El arroz es clave en la dieta de la humanidad, en Uruguay se exporta el 95% lo que contribuye al agregado de valor desde que sale de la chacra hasta que llega al puerto. Una vez en el mundo, los mercados más exigentes lo reconocen por su calidad única y aunque han querido igualarlo no han podido.
Cuando se dice arroz uruguayo se valora la calidad del producto. Tenemos el mejor arroz del mundo que además es amigable con el medio ambiente, y aunque se diga poco, muchas de las chacras tienen un agregado de valor clave: el componente familiar que las caracteriza y enriquece aún más ese sector de la agricultura nacional.
Alfredo Lago, además de presidir la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), es uno de los casos de la actividad arrocera familiar. Su abuelo se instaló en la década del 60 y él hoy es la tercera generación, su hijo ya está involucrado en el sector y no hay razón para pensar que no continuarán también sus nietos, aunque éstos aún son muy pequeños y disponen de tiempo para pensar y decidir cómo quieren construir su futuro.
“Toda mi vida, tanto en el trabajo como el esparcimiento, está vinculada a la actividad arrocera. Mi abuelo empezó en el año 1964, la mía es una familia vinculada con el arroz en Brasil pero en la década del 60 muchas familias vieron en Uruguay la posibilidad de desarrollar una actividad y de crecer. Hoy, visto en perspectiva, hay que valorar la capacidad de nuestros antepasados que vieron en el arroz una posibilidad para ellos y para las generaciones siguientes, de tal modo que yo soy la tercera generación produciendo arroz de forma ininterrumpida y mi hijo también está incursionando en la actividad. Además, tengo tres nietos y ojalá que algunos de ellos puedan seguir” por el mismo camino, dijo Lago al respecto en entrevista en La Voz de La Mañana (Radio Oriental).
Pero arroz no sólo vale por la familia. También “es muy importante para el país y para la humanidad”, por ser el alimento que más participa de la dieta humana, “el 70% de la población mundial dependen y consumen a diario arroz”, destacó.
Por eso, cuando “uno trabaja con pasión y vocación en algo que es tan positivo para la gente, al final del día, cuando llega el momento de reflexionar, se valora estas cosas que son importantes”.
Es fundamental la productividad
Por otra parte, Lago dijo que Uruguay no tiene capacidad de incidir en el mercado mundial, por lo que “tenemos que priorizar cómo hacemos para ser competitivos en la interna”, considerando también que “las políticas públicas del país casi nunca han priorizado a los sectores productivos y por eso más que una ayuda tenemos una carga”. Es por eso que el sector “se ha empeñado en buscar sus fortalezas en la interna y en la cadena”.
En eso “es fundamental la productividad, y Uruguay si se compara con cualquier otro país tenemos de las mejores” y si nos comparamos con otros países siempre logramos un lugar de destaque: “El año pasado fuimos los mejores” en ese sentido, y al tener buenos kilos por hectárea se genera “la mayor de las posibilidades para enfrentar los desafíos” que van surgiendo.
Un cultivo amigable con el medio ambiente y un producto de calidad
Pero productividad no es sólo buena cosecha y buenos rendimientos. También está “todo lo que tiene que ver con el uso racional de los recursos naturales, económicos y humanos, maximizando lo que se posee”. De esa forma se logró “un efecto muy importante en la baja carga de insumos como fertilizantes o agroquímicos, y el resultado es que el cultivo del arroz es muy amigable con el ambiente. Tenemos indicadores que colocan a Uruguay en una posición que muchos otros quisieran estar”, enfatizó Lago.
Otro elemento en búsqueda de la competitividad genuina es la calidad. En el largo fino que es el arroz que produce Uruguay, “tenemos la mejor calidad” y “muchos de los países que son fuertes productores han buscado asemejarse al producto que logramos aquí pero por suerte y por ahora sólo nosotros podemos hacer un producto diferenciado, que es reconocido por quienes saben de cocina y las amas de casa”.
Esas fortalezas han hecho de este “un sector fuerte, sólido y con capacidad de crecer y aportar mucho más en la economía del país, siempre que se le den las condiciones económicas”.
“Los gobiernos no siempre estuvieron a la altura”
Consultado sobre las crisis que ha enfrentado, el presidente de ACA destacó el rol del Banco República en la refinanciación de deuda, pero “salvo alguna excepción muy puntual”, la “lógica del sector ha sido la de enfrentar” las crisis, “las pérdidas y lo que tomó como endeudamiento”.
Eso no quita que también hubiera momentos de dificultades con productores que tuvieron que “quedar por el camino”, momentos en que “se redujo la superficie de siembra”, y que “los gobiernos del momento no supieron leer eso correctamente”, cuando un apoyo oportuno hubiera servido para “mantener al sector con una recuperación mucho más rápida”, considerando que es una rama de la economía que se extiende al resto de la ciudadanía.
Pero “los gobiernos no estuvieron a la altura -insistió- y dejaron disminuir la actividad económica referida a un sector como el nuestro que tiene mucha interacción, mucha demanda, muchos servicios, agregando valor el producto desde la chacra hasta el barco en el puerto de Montevideo”.
Se exporta el 95%, por tanto “es el sector que más genera por hectárea, el que más agrega valor, más PBI”.
TE PUEDE INTERESAR