La medida tomada por el congreso brasileño de aumentar el tope de compras en las lojas francas (tiendas libres de impuestos) de US$ 300 a US$ 500 por persona y por mes ha generado preocupación tanto a nivel político como empresarial. En una nota brindada a La Mañana, el Dr. Carlos Loaiza analizó el presente y futuro de los free shop y en especial las novedades con respecto a las lojas francas.
¿Cómo cierran 2021 con estas novedades que surgen desde Brasil?
Se ha aumentado efectivamente el tope de compras para ciudadanos brasileños y extranjeros en sus propias lojas francas. Esto es algo que se viene trabajando desde hace tiempo, ya que existe una inequidad en la cantidad de equipaje que transportan los ciudadanos brasileños con los valores de compra sin pagar impuestos. Hoy se suman ambas cuotas: las que puede comprar en el exterior y en sus propias tiendas bajo este régimen. Es una noticia que impacta, pero es una noticia esperada ya que Brasil tiene una conducta muy generosa con sus turistas en el exterior, como también rigurosa para las importaciones en su interior.
Y terminamos el año agradecidos por haber resistido un año difícil; se sufrió un redimensionamiento del comercio de frontera dadas las situaciones generadas. Desde el año 2012 existe una caída de las ventas en este sector, primero con el cierre de fronteras y después con el de las cadenas. Con un poco de sensatez se siguió operando luego con normalidad, pero esto es historia pasada. No actuamos a espaldas de la situación sanitaria sino que trabajamos en conjunto, generando resultados ejemplares en la pandemia, propiciando así un comportamiento que ha mejorado las ventas. Pero está claro que en función de la situación cambiaria no podemos llegar a índices esperables.
¿Existe un criterio único de trabajo para el sector de los free shops?
Los free shops estaban dimensionados para un universo de ventas que no existe aún. Por supuesto que lamentamos las situaciones que se generaron y afectaron a mucho personal. Pero yo tengo una valoración muy positiva de cómo estamos trabajando con el gobierno, que es sensible a la situación del sector. Las agrupaciones comerciales tienen mucha incidencia en las decisiones, como el caso de Rivera, Chuy y Río Branco. Existen matices, pero siempre un gran espíritu de trabajo.
En Brasil las lojas francas trabajan con las “listas negativas” lo que agiliza el trámite de renovación de productos en tanto que Uruguay todavía trabaja con “listas taxativas”. Esto generó reclamos por parte de los empresarios. ¿Se trabaja en ello?
Sí, ahora mismo se trabaja en este tema y muy arduamente. La idea del gobierno es tener una lista similar a la de Brasil, sobre todo que las listas no afecten al comercio local y ese trabajo lo debemos culminar en el mes de enero. Estamos trabajando, tenemos reuniones programadas con el gobierno y se hicieron consultas sobre las listas base para generar una compensación.
De acuerdo a lo que usted manifiesta, ¿seguimos en desventaja con respecto a Brasil?
Bueno, sí, pero creo que es difícil comparar esto con la existencia de regímenes diferentes. El gobierno ha hecho un gran esfuerzo para armonizar esta situación, porque en Brasil muchos impuestos se pagan en el momento de la venta cuando en nuestro país se pagan al momento de la compra. Pero a pesar de esas diferencias y se hizo un gran esfuerzo, se trató de igualar la situación de las compras, pero este es solo un punto. La lista tiene una historia propia, Brasil al ver que no se internacionalizan las listas que propone siguió adelante. Y Uruguay se encuentra solucionando esta situación y lucha por los efectos que se generan a partir de esto. Se está tratando de consensuar y evitar una decisión unilateral que por más que tenga como objetivo ayudar al comercio interno sería perjudicial. Se intenta que se generen lobbys pero las diferencias deben tenerse en cuenta porque Brasil es diferente, incluso por la dimensión del territorio.
Tienen planeado controlar las compras con un tope…
Durante la pandemia, con el cierre de las empresas, llevamos un proyecto liderado por el diputado Marne Osorio además de las cámaras de comercio para impulsar una nueva forma de ventas por este régimen. Fue muy arduo, de buena fe; se conversó con los comercios locales; es un camino que deberá seguir muchas negociaciones y contemplar tanto el comercio local como el de los free shops. La zona de fronteras tiene reclamos lógicos e históricos para efectivizar las ventas a uruguayos y nosotros no damos vuelta la cara a esto, pero tienen una singularidad que hay que entenderla.
El mes pasado en un encuentro sobre free shops se trató una vuelta a la normalidad del sector. ¿Qué valoraciones hace al respecto?
Muy positivas. Se realizó en coordinación con otras organizaciones internacionales y tratamos de dar informaciones a los gobiernos. Participamos en muchas negociaciones con los gobiernos de los países de la región y brindamos información a los comerciantes para que puedan transmitir nuestras experiencias. En el caso de que se normalice aún más la situación, pensamos hacer esta reunión de forma presencial en Foz do Iguazu, zona muy importante para nosotros en esta materia. Valoramos la participación del sector público, como Aduanas. Tuvimos la participación del diputado Marne Osorio, luchador incansable en esta materia y en lo personal creo que ha sido un éxito.
¿Es optimista?
Hay que ver con optimismo la situación y debemos reconocer las asimetrías del sector. El comerciante debe tener una medida constructiva. El legítimo derecho del país vecino debe ser respetado y esto de cierta forma reconoce la mejoría económica de Uruguay. No hay que pensar que por esto el sistema uruguayo debe caer, de hecho podemos mostrar las virtudes de nuestro país, en una evolución saludable de la pandemia y del cambio para que mejore de forma saludable la circulación de las personas. No hay que mirar con ojos de miedo, sino que con ojos de oportunidad.
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