la integración social, y eso también se hace con privados. Cuando se firman convenios –que aparte no tienen costo para el Mides- con privados, son expresiones del país que queremos, donde cada uno hace lo que puede en pro de generar alternativas que permitan superar situaciones complejas.
El gobierno ha puesto especial énfasis en la primera infancia. ¿Cuáles son los objetivos en ese sentido?
Se dieron muchos apoyos coyunturales con el objetivo de reducir la pobreza infantil. Para el 2022 nos planteamos cinco ejes. El primero es que haya más acompañamiento, para lo cual habrá más técnicos en territorio y un programa de teleasistencia para orientar a familias que tengan hijos menores de tres años. Segundo, habrá técnicos en todas las maternidades públicas del país, a fin de tener un diagnóstico social del recién nacido y poder monitorear su evolución. En tercer lugar, va a haber un “bono crianza” de 2.000 pesos por mes, destinado a los 30.000 hogares con vulnerabilidades más extremas con niños de cero a tres años. Cuarto, vamos a fortalecer el Sistema de Cuidados con énfasis en primera infancia y va a haber un incremento de prestaciones muy importante. El quinto eje tiene que ver con los sistemas de información, donde aspiramos a ser mucho más justos en el otorgamiento de las prestaciones sociales. A esto hay que sumarle el aumento de los CAIF –que los está proyectando el INAU–.
Sistema de Cuidados apunta a resolver los problemas del pasado
Los cambios generados por esta administración en el Sistema de Cuidados han provocado diversas críticas por parte de la oposición, que alega que se recortaron derechos y servicios. Sin embargo, consultado sobre esto, Lema aseguró que “se trabaja para una mejora clara” y un “fortalecimiento” de la institución.
En ese sentido, apuntó contra la gestión anterior, que dejó un sistema con “inestabilidad jurídica”, dado que, cuando se corta el vínculo laboral en el programa de asistentes personales, “no se sabe quién responde” ante ese despido. “Entonces, a una persona que necesita una solución, le terminamos generando un problema”, explicó. Las autoridades están trabajando para resolver eso.
Por otro lado, recordó que se hicieron diversas denuncias de violencia y abuso en torno al funcionamiento del Sistema de Cuidados en el período anterior, de parte de asistentes personales a las personas que reciben los cuidados y viceversa. A esto se le suma que un 60% de los asistentes no tenían la formación correspondiente, por lo cual, en febrero del año próximo, se capacitará a unos 250 trabajadores para comenzar a subsanar ese inconveniente.
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