La producción de girasol cayó estrepitosamente desde recién iniciado este siglo cuando el área abarcaba más de 50 mil hectáreas mientras que su piso apenas superó las 7 mil según los últimos reportes de DIEA. A los problemas sanitarios se le sumó la topadora de la soja, que se llevó todo por delante inclusive esta oleaginosa tradicional en el litoral del país. La industria aceitera internacional muestra buenos precios y podría empujar nuevamente este carro de alinearse todos los astros. Ahora la pelota está del lado del costo país, que de ceder podría permitirle un incentivo a los productores locales.
Desde 2003 cuando se registró la ultima campaña exitosa de girasol en el país con 53 mil hectáreas, esta oleaginosa no ha dejado de disminuir su área productiva. Los datos actualizados de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias del ministerio de ganadería (DIEA) indican que el año pasado se plantaron 7.300 hectáreas y este año el área será algo superior. Fueron varias las causas que determinaron la caída estrepitosa de la producción de girasol. A la aparición del Cancro del Tallo (una enfermedad causada por el hongo Phomopsis helianthi) y las plagas que hacían estragos sobre el vegetal se le sumó el impulso que traía consigo la soja que como una topadora se llevó todo por delante. Cuando se empezaron a superar los problemas de esta enfermedad con la utilización de materiales resistentes y fungicidas adecuados, se desató la expansión de la soja y los productores comenzaron a abandonar esta producción tradicional del litoral del país.
Leve recuperación
Si bien de a poco se percibe una leve recuperación del área de siembra del girasol a instancias de la industria local, con nuevos programas de siembra y planes comerciales, todavía el camino es bastante largo hasta alcanzar los guarismos de producción de los primeros años de este siglo. Existen algunas barreras que hay que sortear relacionadas con la sustentabilidad económica de esta producción. Para el Gerente General de la Cooperativa Agraria Limitada Mercedes (Calmer) Ing. Agr. Roberto Verdera, se trata de una producción costosa y donde “el flete de girasol frente a otros granos es mas caro”. La oleaginosa puesta en Montevideo tiene un costo de fletes adicional muy importante que hace poco viable el negocio si se lo compara con otros productos. Además, las cargas son diferentes y en ese sentido también el girasol corre con desventaja con respecto a la soja. Mientras esta segunda oleaginosa carga entre 28 y 30 toneladas, la primera solo puede alcanzar los 21 mil kilos como máximo. Verdera sostuvo a este respecto que “los fletes pesan mucho en la estructura de costos en el país”.
La producción de girasol es muy interesante desde el punto de vista agronómico debido a que tiene algunas características que facilitan su adaptación al doble cultivo. Se obtienen buenos resultados en siembras de segunda aunque esto se ve trastocado por los planes industriales que reciben la producción hasta determinada época del años. Para Verdera sigue siendo una buena alternativa para diversificar la canasta de construcción de precios que beneficie al productor y no tenga que poner todos los huevos en la misma canasta. El escenario para el mercado de los aceites a nivel internacional goza de buena salud, y esto podría ser una buena alternativa para la producción local.
Falta de agua altera desarrollo vegetativo
Las precipitaciones han sido dispares en el litoral del país con zonas que recibieron buenas lluvias en los últimos días de diciembre y otras que no han corrido con tanta suerte. Las siembras de primera y segunda de soja se juntaron por el retraso impuesto por el clima y se encuentran bastante deprimidas por la falta de agua en su estado vegetativo. Las mismas condiciones presenta el maíz de primera, debilitado por las condiciones climáticas adversas, mientras que el signo de interrogación está por el lado del de segunda con menos de un mes de nacido.
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