Humor. Terry Eagleton. TAURUS. 2021. 213 págs., $690.
En su Retórica, Aristóteles dice que el humor surge de la ruptura de las expectativas verbales. Por su parte, Cicerón, en su tratado de oratoria, afirma que la clase de broma más común se produce cuando se espera una cosa y se dice la otra. La risa brota de esta pequeña alteración de la lógica. Henri Bergson, a principios del s. XX, logró cifrar el tema; nos reímos de la gente y de las cosas que se vuelven mecánicas o automatizadas, obsesivas, que se estancan, que no son capaces de adaptarse a las circunstancias. El humor, entonces, implicaría una reacción ante la falta de elasticidad de la existencia social. Todo humor, sostiene Bergson, surge en el fondo con la intención de humillar, e implica una especia de camaradería o complicidad con todos aquellos que comparten ese punto de vista despectivo. La risa, entonces, actúa como un correctivo social, limitando las desviaciones sociales, atemperando las rigideces de carácter y de conducta y contribuyendo de este modo a generar la plasticidad psicológica que demandan las sociedades modernas.
Solemos pensar en el humor como algo gratuito y poco práctico, pero está muy lejos de ser ninguna de estas dos cosas. Al contrario, una de sus funciones más tradicionales ha sido la de contribuir a la reforma social. Si los hombres y las mujeres no se acercan a la virtud cuando se los regaña, tal vez lo hagan cuando se los ridiculice. Cierta hostilidad, pues, se canaliza con fines civilizatorios. Y Bergson define magistralmente: “Sin la posibilidad de la ofensa, de la insensibilidad bien orquestada, estamos condenados a guarecernos en un torbellino de emociones en donde reinaría una vulnerabilidad pueril y una censura descontrolada, a todas luces dirigida por aquellos más susceptibles e insoportables”. Pocas frases resumen tan bien el peligro de esta moda neopuritana venida de tierras lejanas pero que tiene como objetivo controles sociales con intereses realmente ajenos a todo sueño de una sociedad mejor.
Y de todos estos temas tan radicalmente serios, pero sazonado con decenas de chistes políticamente incorrectos, trata “Humor”. ¿Por qué nos reímos? ¿Qué nos aporta tanta carcajada? ¿Es el humor un agente subversivo o un remedio para las tensiones? Un brillante ensayo perpetrado por un descendiente de obreros irlandeses católicos con una fuerte impronta de criticismo social que habita en el otro “vientre de la bestia”.
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