En la edición del 22 de diciembre leí una carta abierta del redactor responsable, don Marcos Methol, al exsenador Pedro Bordaberry. Era una respuesta a una nota del citado señor, en la que como ya parece ser costumbre, este último pretende descalificar a Cabildo Abierto. En este caso la superficie era una presunta implicancia de Cabildo con otras corrientes, y el fondo, un tupido arbolado de eucaliptus. No voy a insistir en que el proyecto de ley forestal fue presentado por Cabildo y aprobado con los votos del FA. Se supone que cuando un asunto se propone, se aprueba con los votos de los que están de acuerdo.
Tampoco entraré a examinar la intencionalidad del FA en aprobar un proyecto para el cual cuando le tocó gobernar tenía los votos suficientes y no lo hizo. O si recién tomaron conciencia del problema, o si querían introducir una estaca de eucaliptus en la Coalición.
O si, como denunció el Dr. Lust en su discurso en la Cámara, llegó a decirse que el proyecto era un “atentado contra la Patria”. Esas cosas se dicen unas veces en el fragor de la discusión y otras ante la falta de argumentos. O por falta de argumentos en el fragor de la discusión.
Pero distinto es el aroma eucaliptado del artículo del exsenador, al subsuelo del asunto.
El exsenador colorado se destacó durante su actuación parlamentaria transformándose en referente para un grupo interesante de ciudadanos. Por algún motivo, que lamento, anunció su retiro y no participó en las elecciones internas de su partido. Probablemente muchos ciudadanos le insistieron para que, pese a ello, liderara una lista al Senado.
Llegado el momento, varió su postura y solicitó a las autoridades de su partido presentar una lista.
Le dijeron que no. Si mal no recuerdo le cayó mal. Lo que es comprensible. Me parece que dijo algo como que le habían cortado el brazo.
Sin Bordaberry, puede pensarse, ¿por qué no?, que muchos de sus adherentes se inclinaron por la opción de Cabildo. De hecho, conozco a unos cuantos.
Es difícil pelear desde el llano –como hizo Artigas–. Después que se llega a una banca –como enseñó el gran florentino–, lo primero es conservarla. Y espacio no sobra.
¿Será la intención del exsenador recuperar su capital político? Tiene todo su derecho, pero “no es necesario hacerlo a los codazos”. Y lo más importante es no entreverarse. Cabildo se escribe con ce –y no vale echar la culpa al corrector–.
Tal vez confunda con Karibe con K, pero ese es un conjunto musical…
Gerardo Ramos
TE PUEDE INTERESAR